VIII

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Tiembla Honolulu

El sol de Hawái brillaba intensamente mientras Steve McGarrett y Danny Williams ultimaban los detalles para la revelación del sexo de su bebé. Habían pasado unas semanas desde que Steve se había escapado del hospital militar, lo que había provocado un severo regaño tanto por parte del personal médico como de Danny. Sin embargo, ahora, con las heridas de Steve en proceso de curación, el ambiente en su hogar era de emoción y anticipación.

Danny, con su vientre de cinco meses, estaba ocupado decorando el patio trasero con globos y banderines de colores. Steve, por su parte, se encargaba de preparar la parrilla y organizar el equipo de videollamada para que Joe y otros amigos pudieran asistir virtualmente. Habían decidido que, aunque Mary, la hermana de Steve, no podía estar presente, la tía Deb, hermana de John, sí asistiría. Deb había sido una figura crucial en sus vidas después de que John los enviara lejos para protegerlos.

La casa estaba llena de una energía alegre mientras los amigos cercanos de Steve y Danny llegaban. Meka junto a otros amigos, ayudaban con los últimos arreglos. La tía Deb llegó con una sonrisa radiante y abrazó a Steve y Danny con fuerza, feliz de estar presente en un momento tan especial.

"Es un placer verte, tía Deb," dijo Danny, sonriendo mientras ella acariciaba su vientre con cariño. "Gracias por venir."

"No me lo perdería por nada del mundo, Danny. Estoy tan feliz por ustedes dos," respondió Deb con lágrimas de alegría en los ojos.

Con todo listo, Steve se acercó a la laptop para iniciar la videollamada con Joe y otros amigos que estaban en una base en el extranjero. La pantalla se iluminó con los rostros sonrientes de sus camaradas, y Joe apareció con una gran sonrisa en su rostro.

"¡Steve! ¡Danny! Felicidades, chicos. Lamento no poder estar ahí en persona, pero no me perdería esto por nada," dijo Joe a través de la pantalla.

"Nos alegra que puedas unirte, Joe," respondió Steve, con una sonrisa amplia. "Significa mucho para nosotros."

La música suave sonaba de fondo mientras todos se reunían alrededor del área decorada. Steve y Danny se colocaron frente a una gran caja que contenía globos de colores que revelarían el sexo del bebé. Con una mirada de complicidad, se tomaron de las manos y contaron hasta tres antes de abrir la caja.

Los globos azules flotaron hacia el cielo, y un grito de alegría resonó entre los presentes. "¡Es un niño!" exclamó Danny, riendo y llorando al mismo tiempo.

Steve lo abrazó con fuerza, sus ojos brillando con emoción. "Vamos a tener un niño, Danno," susurró, besando a Danny en la frente.

La tía Deb aplaudía emocionada, y los amigos vitoreaban y felicitaban a la pareja. Joe, desde la pantalla, sonreía ampliamente. "Felicidades, Steve. Eres un hombre afortunado," dijo, con una mirada de orgullo en sus ojos.

Steve asintió, mirando a Danny con amor. "Lo sé, Joe. Lo sé."

La tarde continuó con risas, abrazos y celebraciones. La parrilla se encendió, la comida se compartió y las historias fluyeron entre los amigos y la familia. A pesar de los desafíos y las dificultades que habían enfrentado, en ese momento, todo parecía perfecto.

Mientras el sol se ponía y el cielo se teñía de tonos anaranjados y rosados, Steve y Danny se tomaron un momento para ellos. Se sentaron en una esquina del patio, observando a sus amigos y familiares disfrutar de la fiesta.

"Gracias por estar conmigo en todo esto, Steve," dijo Danny, apoyando su cabeza en el hombro de Steve.

"Siempre, Danno. Siempre," respondió Steve, besando suavemente a Danny en la sien.

La vida no siempre había sido fácil para ellos, pero en ese momento, mientras esperaban la llegada de su hijo, sabían que podían enfrentar cualquier cosa juntos. Y eso era todo lo que importaba.

Embarazo McGarretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora