Encierro.

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Nuestras vacaciones se tuvieron que acortar repentinamente. Axel hablo con Diego y le explico sobre el problema de salud mundial que se avecinaba, por lo que al día siguiente de despedir a Axel nosotros también emprendimos el viaje de regreso, llegamos a casa solo a dejar la maletas tiradas y salimos al supermercado a comprar todo lo que nos había dejado enlistado Axel.

Diego: te dije que te pusieras bien la mascarilla, ven aquí te ayudare.

No entendía cuál era la preocupación de Diego por algo que ni siquiera habíamos visto aun, sentía que era un fastidio andar con una mascarilla, más cuando las personas se nos quedaban viendo raro, la información que a mí me habían dado era muy básica, supongo que era para que no me preocupara de más pero aun así sentía que solo me trataban como a una niña.

Elizabeth: ya entendí, solo apresúrate en comprar esta cosa me molesta -señalo la mascarilla- ya me la quiero quitar.

Tardamos aproximadamente una hora más en reunir todos los comprados, justo cuando ya estábamos en la fila para que nos cobraran las compras un señor de edad ya avanzada se colocó detrás de nosotros, pero el señor comenzó a toser y no paraba, se veía como si estuviera ahogando así que comencé a buscar mi botella con agua para darle un poco, pero en cuanto me gire para encontrarme con el señor Diego interfirió y se puso en medio, me agarro de los hombros y me giro para que viera al frente.

Diego: sigue avanzando y no mires para atrás.

Elizabeth: pero el señor necesita ayu...

Diego: ¡te dije que no! Solo sigue caminando y no te quites la mascarilla.

Mi hermano no se inmuto a pesar de seguir escuchando los quejidos del señor y no me soltó ni un segundo ni para pagar.

Subimos rápidamente las compras al carro y nos regresamos a casa, Diego dio un gran suspiro de alivio, como si se hubiera librado de alguien que lo persiguiera.

Elizabeth: ya no aguanto más, dime de que trata todo esto, no soy una niña, debes de decirme que pasa.

Diego: por el momento ayúdame a guardar las cosas antes de que se echen a perder los alimentos, lo demás lo podemos guardar después de la cena.

Y así hicimos, luego preparamos la cena y nos sentamos en la sala a comer, cuando todo parecía más estable y yo iba a poner a reproducir nuestra nueva serie cuando Diego me quito el control.

Diego: necesito que veas algo.

En las noticias se mencionaba mucho sobre una crisis que estaban teniendo en países asiáticos, en países europeos ya se estaban dando casos, pero mi atención se centró cuando mencionaron a nuestro país. Lo que al principio me pareció algo muy lejano ya reportaba un caso en el interior de nuestro país, nuestro presidente había intentado contener la enfermedad no permitiendo el ingreso de personas del extranjero desde hace unas semanas, pero aun así ya formaba parte de nuestro entorno, las medidas de seguridad ante esta enfermedad sonaban muy sencillas, mantener la distancia con otras personas, el uso de mascarillas y un correcto lavado de manos.

Elizabeth: ¿Axel te conto sobre todo esto?

Diego: hablamos sobre muchas otras cosas, pero si me advirtió todo lo que se avecinaba. No te queríamos asustar por eso no te lo dijimos. Todo avanzo más rápido de lo que se esperaba.

En los días siguientes el número de casos de personas infectadas por el virus de virulin17 habían aumentado y se había decretado la primer muerte por el virus, lo que provoco miedo en todo el país.

Por una ley decretada se nos ordenó a todos los ciudadanos permanecer en encierro dentro de nuestras propias casas, se cerraron muchos locales como discotecas, escuelas y restaurantes, aumento la demanda de delivery y los hospitales estaban llenos. Gracias a la advertencia temprana de Axel y a que Diego siguió las indicaciones al pie de la letra nosotros teníamos guarniciones para tres meses.

Dispuestos A Cruzar Los Límites.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora