28- Descubriendo...

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Peter sabía que tenía que ayudar a Quetzal; resolver el caso era una prioridad. Después de su charla de esa mañana, Quetzal, después de dejar un beso en la mejilla de Peter, salió por la ventana para evitar ser descubierto por la tía May. Bajó con agilidad y esperó a que Peter se reuniera con él. Ambos subieron al auto de Quetzal, faltando a la escuela ese día. Sabían que necesitaban toda la mañana para tratar de encontrar cualquier pista que los llevara a la solución del caso.

Condujeron por la ciudad, visitando lugares donde anteriormente habían encontrado evidencias y explorando nuevos sitios que creían estaban vinculados al caso. A pesar de sus esfuerzos, no encontraron nada relevante. Desanimados, decidieron hacer una pausa y entraron en un centro comercial en busca de algo de comer.

Sentados en la zona de comidas, Peter observó a Quetzal con preocupación. "Quizás deberíamos revisar la información que los agentes sacaron del hombre al que capturamos durante el interrogatorio," sugirió Peter mientras mordía una hamburguesa.

Quetzal negó con la cabeza con el rostro serio. "Fury no me dejará acercarme a esa información.Tiene demasiadas sospechas sobre mí. No podemos contar con eso."

Peter suspiró, sintiendo la frustración de su compañero. "Entonces seguiremos buscando."

Pasaron el resto de la tarde rastreando la ciudad, siguiendo pistas y explorando cada rincón donde pensaban que podrían encontrar alguna respuesta. A medida que el sol se ponía, se dieron cuenta de que sus esfuerzos no habían dado frutos. La noche caía y aún no tenían una pista sólida.

Peter miró a Quetzal, notando las bolsas bajo sus ojos y su postura decaída. "¿Por qué no te quedas en mi casa otra vez? Será más fácil para nosotros seguir buscando mañana."

Quetzal asintió, agradecido. "Está bien, supongo que deberé entrar de nuevo por la ventana."

Llegaron a la casa de Peter en silencio, y Quetzal trepó por la ventana con la misma agilidad de la mañana. Sin embargo, en la sala, tía May esperaba a Peter con una expresión severa pero suave.

"Peter, ¿qué haces llegando tan tarde sin avisar?" preguntó, cruzándose de brazos.

Peter se quedó helado por un momento, recordando que no había avisado a su tía. "Lo siento, tía May. Se me fue el tiempo. Estábamos... ocupados con algo importante."

Tía May observó a su sobrino, su expresión cambiando a una sonrisa divertida y cómplice. "Peter, la próxima vez que quieras que Quetzal se quede a dormir, dímelo. No tiene que entrar a escondidas por la ventana."

Peter se sonrojó intensamente, entendiendo que su tía se había dado cuenta de que Quetzal había pasado la noche anterior en su habitación. "Está bien, May. Lo siento."

"Ahora, ¿por qué no traes a Quetzal para que cenen algo?" añadió con voz maternal pero estricta.

Con mucha pena, Peter fue a buscar a Quetzal, quien lo esperaba en su habitación. Ambos llegaron juntos, sintiéndose un poco avergonzados pero aliviados por la comprensión de tía May.

La cena transcurrió en un ambiente cálido y relajado. Tía May, aunque consciente de la posible incomodidad en la que estaban inmersos, se aseguró de que la comida fuera un momento de descanso y confort para ambos. Después de la cena, les dio sábanas extras y una colchoneta, dejándolos solos en la habitación de Peter.

"Gracias, May," dijo Peter, sinceramente agradecido.

"Eres un buen chico, Peter. Solo cuídense, ¿de acuerdo?" respondió ella, sonriendo antes de retirarse. "Pero no se acostumbren."

Quetzal se acomodó en la colchoneta, mirando a Peter con una mezcla de gratitud y algo más profundo. "Gracias por todo, Peter. No sé qué haría sin ti." Dijo con voz relajada mientras estiraba los brazos sobre su cabeza.

Peter sonrió, acercándose y sentándose a su lado.

Después de un rato, Peter fue a tomar una ducha rápida, salió del baño con el cabello mojado, una camiseta y unos pantalones cortos, encontrándose con Quetzal en su habitación. Quetzal se puso nervioso e impresionado al ver lo guapo que Peter se veía así. Peter sonrió y le dijo, "Si también quieres tomar un baño, te puedo prestar algo de ropa."

Quetzal aceptó y se dirigió al baño. Mientras se duchaba, Peter rápidamente ordenó su habitación, asegurándose de que todo estuviera en su lugar y de verse bien. No sabía que Quetzal estaba haciendo lo mismo en el baño, preparándose para estar presentable.

Cuando Quetzal regresó al cuarto, notó que la camiseta que Peter le había prestado no le ajustaba. "Creo que la camiseta que me prestaste me queda un poco corta," dijo Quetzal con una sonrisa divertida, aunque era verdad, a Quetzal  le aprecia divertido poner nervioso a Peter. Con una sonrisa tímida, se la quitó frente a él, sonrió observando la reacción de Peter, revelando su torso tonificado. Peter se puso un poco nervioso, sus ojos sin poder evitar seguir cada movimiento de Quetzal.

Ambos se rieron suavemente, intentando aliviar la tensión. Después de un momento, se acostaron en la cama, tratando de despejar sus mentes hablando de temas triviales. Discutieron sobre la escuela, sus planes futuros y algunas anécdotas graciosas.

En un punto, la conversación se tornó más seria y curiosa. Quetzal miró a Peter a los ojos y dijo, "Estoy feliz de que seamos novios, Peter. ¿Tú ya habías salido con otro chico antes?"

Peter negó con la cabeza, "No, esto es algo nuevo para mí. Pero me gusta estar contigo."

Quetzal asintió mientras su mirada se suavizaba. "Yo tampoco había salido con nadie antes. Pero siempre supe que me gustaban los chicos."

Peter notó una sombra de tristeza cruzar el rostro de Quetzal. Sabía que había mucho del pasado de Quetzal que no conocía, y que tal vez no estaba listo para compartir. Sin embargo, decidió no presionar.

"Me alegra que estemos juntos," dijo Peter, apretando suavemente la mano de Quetzal.

Quetzal le devolvió el apretón, una cálida sonrisa iluminando su rostro. "A mí también, Peter. A mí también."

La conversación entre Peter y Quetzal continuó, tornándose cada vez más íntima. Ambos estaban cómodos, mirándose a los ojos con una conexión creciente. Sin darse cuenta, se acercaron el uno al otro, y sus labios se encontraron en un pequeño beso, apenas un piquito. Ese breve contacto despertó en ambos nuevas sensaciones, haciendo que sus corazones latieran más rápido.

Peter, inexperto en estas situaciones, sentía un impulso irresistible de tocar el torso de Quetzal. Su mirada se dirigía inconscientemente hacia el cuerpo de su novio, recordando la imagen de su compañero sin camisa y sintiendo una mezcla de curiosidad y deseo. Quetzal, consciente de la inexperiencia de Peter y recordando su deseo de ir despacio, decidió tomar las cosas con calma. Sabía que debía proteger los deseos de Peter y respetar sus límites.

Con una sonrisa suave, Quetzal acarició el rostro de Peter, sus dedos trazando una línea tierna a lo largo de su mejilla. Se inclinó para darle otro beso, esta vez un poco más largo que el anterior, permitiendo que sus labios se unieran en una conexión más profunda, pero aún sutil y casta. Tras el beso, Quetzal descendió hacia la colchoneta que la tía May les había preparado en el suelo.

Peter observó el gesto de Quetzal y comprendió la situación. Agradeció internamente la consideración de su pareja, respetando sus deseos. No intentó nada más, entendiendo que había tiempo para todo y que no necesitaban apresurarse.

Quetzal, ya acomodado en la colchoneta, buscó la mano de Peter, estirando sus dedos para encontrar los de él. Peter respondió al instante, tomando la mano de Quetzal con suavidad desde la cama. Esa simple conexión fue suficiente para que ambos se sintieran cercanos y seguros.

Poco a poco, el cansancio se fue apoderando de ellos, y sin soltar sus manos, se quedaron dormidos. El ambiente de la habitación estaba lleno de una calma y una ternura que prometían un futuro lleno de momentos compartidos y más descubrimientos.
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🖤🕸️ 𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫-𝐦𝐚𝐧: 𝐻𝑒 𝐹𝑒𝑒𝓁𝓈 𝐿𝒾𝓀𝑒 𝐻𝑜𝓂𝑒 🕸️🖤 Peter Parker x Male OC / Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora