Corriendo por el bosque a toda velocidad, matando a todo demonio que se cruzo por su camino, Shinazugawa Sanemi, mejor conocido como el pilar del viento, acaba de matar a más de media docena de demonios.
-Tsk, que deviles son- soltó irritado pateando la cabeza de un demonio a medio desvanecer.
-Caw, misión completada, misión completada- grito un cuervo volando en círculos antes de ir a dar el reporte de su dueño.
El pilar se estaba por retirar, pero antes de guardar su katana escucho unos ruidos misteriosos que aparecieron junto a una fuerte ventisca.
-¡¿Quien anda ahi?! ¡Sal maldito demonio!- grito escuchando como los ruidos se hacían más fuertes.
Poco a poco de entre la oscuridad de la noche varios pasos se empezaron a escuchar junto a los crujidos, y en eso salió un esqueleto andante con una armadura dorada junto a un escudo y una espada algo gruesa, el mismo se avalanzo con pasos cortos contra al pilar solo para terminar hecho pedazos en menos de un minuto.
-¡¿Eso es todo lo que tienes?!- grito con una sonrisa algo engreída al ver al esqueleto tratar de volver a armarse pero no pudo.
Varios esqueletos se fueron mostrando uno tras otros rodeando al pilar y todos eran igual al primero que fue destruido.
-¡¿En verdad creen que esto sera suficiente para derrotarme?!- grito destruyendo a cinco a la vez en solo unos segundos.
Los esqueletos al principio eran algo torpes pero mientras más eran derrotados más aparecían, y para empeorar, esos eran mejores peleando.
Sanemi empezó a ser atacado con más fuerza y sutileza que hace solo unos minutos, los esqueletos que aparecían se movían mejor que los anteriores, se protegían y lo atacaban cuando podían cordinando sus movimientos.
Poco a poco Sanemi recibió una que otra herida y los esqueletos eran cada vez más inteligentes y resistentes, por lo que su katana no pudo aguantar más y terminó partiéndose a la mitad, a pesar de eso Sanemi siguió peleando tratando de averiguar de donde salían esos es1ueletos pero no podía encontrar o ver nada a su alrededor que lo ayudara.
Y paso lo impensable, en un pequeño descuido dos de los esqueletos lo atacaron por la espalda para sostenerlo.
-¡¡Sueltenme desgraciados!!- grito al ser sostenido de ambos brazos con gran firmeza mientras era obligado a ponerse de rodillas para que otros esqueletos le sujetarán las piernas.
-Si que diste una buena pelea- dijo una voz gruesa entre las sombras de los arboles -Ningun otro pilar habia durado tanto a mis marionetas- y entonces salió.
Un demonio de pelo negro un tanto largo, ojos negros como la noche, un par de cuernos negros desde la raíz y desgarrado de azul en las puntas, traía unos pantalones ajustados junto una camisa blanca y un saco negro que llegaba hasta sus rodillas.
-Esa sangre...- hablo el demonio para acercarse al pilar y poder verlo desde más cerca -Es justo lo que buscaba- con un dedo rozó una pequeña herida cerca de los labios del pilar para poder tocar esa sangre especial.
Pero a en cuento lo hizo vio como el pilar mordió su dedo hasta arrancarselo y escupirlo.
-No me toques maldito demon_- una fuerte patada a su estómago callo al pilar quien escupió algo de sangre y sintió como el aire de sus pulmones se iba.
Unas telas blancas salieron de la palma del demonio así sujetando las manos y piernas del pilar quien quedó inconsciente después de esa tremenda patada.
-Bien... hora de jugar- sonrió el demonio mientras cargaba al pilar sobre su hombro.
Los esqueletos desaparecieron, al igual que el demonio y el pilar, lo único que quedó en ese lugar fue la katana rota y desgastada del pilar.
[...]
Todo a su alrededor estaba oscuro, podía ver una reja solo un par de metros frente a él, las velas que había el lugar no eran suficientes para alumbrar bien todo el panorama, pero era evidente que estaba en una celda.
Sus pies casi no tocaban el piso puesto que su cuerpo estaba colgando del techo, tenía ambos manos sujetadas por unas telas blancas que colgaban del techo, sus piernas tambien estaban sujetadas lo que le impedía moverlas.
-Por fin desiertas, creí que te había matado- esa voz... como olvidarla
-Maldito...- soltó como pudo, por alguna razón se sentía más débil que desde ayer.
-Si que eres muy energico, un humano normal no hubiera aguantado perder tanta sangre- dijo sujetando la barbilla del pilar para mirarlo a los ojos -Tendre que tener más cuidado- soltó su rostro dejando que la mirada del pilar volviera a bajar.
-¿Que me hiciste...?- pregunto con la voz algo ronca y seca.
-Nada importante... solo te quite algo de sangre- respondió el demonio.
De repente las telas que sujetaban al pilar lo soltaron dejando que su cuerpo caiga, pero el demonio en vez de dejarlo caer al duro y frío suelo lo atrapó con cuidado de no lastimarlo.
No era que se preocipara por el, es como había dicho antes, necesitaba su sangre y si el pilar moría entonces tendría que buscar a alguien más con sangre especial lo cual era un total fastidio.
Sanemi por otro lado quería golpear a ese maldito demonio, pero por mucho que quisiera hacerlo su débil cuerpo se lo impedía, incluso usando toda la fuerza que tenía en ese momento solo era capaz de mover solo dos de sus dedos.
-No me... toques...- fue lo último qué apenas logro decir antes de desmayarse.
Bien, si tanto le molestaba que lo tocara, entonces... ¿como reaccionara tras ser poseido por uno de los seres que tanto odia?
Tal vez era hora de averiguarlo.
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Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)
RandomSanemi Shinazugawa, un cazador de elite que odia a todos los demonios sin excepción. Diablo, un demonio sumamente poderoso que adora jugar con los demás de distintas formas.