Fingir demencia

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Violeta llegó a casa llorando junto a Denna, que la acompañaba pero seguía sin poder hacerle entrar en razón.

—Violeta, solo te has dado un beso con una persona, no es tan grave, no es tan profundo, no estás siendo infiel a nadie. —Le acariciaba el pelo a su amiga mientras esta lloraba desconsolada en el sillón.

—¿Qué pasa aquí? —Apareció Nuria, que había sido despertada por los sollozos de su compañera.

—Perdón, Nuria, lo siento muchísimo. —Decía Violeta sin poder parar de llorar.

—Hazle una tila, Denna, cielo. —La mayor se dirigió con cariño a la rubia viendo cómo la situación la estaba sobrepasando; ya la conocía de un par de veces y, por una parte, también le tenía cariño y le despertaba esa necesidad de cuidarla. La rubia obedeció y dejó a las dos chicas en el salón.

—Respira, Violeta, mírame. —La pelirroja hizo caso a la mayor y la miró aún hiperventilando. —Muy bien, así, respira a la par mía. —Le pedía mientras respiraba hondo y soltaba todo el aire.

Tras un rato haciendo ese ejercicio, Violeta logró recomponerse un poco y, con media sonrisa, Nuria le pidió que le contara lo que había pasado. Cuando acabó de contarlo, apareció Denna con la infusión y se sentaron juntas.

—Tal y como yo lo veo, no has hecho nada malo. Estás así porque esto confirma que lo de Verónica está quedándose atrás, pero siendo objetivos, amor, tú no eres el demonio, no has fallado a nadie, no has hecho nada malo. Suelta esa culpabilidad tan grande. —Aconsejó Nuria con cariño mientras le acariciaba el pelo.

—No, no es solo por eso, es que... yo... me siento mal por Kiki. —Suspiró con lágrimas en los ojos.

Denna miró a Nuria encogiéndose de hombros sin entender nada.

—Chiara es una amiga nuest... —Intentó explicar Denna.

—Sé quién es. —Replicó Nuria. —¿Pero no entiendo por qué te sientes mal? Antes de salir me contaste que habíais arreglado la movida y que erais amigas, ¿no?

—Sí... y lo somos, pero... no he hecho más que cagarla desde que la conozco. Ni siquiera hemos podido tomar un café, hablar de series... no sé nada de ella y ella nada de mí, y aun así siento que cada vez que estoy con ella me convierto en una persona tóxica, celosa... —Susurró estas últimas palabras con vergüenza.

—¿Violeta, te gusta Chiara? —Preguntó sorprendida Denna.

—No. —Dijo la pelirroja con contundencia. —No sé qué me ha pasado; verla con Ruslana tan pegadas me ha generado enfado y eso me ha empujado a liarme con Alex solo para que ella lo viera... porque se nota que le gusto. —Bajó la mirada.

—Joder, tía. —Exclamó la rubia un poco enfadada. —Ni comes ni dejas comer; tú no te hubieras liado con ella ni aunque hubiera estado a 1000 km de Rus hoy. Déjala que la chica disfrute, no te debe nada, no tienes que vengarte, no sé qué clase de juego traes con ella, pero ¿qué necesidad tienes de hacer sufrir a alguien si sabes cómo se siente? Sé que estás pasando un momento de mierda, pero no te da derecho a hacer esto con la peña. —Riñó a la pelirroja mientras esta asentía.

—Lo sé. Lo siento de verdad, mucho. —Levantó la mirada hacia Denna. —Y lo siento por Alex, por si te gusta o algo, soy una mierda de amiga.

Denna abrazó a la chica. —¿Ya está, vale? Perdóname, me he alterado yo también.

Violeta devolvió el abrazo a su amiga mientras Nuria las observaba detenidamente hasta que se decidió a hablar. —Estáis pedísimas. —Las tres se rieron.

—Violeta, cariño, sé sincera con Chiara y aprende a controlarte, pero me alegro de una cosa. —Las dos jóvenes observaban detenidamente las palabras que decía Nuria. —Que aunque sea por otra cagada, hayas podido hoy llorar, reír, enfadarte y sentir algo por alguien que no sea Vero, porque cuando llegaste a Madrid, daba miedo verte. —Guiñó el ojo a las jóvenes. —Tengo que madrugar chicas, pero ¿por qué no te quedas a dormir, Denna, y veis alguna película mientras cogéis el sueño? —Propuso la mayor mientras se iba a su cuarto.

Desmentimos-KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora