🖤🕸️ 𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫-𝐦𝐚𝐧: 𝐻𝑒 𝐹𝑒𝑒𝓁𝓈 𝐿𝒾𝓀𝑒 𝐻𝑜𝓂𝑒 🕸️🖤 Peter Parker x Male OC / Male Reader

29- Viñedos.

Louis y Bastian habían estado huyendo de una ciudad a otra, enfrentándose a más equipos del Harem enviados para eliminarlos. En la última batalla, Bastian había sido herido, una profunda herida de daga en el abdomen. No estaba en riesgo de morir, pero aun así era grave y necesitaba sanar para poder continuar eficientemente. Si se encontraban con otro grupo de enemigos, Louis no podría enfrentarlos solo.

El plan de escape del Harem incluía saber qué hacer si algún día los buscaban. Activaron ese plan y se dirigieron a la primera de muchas ubicaciones seguras, un pequeño pueblo al sur de Italia.

En el refugio, una cabaña escondida entre los viñedos, Louis trabajaba frenéticamente para atender la herida de Bastian. Desinfectó cuidadosamente la herida, ignorando los quejidos de dolor de su hermano mientras limpiaba la sangre y preparaba las gasas.

"Aguanta un poco más, Bastian. Esto va a doler, pero necesito limpiarlo bien." Dijo Louis empapando sus manos con alcohol.

"Lo sé. Solo hazlo rápido." Contestó con una mueca de dolor aparentando los dientes.

Louis intentó trabajar lo más rápido posible, cubriendo la herida con gasas estériles. Sin embargo, sabía que necesitaría suturas para cerrar adecuadamente la herida y evitar infecciones.

"Voy a tener que ir al pueblo por el equipo de sutura. ¿Crees que podrás aguantar hasta que vuelva?" Preguntó Louis cubriendo la herida.

"Sí, estaré bien. Solo no te tardes mucho." La respiración de Bastian todavía estaba acelerada.

"No lo haré. Y... aquí tienes agua y algo de comida si necesitas. Intenta no moverte demasiado."

Bastian asintió, recostándose con cuidado en la cama improvisada. Louis le dio una última mirada antes de salir, asegurándose de que su hermano estuviera lo más cómodo posible.

El pueblo era tranquilo y pintoresco. Louis caminaba rápidamente por las estrechas calles adoquinadas, buscando una farmacia donde pudiera comprar lo que necesitaba. La luz del atardecer bañaba los edificios antiguos con un cálido resplandor dorado.

En la farmacia, Louis encontró lo que buscaba: equipo de sutura, más desinfectante y vendas adicionales. Mientras pagaba, su mente estaba en Bastian, esperando que su hermano pudiera resistir hasta que regresara.

Antes de regresar, Louis se detuvo en una pequeña tienda de souvenirs y compró una postal con una mariposa en la portada. Sabía que debía enviar un mensaje a Giovanni para mantenerlo informado. En la postal, escribió un mensaje cifrado indicando su ubicación y la situación actual.

Louis regresó al refugio lo más rápido que pudo, encontrando a Bastian adormecido pero consciente.

"Estoy de vuelta. Conseguí todo lo que necesitamos." Louis se acercó rápidamente, arrodillándose junto a él.

"Eso es un alivio. Pensé que te habías perdido." Contestó Bastian con una débil sonrisa.

"Vamos a cerrar esa herida."

Louis desinfectó nuevamente la herida y comenzó a suturar, trabajando con precisión y cuidado para minimizar el dolor de Bastian.

"¿Recuerdas cuando éramos niños y jugábamos a los médicos? Nunca pensé que tendrías que hacerlo de verdad." Habló Bastian entre dientes, tratando de reprimir el dolor.

"Sí, bueno, supongo que toda esa práctica valió la pena." Louis sonrió siguiendo la corriente. 

"Gracias, Louis." Bastian habló suavemente y con melancolía, recordando su infancia durante el entrenamiento. 

Louis terminó de suturar y cubrió la herida con vendajes frescos. Luego se sentó junto a Bastian, agotado pero aliviado de haber completado la tarea.

"Ahora, necesitas descansar y dejar que esto sane. No podemos tener más encuentros con el Harem hasta que estés completamente recuperado."

"Lo sé. Gracias, hermano. De verdad." Bastian por fin se relajó, recargando la cabeza sobre una mochila que funcionaba como almohada.

Louis limpió el sudor que corría en la frente de su hermano para pasarle analgésicos y una botella de agua. "De nada. Y por cierto, envié una postal a Giovanni. Él sabrá qué hacer y dónde encontrarnos."

"Bien."

Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad del refugio y la seguridad de saber que, al menos por ahora, estaban a salvo.