Cap. 1 - Angel caído

110 10 1
                                    

Tine era un joven universitario común y corriente. Parecía un chico como cualquier otro. Era muy risueño y alegre, buen estudiante, practicaba deporte regularmente y su círculo de amigos era pequeño.

Durante este día se encontraba especialmente feliz ya que era su cumpleaños número 19. Por la noche cenaría con su familia, le cantarían "feliz cumpleaños" y apagaría las velas de un delicioso pastel.

Todo pintaba para ser un día muy agradable.

Esto era en el plano terrenal. Había otros dos planos que estaban lejos del entendimiento humano: El "cielo" y el "infierno".

Ese mismo día, en el cielo, se estaba llevando a cabo un entrenamiento de rutina entre ángeles guerreros.

Había un ángel en especial que sobresalía por mucho del resto debido a su gran habilidad de combate. También era muy conocido por su arrogancia y desprecio hacia los humanos.

-"¡Thyme! ¡Detente, lo vas a matar!"- Le gritó su maestro a aquel guerrero excepcional.

El joven ángel a veces no medía su fuerza y le daba dolores de cabeza a su viejo maestro castigando de más a sus compañeros en los entrenamientos.

Thyme en ese momento soltó al otro haciendo un gesto de fastidio. Quería terminar lo que había empezado así que con la misma túnica que portaba su oponente le tapó la cabeza y lo golpeó para hacerlo caer al suelo.

En el reino de los ángeles éstos vestían con túnicas y mantos muy similares a los usados en la antigua Grecia.

Su maestro dio un suspiro, se encontraba bastante harto del comportamiento de su discípulo. Siempre había sido un ángel muy rebelde.

-"Si sigues así, no me dejarás más opción que cambiarte de rango."-

-"Jamás harías eso, soy tu mejor guerrero. El mejor de toda esta región. No perderías a alguien que les hace ganar tantas batallas."-

Constantemente se libraban batallas entre ángeles y demonios. Y el ángel rebelde tenía razón, él era uno de los mejores.

-"Necesitas disciplina, si sigues así no tardarás en dar un paso en falso."-

-"Sé muy bien por donde voy, y pronto voy a liderar todo el ejército de esta región."-

-"Estás perdiendo la visión de nuestra lucha, eso no fue lo que yo te enseñé."- Le sentenció el maestro.

No es que el joven ángel fuera malo, era solo que su pasión era luchar, demostrarse a sí mismo y a los demás de lo que era capaz y salir victorioso de todas esas batallas.

El ángel rebelde soltó una carcajada.

-"¿Y a dónde me enviarías?"-

-"Te haré guardián"- Le respondió serio el viejo maestro.

Los ángeles guardianes eran enviados a la tierra para cuidar de algún humano. El viejo maestro pensó en que esto le ayudaría a desarrollar empatía y humildad a su joven discípulo, el cual era muy arrogante. Al enviarlo a la tierra se vería en la necesidad de depender de un humano para sobrevivir.

-"¡Eww! No quiero tener nada que ver con esos seres. Son muy débiles, necesitan de oxígeno y alimento para mantenerse vivos. Aún así sus cuerpos se atrofian y su existencia es efímera. Además son horribles."-

Siempre se expresaba de ese modo en cuanto a los seres de la tierra. Pero su maestro sabía que sería una gran lección para su discípulo el comprobar como eran realmente esos seres que tanto despreciaba.

-"Un paso en falso y serás enviado a la tierra."- Lo amenazó el viejo maestro.

-"Lo que digas..."- Le contestó el ángel rebelde mientras se dirigía hacia la puerta.

Al dar el paso hacia afuera de repente no hubo nada que sostuviera su andar. Comenzó a caer a toda velocidad. Solo había un lugar al que podía caer: la tierra.

Los ángeles eran seres extraordinarios, especialmente los guerreros. Su piel era más resistente incluso que los diamantes. Fue por eso que aunque al caer, debido a la ficción con la atmósfera todo su cuerpo entró en llamas como los meteoritos o las estrellas fugaces, él permanecía ileso. Solo sus ropas se deshicieron al quemarse.

De vuelta en la tierra el joven Tine acababa de terminar la cena con su familia. Se encontraba en su habitación tranquilo y feliz. Cada cumpleaños para él era como un nuevo comienzo. Sin embargo, a pesar de lo serena y predecible que era su vida, había en él un sentimiento de nostalgia que lo acompañaba desde hacía algún tiempo.

Sacó de su cajón un pequeño pastelillo que se encontraba en una envoltura. Lo abrió y le colocó una vela. Se puso uno de los sombreros de fiesta desechables que habían usado él y su familia para celebrarlo. Encendió la vela y se dirigió a la ventana.

Pidió un deseó con todo su corazón. Anhelaba presenciar algún evento que le hiciera comprobar lo mágica que podía llegar a ser la vida. Cerró los ojos y sopló la vela.

Enseguida volvió a abrir los ojos. La noche era muy tranquila, solo se escuchaban a lo lejos algunos grillos del jardín. Estaba por irse a acostar, entonces hubo un gran estruendo acompañado de un resplandor casi enceguecedor.

Parecía que a través de la ventana había caído un meteorito a su habitación.

Asustado se acercó para ver de cerca aquella bola de fuego. Poco a poco las llamas comenzaron a desvanecerse y se fue apreciando lo que parecían ser plumas. Eran increíblemente blancas y brillaban, después se dio cuenta de que esas plumas eran parte de unas alas y esas alas envolvían a alguna especie de criatura dentro de ellas.

Tine se encontraba observando curioso y a la vez un poco en estado de shock.

Enseguida esas alas se abrieron y dejaron ver a aquella "criatura" que había dentro.

Se trataba de un muchacho, se encontraba desnudo.

-"¡Santo dios! ¡Es un chico! ¡Y no tiene ropa!"- Gritó Tine.

Aquel muchacho que había caído como meteorito se incorporó con dificultad y sus alas se extendieron, la longitud de éstas era enorme.

Por un instante el tiempo pareció detenerse. Tine pudo ver que se trataba de un joven sumamente apuesto y con un cuerpo realmente hermoso. Cada uno de sus músculos estaban perfectamente definidos y su figura era esbelta.

En cuanto al ángel rebelde, se dio cuenta de que su maestro había cumplido con su amenaza de castigo. Había sido enviado al mundo de los "horribles" humanos. Como pudo se puso de pie y lo primero que vio al abrir los ojos fue a Tine. "Okey, este humano no es tan horrible" pensó de manera inconsciente luego de ver el hermoso, aunque algo perplejo, rostro de Tine.

El ángel se sentía algo mareado y débil. La atmósfera de la tierra debilitaba los cuerpos de los ángeles y demonios, necesitaban alimentarse de la energía espiritual de los humanos para mantenerse vivos.

Enseguida Tine se dio cuenta que aquel joven con alas al parecer se encontraba lastimado ya que comenzó a desplazarse de un lado a otro papaloteando como un ave herida.

Intentó tranquilizarlo pero nada funcionaba. Finalmente aquel ángel tropezó y se desvaneció. Tine corrió para atraparlo. Ambos cayeron al suelo, la cabeza del ángel quedó recargada en el pecho de Tine.

"Que sensación tan agradable" pensó para sus adentros el ángel rebelde. Unos sentimientos de paz y tranquilidad lo envolvieron poco a poco mientras se encontraba en los brazos de aquel humano. Lentamente se fue quedando dormido.

-Continúa-

Wish I had an AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora