Kimetsu no Yaiba [ Inverso ]

Capítulo 25.- El Más Fuerte entre Nosotros

-N-no puede ser... La finca acaba de ser destrozada. ¡Ese maldito...!

La figura de la Luna Superior responsable de tal acto estaba frente a ella, y, de cierta manera, sentía que lo conocía de algún lado. Había algo en Douma similar para la Pilar, pero no tenía ni idea de dónde venía esa idea.

-¿¡Qué...!? ¿¡Qué has hecho!? ¡Maldito bastardo!

Estaba furiosa, y se lo hizo saber. La normalmente calmada mujer haría temblar a cualquiera por su cambio de actitud tan brusco, pero el demonio ni se inmuto. Más que preocuparse, una fascinación extraña comenzó a crecer desde lo profundo de su estómago.

-Pero vaya emociones... ¿Siempre son así de intensas?

Cuestionó sorprendiendo a Kanae, por un segundo perdió el enfoque y la concentración, pero sacudió su cabeza para volver a reunir su atención.

-Debo hacerlo. Este demonio destruyó la Finca Mariposa, «mi hogar».

Pensó, haciendo énfasis en el sentimiento que permanecía en su corazón hacia aquel sitio.

-¡Por eso voy a matar a cualquiera que se atreva a amenazar la paz de este lugar!

En solo un instante Kanae se impulsó desde su lugar hasta quedar frente a frente con Douma, los ojos arcoíris del demonio chocaron con los suyos de un suave y a la vez profundo tono lila que solo transmitía irá. Retrocedió.

-Tch. ¡Maldición! ¡Respiración de las Flores!

Enfurecida por ni ser capaz de asestar su ataque en el demonio, tomó una postura especial, para tras llenar su cuerpo de oxígeno, arrojarse de frente a una velocidad incluso mayor a la de hace tan solo un instante.

-¡Sexta Postura - Melocotón Giratorio!

Fintando el tajo que Douma trato de dar con sus manos desnudas, la mujer pasó por su hombro tratando de asestar un corte hacia su brazo con la intención de cortarlo por completo, de esa manera tendría una abertura de solo un parpadeo para ir a por su cuello.

-Loto de la Vid.

El nombre de aquella técnica fue pronunciado con tal tranquilidad que el cuerpo de Kanae se tenso por puro instinto. Al momento, formas de lotos de hielo emergieron del suelo parcialmente congelado, las raíces de estos se extendieron por la superficie tratando de atrapar a la Pilar. La mujer, con sorpresa, decidió entonces frenar su ataque y centrarse en cubrirse.

-¿¡Qué es...!? ¡Es muy fuerte!

Los lotos helados rompieron su defensa arrojándola lejos contra un escombro, las tablas de madera terminaron de caer sobre su cuerpo.

-¡S-señorita Kanae! ¡Pilar de las Flores!

Gritó Kaigaku sosteniendo su espada con desesperación, se sentía culpable de no poder mover ni un músculo. Pero su voz llamó la atención de Douma.

-¿Uh? ¿Así que seguías aquí? No eres capaz de mover ni un dedo, ¡que triste! ¡Seguro te has de sentir tan frustrado! ¡Pero no te preocupes, es normal estando frente a un demonio como yo!

Esas palabras de compasión... Eran tan vacías y artificiales, ¿si quería alentarlo por qué sonaba tan cruel? Era como si tuviera problemas para comunicarse. O tal vez solo se burlaba de él.

-No me hables... Maldito demonio. S-se que no soy capaz de moverme... ¡Tengo miedo, lo admito! ¡Pero no me doblegaras tan fácil!

Kaigaku comenzó a correr, Douma se sorprendió, llegó a creer que lo atacaría.

-Je... ¡Jajajaja! ¡Cielos, en verdad que me sorprendiste, chico!

Pero, por más rápido que pudiera ser incluso empleando su Respiración del Rayo, Douma se trataba de una Luna Superior, y no cualquiera, el segundo en la escala. Su velocidad era tal que compitió directamente con el pelinegro sin siquiera estar esforzándose.