XII

153 11 0
                                    

Honolulu tiembla

Steve McGarrett estaba frustrado. No solo tenía que lidiar con una misión peligrosa en el extranjero, sino también con la situación cada vez más distante con su esposo Danny, quien estaba embarazado de siete meses. Desde que se había ido, las llamadas con Danny se habían convertido en discusiones constantes, y cada vez que intentaba comunicarse, Danny parecía ignorarlo por completo.

En la base de Mosul, mientras interrogaban a un traficante de armas, la frustración de Steve alcanzó su punto de ebullición. Danny había colgado una de sus llamadas, y eso lo había herido profundamente. Mientras miraba al traficante frente a él, no pudo contener su ira.

"¡Dime dónde están las armas, o te aseguro que te arrepentirás!", gritó Steve, sus ojos destellando con furia contenida.

Joe, quien estaba observando en silencio desde un rincón de la habitación, notó la intensidad en la voz de Steve. Sabía que algo más estaba pasando, algo que estaba afectando profundamente a su protegido.

El traficante, intimidado por la ferocidad de Steve, comenzó a tartamudear, revelando detalles sobre el paradero de las armas. Pero Steve no estaba satisfecho. Su mente estaba atormentada por la distancia cada vez mayor entre él y Danny, y la sensación de impotencia lo consumía.

"¡Eso no es suficiente!", rugió Steve, su voz resonando en la habitación. "¡Necesito más información, y la necesito ahora!"

Joe se acercó a Steve, colocando una mano en su hombro en un intento de calmarlo. "Steve, cálmate. Estás dejando que tus emociones te controlen. Eso no te llevará a ninguna parte".

Steve se apartó bruscamente de Joe, su mandíbula apretada con frustración. Sabía que tenía razón, pero era incapaz de detener la tormenta de emociones que lo consumía.

Finalmente, con un suspiro pesado, Steve se obligó a calmarse. Respiró hondo y se centró en el interrogatorio, canalizando su ira en la tarea en cuestión.

Mientras continuaban con la interrogación, Steve se prometió a sí mismo resolver las cosas con Danny una vez que regresara a casa. Aunque la distancia entre ellos parecía insuperable en ese momento, sabía que no podía permitir que la ira y la rabia destruyeran lo que tenían juntos.

Embarazo McGarretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora