XVII

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Honolulu tiembla.

Freddy Heart, un SEAL, el mejor de su clase y casi hermano de Steve, se había impuesto una misión importante: averiguar cómo era el tan preciado Danno de Steve. El moreno era tacaño respecto a mostrar a Danny, ni siquiera fotos compartía. Hablar de Danny, claro que sí, solo Dios sabe las noches de vigilancia con Steve hablando de Danny toda la noche.

Freddy decidió ir a Hawái para vacacionar y, de paso, averiguar sobre Danny. Hasta donde había averiguado, Danny trabajaba como detective. Para su buena suerte, lo encontró saliendo de su trabajo.

Lo siguió unas cuadras, observándolo atentamente. Danny dobló hacia un callejón y Freddy lo siguió, pero después de unos minutos, escuchó el sonido inconfundible de un arma siendo desenvainada. Se quedó quieto, viendo de reojo a Danny apuntándole. Danny se veía serio y muy embarazado.

-¿Quién eres y por qué me sigues? -exigió Danny, con voz firme.

-Soy Freddy Heart -respondió el hombre, levantando las manos para mostrar que no tenía malas intenciones-. Soy amigo de Steve.

Danny lo estudió con desconfianza, sin bajar el arma. -¿Y por qué me estás siguiendo, Freddy Heart?

Freddy tragó saliva, intentando mantener la calma. -Steve siempre habla de ti, Danny. Eres su vida, pero nunca he tenido la oportunidad de conocerte. Vine a Hawái para vacacionar y también para conocerte. Lo siento si te asusté.

Danny bajó ligeramente el arma, pero mantuvo la guardia. -¿Así que decidiste seguirme en lugar de pedirle a Steve que nos presentara?

Freddy se rascó la cabeza, incómodo. -Bueno, Steve es muy protector contigo. Ni siquiera me mostró una foto. Solo quería saber quién era el hombre del que habla tanto.

Danny suspiró, guardando el arma. -Steve y su manía de protegerme. Está bien, pero la próxima vez, simplemente pregúntale. No necesitas seguirme como un acosador.

Freddy sonrió aliviado. -Gracias, Danny. Lo siento de nuevo. No quería causarte problemas.

Danny asintió, aunque todavía un poco receloso. -Está bien, solo no lo hagas de nuevo. Ahora, ¿quieres venir a casa y conocer al resto de la familia? Steve estará encantado de verte.

Freddy asintió emocionado. -Claro, me encantaría. Gracias por la oportunidad, Danny.

Mientras caminaban hacia la casa, Freddy aprovechó para hacer preguntas. -¿Cómo te sientes con el embarazo?

Danny sonrió ligeramente, acariciando su vientre. -Es agotador, pero también es increíble. Steve ha sido un gran apoyo, a pesar de todo.

-Eso suena a Steve -respondió Freddy, riendo-. Siempre ha sido el tipo de persona que da todo por los que ama.

Danny asintió, con una sonrisa más amplia. -Sí, lo es. Y estoy agradecido de tenerlo en mi vida.

Llegaron a la casa, y al abrir la puerta, Steve los recibió con una mezcla de sorpresa y alegría.

-¡Freddy! ¿Qué haces aquí? -exclamó Steve, abrazando a su amigo.

Freddy le devolvió el abrazo, riendo. -Vine a vacacionar y, bueno, también quería conocer a tu famoso Danno.

Steve se giró hacia Danny, con una mirada de disculpa. -Lo siento, Danny. Te presento a Freddy Heart, mi hermano .

Danny sonrió, tomando la mano de Steve. -Está bien, Steve. Freddy y yo ya nos presentamos.

Freddy levantó las manos en señal de paz. -Prometo no seguirlo más como un acosador. De ahora en adelante, solo visitas normales, lo juro.

Danny y Freddy procedieron a reírse, y Steve no entendía nada, el SEAL invitó a Freddy a entrar. Pasaron la tarde conversando y conociéndose mejor, fortaleciendo los lazos de amistad y familia.

Era hora de almuerzo, y Steve preparaba un asado en el patio trasero. Danny estaba sentado en una silla cercana, acariciando su vientre y tomando un jugo de lata. Freddy se acercó con una cerveza en la mano y se sentó al lado de Danny.

—Hey, Danny. ¿Cómo te sientes? —preguntó Freddy, abriendo su cerveza.

Danny sonrió. —Bien, un poco cansado, pero nada fuera de lo normal para un embarazo avanzado. ¿Tú qué tal? ¿Disfrutando de Hawái?

Freddy asintió, tomando un trago de su cerveza. —Sí, es un lugar increíble. Steve me ha contado mucho sobre ustedes y este lugar.

Conversaron un poco más sobre temas triviales antes de que Freddy se animara a preguntar algo que le rondaba la cabeza.

—Danny, ¿te importa si te hago una pregunta personal? —preguntó Freddy, con cautela.

Danny levantó una ceja, curioso. —Adelante, Freddy. ¿Qué quieres saber?

—Bueno, me sorprende lo diferente que te ves a los típicos hombres gestantes que he conocido. —Freddy hizo una pausa, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. La mayoría de los hombres que gestan que he conocido siempre son muy femeninos. Tú, en cambio, eres muy masculino. Tienes vello facial y en los brazos, y no eres delgado ni delicado, tienes músculos. Me llamó la atención, eso es todo.

Danny rió suavemente, asintiendo. —Sí, eso es cierto. Mi padre siempre dejó claro que yo era un hombre, a pesar de todo. Me crió como tal, y aunque mi madre, Clara, quiso vestirme de forma más femenina, nunca me dejé. Me gusta ser masculino, vestir de manera masculina. Soy un maldito hombre, y aborrezco a los otros hombres gestantes que actúan sumisamente y se sexualizan.

Freddy asintió, comprendiendo mejor. —Entiendo. Tiene sentido. Y creo que es genial que te mantengas fiel a ti mismo. Además, eres un hombre atractivo y fuerte. Puedo ver por qué Steve está tan loco por ti.

Danny sonrió, agradecido por el cumplido. —Gracias, Freddy. Steve me ama por quien soy, y yo lo amo por quien es. Somos un buen equipo.

Freddy miró a Danny con admiración. —Definitivamente lo son. Y me alegra ver que Steve ha encontrado a alguien tan increíble. Él se merece eso y más.

—Y yo me considero afortunado de tenerlo a él —respondió Danny, mirando a Steve con cariño mientras este se concentraba en el asado.

Steve se dio cuenta de que lo observaban y se acercó a ellos, sonriendo. —¿Qué pasa aquí? ¿De qué hablan?

Freddy levantó su cerveza, sonriendo. —Nada importante, solo estaba conociendo mejor a Danny. Debo decir que tienes mucha suerte, Steve.

Steve puso una mano en el hombro de Danny y sonrió ampliamente. —Lo sé, Freddy. Lo sé.

Danny se sintió reconfortado por las palabras de Freddy y el gesto de Steve. Se sintió valorado y comprendido, no solo por su esposo sino también por uno de los amigos más cercanos de Steve. Era un momento de conexión y aceptación, y eso lo hizo sentir aún más seguro y amado.

Mientras continuaban disfrutando del almuerzo, la conversación fluyó fácilmente, y todos se sintieron más unidos. .

Embarazo McGarretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora