Un polvo entre amigas

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Después de un rato debatiéndolo, los Marruski decidieron salir. Querían dejar atrás todo lo sucedido y aprovechar la noche que tenían por delante. Se arreglaron rápidamente, sin demasiado esfuerzo, y se dirigieron a reunirse con el resto del grupo, incluyendo a Juanjo y Violeta, quienes habían tenido más tiempo para prepararse. Juanjo lucía un pantalón ancho y una camisa desmangada con un perfecto tupé, mientras que Violeta llevaba un body negro que realzaba sus curvas, junto con un maquillaje impecable.

Los tres compañeros de piso fueron los últimos en llegar a la discoteca y se unieron al resto del grupo. Martin saludó a todos con entusiasmo, dejando a Juanjo para el final, al que le dio un apasionado beso en la boca. Ruslana y Chiara saludaron al grupo, excepto a Violeta, que estaba ocupada pidiendo una copa. Sin embargo, pronto se reunieron de nuevo y Violeta saludó primero a Martin con alegría, dandole un abrazo. Luego dio dos besos fríos a Ruslana, quien le respondió con una sonrisa forzada, y finalmente saludó a la guiri con un abrazo efusivo.

—¡Kiki!— gritó la pelirroja, visiblemente alegre por el alcohol, mientras tomaba la mano de su amiga para bailar. Chiara no pudo evitar soltar una carcajada y seguir los pasos de su amiga.

Después de un par de visitas a la barra por parte de Chiara y un poco más de alcohol en sangre, los pasos de ambas chicas pasaron de ser tontos a eróticos. En un momento dado, Violeta se encontraba de espaldas a Chiara, moviendo suavemente sus caderas mientras se pegaba a su cuerpo. Chiara agarró su cintura y se dejó llevar por el ritmo, hasta que Violeta se giró y se colgó del cuello de Chiara. La inglesa, replicando el gesto, puso sus manos en las caderas de Violeta y las bajó lentamente hacia la parte baja de su espalda, llegando al límite. Violeta se acercó al oído de Chiara y, con el atrevimiento que le daba el alcohol, dejó un pequeño mordisco en su oreja, mientras reía divertida. Chiara sintió escalofríos por todo su cuerpo y, sin pensarlo, bajó las manos hacia el trasero de Violeta y lo apretó con fuerza, sorprendiendo a la pelirroja pero excitándola al mismo tiempo.

—Joder— susurró Violeta, acercándose a los labios de Chiara, quien la observaba jadeando por la situación.

—Chicas, perdón—interrumpió Álvaro con una sonrisa. —Creo que deberían irse a algún lado, están un poco acaloradas aquí en medio— dijo, rompiendo la burbuja.

Tenía razón. Estaban en medio de una discoteca, en una escena bastante explícita. Violeta se separó de Chiara.

—Voy a fumar—dijo a la chica antes de salir de la discoteca.

Chiara se quedó allí plantada, buscando con la mirada a sus amigos. Antes de darse cuenta, Ruslana le agarró el brazo y la llevó hacia la barra, dispuesta a pedir una ronda de chupitos.

Tras un rato esperándola, Violeta había decidido entrar de nuevo en la discoteca. O bien la guiri no entendió la indirecta, o no le apetecía estar con ella. Sea cual fuera la razón, Violeta se estaba muriendo de frío después de pasar 20 minutos fumando sola. La noche transcurrió con normalidad; seguían bailando y bebiendo todo el grupo de amigos mientras se miraban de reojo entre la gente, pero ninguna decidía acercarse a la otra. A Chiara se le habían acercado un par de chicas, pero parecía que en esta ocasión la menorquina no tenía ninguna intención de acabar la noche con alguien que no fuese la pelirroja. Por otra parte, a Violeta no solían acercársele, no por otra cosa sino por el aura de inalcanzable que desprendía. Solo los más valientes se atrevían a intentarlo, asumiendo que probablemente recibirían un rechazo por parte de la granadina.

Poco a poco, la gente empezó a marcharse, y llegó la hora de irse ya que la discoteca cerraba. A Violeta, que llevaba bebiendo horas, ya se le estaba bajando el alcohol, pero Chiara estaba en su punto más alto. No quería marcharse ni de broma, y entre sus amigos la sacaron casi arrastrándola de la discoteca, la cual estaba prácticamente al lado del piso Marruski. Por lo tanto, el grupo se separó en dos, quedando Juanjo, Violeta, Ruslana, Chiara y Martin juntos. Los chicos iban a pasar la noche juntos y acompañarían a Violeta a casa de camino, pero antes soltarían a las otras dos chicas. De esa manera, nadie tendría que volver solo a casa, y como pillaba cerca, cuadraba bien.

Desmentimos-KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora