Capítulo 32.- Continuar Juntos

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—Ah... Maldito... —Se oía una débil voz en la profundidad de la Fortaleza Dimensional Infinita, los demonios ocultos en el lugar solo permanecían en silencio, temerosos de molestar a su amo y creador. —¡Desgraciado, malnacido! ¡Te maldigo! —La mente de Muzan estaba en el límite de la locura.

Aun se seguía recuperando de las heridas que le dejó aquella gran explosión, normalmente no sería nada, pero todas las sustancias y venenos que tenia que analizar dentro de su cuerpo para luego descomponerlos tenían trabajando a plena capacidad todos sus órganos.

—Jefe, tocaré un poco para usted. —Dijo Nakime, permanecía inmóvil a su lado la mayor parte del día, solo para ver su estado y tocar una suave melodía que calmara sus dolores.

—Gracias, Nakime... De no ser por todo esto... ¡Ya habría destruido a los cazadores! —Gritó apretando el puño.

Su cuerpo mostraba múltiples protuberancias de las cuales expulsada un líquido formado por todos los químicos en su cuerpo así como los escombros de la finca Ubuyashiki. Este compuesto caía por los agujeros en el suelo bajo su cama, perdiéndose en el abismo que era la fortaleza, pero de vez en cuando por el movimiento de esta caían en algún incauto demonio, desintegrandolo de la existencia.

—El dolor que siento ahora... Solo podría compararse a los ardientes cortes de la espada de ese hombre. De ese demonio. —Dijo, recordando cierta melena rojiza más feroz que él. —¿Cuánto tiempo más...? ¿Y por qué Kokushibo tarda tanto? Nakime, vamos a apresurar las cosas, ven acá. —

La mujer demonio obedeció, acercándose al borde de la cama, Muzan colocó su mano sobre su cabeza despejando el cabello que ocultaba su único y gran ojo. Las uñas y piel del señor de los demonios se clavaron en su carne un par de centímetros, pero sin lastimarla.

—Oh, mis creaciones. ¿Cómo se encuentran esta noche? —La voz de Muzan se escuchaba en las cabezas de cada uno de los demonios de Japón, a excepción de las Lunas Superiores. Estos corrían y se alimentaban, pero dejaron todo para escuchar a su señor.

Por un breve instante todo cambió. Cada uno de ellos se encontró con un paisaje divino, dorado y lujoso, solo comparable al reino de los dioses. Se encontraban en la dichosa y casi mítica Fortaleza Dimensional Infinita.

—Este sitio es el lugar al que solo los demonios más fuertes llegan. Un sitio seguro, sin peligro de los cazadores, y sobre todo, lleno de poder. ¿Les gusta? —Preguntó Muzan. Aunque confundidos, todos los demonios vitorearon de forma afirmativa, haciendo sonreír a su señor de las tinieblas. —Bien. Ahora miren esto... Este demonio es el traidor Kamado Tanjiro. Aquel que lo capture, o aquellos que lo hagan, podrán tener un lugar entre las Lunas Superiores, un sitio en la Fortaleza Dimensional Infinita. Un lugar a mi lado... Hagan su mayor esfuerzo por complacerme y la gloria será suya. —

Nuevamente todo cambió, de estar en un paraíso de dioses a encontrarse en el barro, en los bosques y en la oscuridad de la noche. Claro que todos querían su oportunidad, Kamado Tanjiro se convirtió esa noche en el objetivo de cientos de demonios poderosos, algunos incluso igual de fuertes o más que las Lunas Inferiores.

—Gracias, Nakime... Tienes un poder muy útil y conveniente. —Le dijo Muzan quitando su mano de la mujer, las marcas en su piel poco a poco se fueron desapareciendo. —Puedes descansar ahora. —

—Gracias, señor. Pero debo admitir que prefiero quedarme a su lado, si no le molesta. —Ante un gesto de Muzan, que le indicó que no había problema, la demonio se quedó. La suave melodía de su biwa llenó la habitación, calmando los dolores del hombre. —La mano del amo se siente como hierro ardiendo cuando se mete en la piel. También me sorprende que sea capaz de usar las habilidades de otros demonios, pero parece que debe estar en contacto o tener algo de su genética individual para hacerlo. —Pensó.

Kimetsu no Yaiba [ Inverso ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora