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-No te alejes de mi- pidió el demonio de forma seria.

Diablo cerró sus ojos unos segundos antes de volver a abrirlos nuevamente.

-Diablo...- susurro Sanemi generando una sonrisa algo sádica y burlona al contrario.

Sanemi vio como los ojos de Diablo empezaron a brillar con gran intensidad y como su cabello negro crecía lentamente hasta mostrar unas puntas azules que llegaban hasta sus hombros.

Luego de eso las luces del tren empezaron a fallar parpadeando unas cuantas veces antes de apagarse totalmente dejando que los ojos de Diablo brillarán más que antes.

-Deja todo en mis manos- le dio un suave beso en la frente -No dejare que nada malo les pase-

Las paredes del tren empezaron a ser cubiertos por una maza de carne simulando las entrañas de un ser humanos.

[...]

Todo paso tan rápido.

En solo unos cuantos segundos el demonio que controlaba el tren fue asesinado.

No supo como o que hizo su esposo para matar al demonio ya que el le había tapado los ojos impiendo que viera lo que sea que hizo.

Lo único que pudo escuchar fueron los gritos de agonía y dolor de la menguante antes de escuchar un fuerte golpe.

Luego todo se volvió negro.

Para cuando abrió los ojos el tren estaba casi destrozado y tumbado fuera de las vías.

-¿Que pasó...?- pregunto algo desorientado.

-Termine- respondió Diablo quien lo estaba cargando como princesa junto a su bebé -Mate a esa menguante tal y como querías-

-¿Y los pasajeros...?- Diablo le dio una sonrisa.

-Todos estan bien- dijo y deposito un beso en la frente del albino quien se apego más a el.

-Que bueno...- suspiro tranquilo que nadie murió.

-¿Y mi recompensa?- pregunto con una sonrisa pícara.

-¡¡MALDITO PERVERTIDO!!- grito haciendo reír tanto a su hija quien no entendia nada como a su esposo quien solo lo estaba molestando.

La pequeña familia se siguió riendo hasta que Diablo sintió como unas personas se acercaban a ellos, lenta y cuidadosamente bajo a Sanemi quien por el rabillo del ojo pudo divisar una cabellera flameante que conocía muy bien.

-Rengoku...- nombro a su viejo compañero.

Diablo soltó un ligero suspiro.

-Cuanto tiempo... cazador...- finalmente se dio la vuelta para mirar al pilar de la llama, tambien notando a cierto cazador con aretes de hanfuda -Valla... tu tambien estas aqui-

Un silencio sepulcral se formó en donde Kyojuro no despegaba su vista del demonio frente a él que sorprendentemente protegía a Sanemi quién cargaba un bebé.

-No queremos pelear- dijo Kyojuro con esa sonrisa que lo caracteriza -El patron imformó que gracias a ustedes obtuvimos información importante sobre Muzan y las lunas superiores- nuevamente miro al albino quien seguia sin dirigirle la mirada -Shinazugawa... el patron dice que te desea lo mejor-

Sin duda no esperaba eso, pero lo hizo sentir bien.

-Gracias...- apenas levanto la voz por lo que solo Diablo pudo escucharlo.

-Bien, sigam_- un fuerte golpe detrás de ellos interrumpió al oji-azul.

Una nube de polvo se formó y todos fijaron su mirada en ese lugar donde sintieron una fuerte presencia, poco a poco el polvo se disperso mostrando un par de ojos dorados.

Sanemi supo de inmediato quien era gracias a las descripciones exactas que Diablo le había dado sobre cada luna superior.

Era Akaza, la tercera luna superior.

-Valla... ¿Que tenemos aquí?- hablo la luna superior -Dos pilares, dos cazador menores y...- la creciente fijo su mirada en Diablo quien ni se inmutó ante el -¿Un humano simple humano?- pregunto.

No sabe lo equivocado que estaba, si llamo Humano a Diablo solo fue porque su espíritu de lucha era igual de débil que un humano normal.

Pero la realidad era que Diablo era increíble en el camuflaje, esconder y minimizar su presencia hasta parecer un humano común era solo un juego de niños para el.

Si quisiera, con solo uno de sus ataques podría matar a esa luna superior en solo un segundo.

Pero la pelea que estaba por formarse no le interesaba, a menos que su pareja se lo pidiera, en ese caso si lo mataría.

Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora