Kimetsu no Yaiba [ Inverso ]

Capítulo 22.- Rutina Diaria

Era una tranquila mañana, los pájaros cantaban en las copas de los árboles aportando una suave melodía al paisaje soleado y cálido. Y, las personas durmientes, comenzaban a despertar dispuestos a llevar su día a día, con la esperanza de que esta vez aconteciera algo interesante. Una de esas personas era Kanroji Mitsuri, Pilar del Amor. La joven mujer de tan solo diecinueve años de edad dio un par de vueltas en su cama mientras bostezaba.

- Ahh... ¡Mmm!

Gimoteo estirando sus brazos al tiempo que se medio levantaba. Abrió los ojos aun a medio cerrar esperando unos segundos para acostumbrarse a la luz que entraba por su ventana.

- Miau.

El maullar de uno de sus acompañantes se escuchó por la puerta, y tras el suave pisar de sus patas el gato saltó a la cama acompañado de los otros dos que vivían con ella.

- ¡Buenos días, Gwen! ¡Mary! ¡Peter!

Saludo a los tres mientras pasaba sus manos por su pequeños cuerpos con suavidad y cariño. Los gatos se revolvieron sobre sus extremidades frotando sus cuerpos con ella.

- ¡Seguro que hoy será un gran día! ¡Espérenme, me iré a bañar!

Dijo antes de levantarse, Kanroji dormía con algo de ropa ligera debido al calor nocturno.

Su cuerpo por lo general expulsaba bastante calor y eso la molestaba un poco. Por eso también acostumbraba darse más de una ducha al día.

Camino hacia el baño y abrió la puerta con una sonrisa, casi que podía sentir ya el agua por su cuerpo. Acercándose al espejo miró su rostro, soltó una pequeña risa al ver que aún se veía dormida. Roció un poco de líquido sobre su cara y la tallo suavemente. Sin duda ahora se veía mejor, sonrió.

- Ah, hombre. Hace un poco de calor hoy. ¡Seguro un baño de agua fría mejorará esto!

Lentamente fue quitándose la poca ropa que llevaba, dejándola con cuidado sobre una pequeña cesta a su lado derecho. Luego camino hasta la ducha, un sistema de baño importado desde occidente gracias a los contactos del Patrón, Kagaya Ubuyashiki. Esta había sido un regalo de hace un par de años. Se introdujo en esta y Kanroji giró la llave, un chorro de agua comenzó a caer sobre su cuerpo. Estaba fría, perfecta para la situación.

Frotó su cuerpo con delicadeza junto a un jabón blanco de aroma floral, su favorito y el que solía comprar siempre. Tras terminar lo dirigió a su nariz para olerlo, sonrió por el aroma tan fresco y disfrutable. Entonces fue turno del shampoo, tomó un poco con su mano y comenzó a pasarlo por su cabello, como tenía demasiado le tomaría algo de tiempo, pero ese día podría tomarse los minutos que fueran necesarios.

- ¡Adiós, nos vemos más tarde!

Una hora más tarde se despidió de sus gatos mientras cruzaba por la puerta, iba a salir. La cerró no sin antes darles una última mirada, y seguido comenzó a dirigirse al pueblo con una suave caminata llena de alegría. Casi podría decirse que daba pequeños saltos mientras sus manos, por detrás de su espalda, se envolvían en un gesto similar al de una niña emocionada.