.06.

3.1K 290 5
                                    

La mañana llegó y Sanemi despertó muy, pero muy adolorido, todo su cuerpo le dolía de alguna u otra forma, y ya sabía porque...

Todos los recuerdos del día anterior estaban más que frescos en su memoria, e igual que la vez anterior estaba dispuesto a romper todo lo que este a sus manos.

Pero...

-M-Mierda... maldito desgraciado...- maldijo sin poder siquiera sentarse por culpa del tremendo dolor de caderas que le dejaron.

Sanemi maldecía rechinando los dientes, sin poder levantarse pero aún así hizo un gran esfuerzo por sentarse, y cuando por fin pudo lo hizo logró ver la habitación en la que estaba.

Daba igual, no importara si estaba en una choza o en un palacio, solo quería matar a ese demonio e irse de ahí lo más pronto posible, pero antes... debía comer algo.

Miro la comida que estaba sobre un pequeño mueble de luz a un lado de la cama y a regaña dientes se acercó adolorido para poder comerla.

No era que confiara en que no tuviera algo, pero seamos sinceros, no podría matar al demonio si estaba débil, además de que no comió nada desde que lo secuestraron ya que el mismo fue el que tiro toda la comida que le dieron.

Después de terminar empezó a tratar de caminar para aunque sea buscar una ruta de escape de ese lugar, pero ni aún usando su respiración era capas de levantarse así que no tuvo más opción que volver a recostarse.

Era de día, o eso suponía el ya que todas las ventanas estaban cerradas impidiendo que el sol entrará, a diferencia de la habitación anterior está si tenía electricidad por lo que luz si tenia.

-Debo irme de aquí...- susurro sin ser escuchado por nadie más que el.

[...]

En medio del bosque, dos cuervos volaban entre los cielos recorriendo un lugar en específico y sus alrededores buscando algo fuera de lo normal y sí lo llegaban a ver se lo informarían a sus dueños.

Mientras los dos plumiferos hacían su trabajo sus dueños yacían parados mirando a su alrededor, inspeccionando la tierra, los árboles e incluso los arbustos más pequeños, buscando huellas o algo que los ayudara a encontrar el paradero de su compañero.

Pero tal parecía que todo rastro fue bien borrado y eliminado, no había nada, las únicas huellas eran las suyas ya que habían dado un recorrido al rededor.

-Tomioka-San, ¿encontraste algo?- pregunto una hermosa cazadora de pelo negro y puntas moradas junto a un broche de mariposa.

-No- respondió sin agregar algo más un hombre serio de pelo azabache y un haori de doble diseño.

-Por eso todos te odian Tomioka-San- lo molesto sin quitar su falsa sonrisa.

-A mi nadie me odia- se defendió sin cambiar su expresión en lo más mínimo.

La más baja estaba por volver a hablar pero el ruido de uno de sus cuervos llamó la atención de ambos.

-¡Caw, caw! ¡Kocho-Sama, Tomioka-Sama, parece que encontramos al pilar del viento!- informó y fue directo a donde estaba su posible compañero.

Luego de casi una hora siguiendo al cuervo a una fran velocidad entraron a una cueva algo grande y espaciosa, mediante avanzaban un fuerte olor nauseabundo llegó a la nariz de ambos pilares que los obligó a taparse para no respirar.

Una vez llegaron al final de la cueva vieron muchos esquelas y cuerpos en descomposición, katanas y trajes de cazadores desgarrados entre y alrededor de ellos, pero una cabeza de pelo blanco y con la cara totalmente desfigurada llamo su atención.

-Esto no puede ser verdad...- soltó la pilar de baja estatura asqueada y sorprendida por lo que estaba viendo.

[...]

Horas después cuando al fin era de noche, Sanemi escucho unos ruidos fuera de la habitación y a los segundos ese demonio que tanto aborrecía entró con una sonrisa en los labios.

-Hola cariño- lo saludo y colgó su abrigo en el tendedero que había cerca del armario -Perdon por tardar, tuve que encargarme de unos problemas-

Como si saber eso le importara, nada de lo que el hiciera o le pasara le interesaba, así que sin interés se recostó de lado dándole la espalda.

-Que malo eres cariño- se recostó junto al pilar y poder abrazarlo de la cintura -Anoche te veias más obediente mientras me gemias mi nombre sin parar- susurro en el oído del pilar.

-¡¡Eso fue porq_!!- por el enojo se sentó de golpe haciendo que el dolor apareciera de repente y terminará cayendo devuelta en la cama.

-Perece que si te duele mucho- serio el demonio volviéndolo a abrazar.

-Callate, yo... te odió- dijo como si quisiera llorar, pero de rabia.

-Mmm... entiendo, pero yo... te amo cariño- mentira, segurp que le decía eso solo para molestarlo, y valla que funciono.

-¡¡Que te calles!!- grito sin mirarlo, el que el demonio lo estuviera abrazando ya lo tenía de malas y el que le dijera eso casi lo hace explotar.

Si no se apartaba de ese abrazo era solo porque estaba muy adolorido.

-Cariño...- hablo de forma juguetona -Quiero hacer algo-

Otra vez, su cuerpo... se estaba moviendo.

Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora