XIX

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Tiembla Honolulu

Danny había entrado en el octavo mes de su embarazo, lo que significaba que el nacimiento estaba a la vuelta de la esquina. Podía entrar en labor de parto en cualquier momento, y eso era algo que tenía a Steve y a todos en su entorno un poco nerviosos. Con esa excusa, Freddy había decidido visitar a su amigo Steve más a menudo, asegurándose de que todo estuviera bajo control.

Ahora mismo, Danny estaba dentro de la casa. Según sus propias palabras, odiaba la playa y el mar. Mientras tanto, Steve y Freddy estaban afuera, tomando unas cervezas y conversando en la terraza. Freddy, con su característica sonrisa pícara, miró a Steve y decidió abordar un tema que siempre le había intrigado.

"Sabes, Steve," dijo Freddy, inclinándose hacia adelante con un brillo en sus ojos. "Creo que sé por qué elegiste a Danny."

Steve levantó una ceja, intrigado. "¿Ah, sí? A ver, sorpréndeme."

Freddy sonrió. "Los ojos azules de Danny son como el mar, y eso te atrapó desde el primer momento."

Steve meneó la cabeza, sonriendo con cierta nostalgia. "No, Freddy. No fue por eso."

Freddy lo miró, claramente interesado. "¿Entonces por qué? Cuéntamelo todo."

Steve se recostó en su silla, mirando hacia la casa donde Danny descansaba. "El primer día que conocí a Danny, me golpeó."

Freddy abrió los ojos en sorpresa. "¿Qué? ¿Por qué?"

"Intervine en un caso que Danny manejaba en Nueva Jersey," explicó Steve. "Lo hice de una forma abrupta y a mi manera. Como comandante, tenía más poder, especialmente porque el caso estaba vinculado a unos terroristas que la Marina buscaba. Danny no estaba contento con eso. Me dio un certero golpe cuando me pasé de listo."

Freddy se rió, imaginando la escena. "Vaya, nunca pensé que a ti te pondrían en tu lugar tan fácilmente."

Steve sonrió. "Eso fue lo que me enamoró. Danny me puso en mi lugar, me peleó, me llevó la contra y me dijo dónde estaba mal. Apenas lo conocía, pero él arriesgó su vida para salvarme. Cuando estaba medio inconsciente, lo único en lo que podía centrarme eran sus ojos azules."

Freddy asintió, comprendiendo. "Así que no fue solo el mar en sus ojos. Fue su carácter, su valentía."

"Exactamente," dijo Steve. "Le pedí salir, luego una boda – a la que, por cierto, no asististe – y ahora estamos esperando a nuestro primer hijo."

Freddy levantó su cerveza en un brindis. "Por Danny y por el bebé. Que sigan siendo felices y que todo salga bien."

Steve chocó su botella con la de Freddy, sintiendo una calidez en su corazón. "Por Danny y nuestro futuro."

En ese momento, la puerta de la casa se abrió y Danny apareció en el umbral, con una mano apoyada en su vientre abultado. "¿De qué están hablando ustedes dos?"

"De lo increíble que eres," respondió Steve sin dudarlo, con una sonrisa.

Danny rodó los ojos pero no pudo evitar sonreír también. "Bueno, entra ya, que quiero ver esa película que prometiste."

Steve se levantó, ayudando a Danny a entrar de nuevo en la casa. Freddy los siguió, sintiéndose afortunado de ser testigo de una historia de amor tan genuina y fuerte. Mientras se acomodaban en el sofá para ver la película, Freddy no pudo evitar pensar en lo afortunado que era Steve por haber encontrado a alguien como Danny, y lo emocionado que estaba por el.

Con la película comenzando y Danny acurrucado junto a Steve, la casa se llenó de una paz y una alegría que solo la verdadera familia puede proporcionar.

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⏰ Última actualización: Jun 01 ⏰

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