Dispuestos A Cruzar Los Límites.

Preparativos de despedida.

Habían pasado dos meses desde el cumpleaños de mi hermano y habíamos comenzado las esperadas vacaciones de fin de año. Mi hermano había comenzado a trabajar con un contador de una firma de abogados, su bachillerato había sido con la especialización de contaduría así que tenía los conocimientos básicos, también comenzó  a obtener ganancias con las ventas de los productos del negocio de mis tíos, por lo que estaba teniendo un buen ingreso y al no tener muchos gastos decidió comenzar a ahorrar. Yo por otra parte estaba emocionada que en 5 meses cumpliría los tan esperados 14 años, tan esperados porque eso significaba que ya solo me faltaría un año más para tener mis 15 años y ser toda una señorita. Estás vacaciones iban a ser diferentes ya que mis tíos tenían que ir a dar unas conferencias a tres países de centro américa, no era la primera vez que se iban durante un tiempo, una vez al año solían irse durante un mes para dar estas conferencias y se tomaban unos días para celebrar su aniversario.

Mi hermano solía cuidar de mi pero este año él estaba trabajando y dado que mis notas habían sido un poco malas porque no había entendido muchos temas de las asignaturas básicas, mis tíos decidieron matricularme en un campamento de estudio, estaba a una hora de la casa así que mi hermano podía ir a verme seguido, ya que de otra manera no podría comunicarme ni con él ni con nuestros tíos porque yo no tenia celular y la Tablet solo la utilizaba para estudios y unos cuantos juegos que mi tía había autorizado.

*Narra Diego*

Desde hace unos meses tenia un mal presentimiento, pero todo había ido con normalidad.

Era domingo, nuestros tíos tenían que irse en el vuelo de las 3 de la tarde, se habían dormido muy tarde arreglando las maletas y hablando con varios de sus socios del negocio por lo que se levantarían tarde.

Me dirijo al cuarto de Eli para ver si ya estaba lista para salir.

Diego: *susurro mientras toco la puerta suavemente* ¿Eli ya estas lista? Se nos hará tarde.

No escuchaba respuesta del otro lado y debo admitir que comenzaba a impacientarme. Cuando estaba a punto de tocar la puerta de nuevo esta se abrió y salió mi hermana con su radiante sonrisa, sabia que le encantaba hacer regalos sorpresa y me encantaba ayudarla a ser feliz y sobre todo me sentía feliz de poder demostrarles a nuestros tíos lo mucho que los queremos.

Elizabeth: estoy lista desde las 5 de la mañana -saca una carterita de gato- ya hasta tengo visualizado el regalo perfecto.

Diego: entonces démonos prisa o ya se habrán levantado para cuando regresemos, a demás señorita deberás ayudarme a cocinar.

Ella hizo un puchero, sabia que cocinar conmigo no era lo mas divertido, a mi me gustaba cocinar con medidas y ella era un alma libre que le gustaba experimentar y no dejarse guiar por unas recetas.

Llegamos al centro comercial y fuimos a buscar el regalo de nuestros tíos.

Vendedora: muy buenos días, ¿en que puedo ayudarlos? 

Elizabeth: buenos días señorita -se pone delante de mí- yo encargue unos llaveros hace tres días, están a nombre de Elizabeth Rivas.

Vendedora: para hacer el retiro debe venir la persona con el nombre bajo el que se hizo la reserva.

Miraba de arriba hacia abajo a Elizabeth y da dos pasos a la derecha y me guiña un ojo.

Elizabeth: por eso estoy aquí, yo hice toda la logística para comprar esos llaveros ya que en ningún otro lugar se animaron a hacerlos, ni mi hermano ni yo hemos venido porque queramos verle su cara, YO SOY ELIZABETH RIVAS. Así que por favor vaya y revise si ya están mis queridos llaveros.