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La noche ya casi llegaba, Sanemi seguia durmiendo con su pequeña hija a su lado, y hubiera seguido durmiendo si no fuera por algo.

-Mnn- se quejo entre sueños pero lentamente despertó notando que ya era de noche -¡Aahh~!- gimió algo sorprendido -¿Di-Diablo~?- miro al responsable de su despertar.

Ya bien despierto Sanemi por fin pudo notar la situación en la que estaba, Diablo, su esposo... lo estaba preparando.

¡¡Con su hija a un lado de ellos!!

-B-Basta~ Diablo~- trato de quitar la mano de su esposo de su entrada pero no logro nada.

-¿Recuerdas lo que prometiste cuando mate a esa luna?- le susurró en el oído.

-S-Si pero~ a-aqui no~ n-no aq-qui~- gimió al sentir como los dedos de su esposo se movían dentro de él.

-¿Porque no?- le susurró en el oído antes de morder su óvulo  sacandole otra pequeña gemido al albino.

-P-Porque~ H-Hito-mi~ esta aqui~- respondió esforzándose mucho en no levantar la voz.

-Entonces solo debes guardar silencio-

Diablo abrió la parte superior de la yukata de Sanemi dejando que su pecho estuviera libre para el.

-Cariño, sujeta tu pierna por mi- mordió su cuello y Sanemi aunque quiso negarse terminó obedeciendo.

-Mmm~ nmgh~- apenas retenia sus gemidos tapando su boca -Dia-blo~-

La sensación de sus dedos entrando y saliendo moviéndose en su interior hacia que todo el cuerpo de Sanemi temblará pidiendo más

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La sensación de sus dedos entrando y saliendo moviéndose en su interior hacia que todo el cuerpo de Sanemi temblará pidiendo más.

-Sanemi~- susurró con lujuria en su oido, Sanemi sólo lo abrazo soltando pequeños gemidos.

-Diablo~- un beso en su cuello lo hizo jadear -A-Ahh~- gimio el ser penetrado por completo.

Cada embestida era lenta y precisa haciendo que su próstata sea golpeada con suavidad causándole escalofríos que subían por toda su espalda hasta su cuello.

Todo era suave y gentil, no le disgustaba, pero quería más, mucho más.

-Di-Diablo~- jadeo tras separarse de ese caliente beso -M-Más~ más rapido~- pidió entre leves gemidos.

No hizo falta pedirlo otra vez, Diablo empezó a penetrarlo con más fuerza haciendo que los gemidos de Sanemi se volvieran más fuertes, pero estos fueron callados con un beso bastante profundo.

El sonido de pieles era apenas audible pero el calor del momento se sentía en cada rincón de esa habitación, los jadeos y suaves gemidos solo eran audibles para ellos.

-A-Ahh~ Dia-blo~- arañó la espalda de su esposo al sentirse cerca del clímax.

Un beso caliente callo los gritos que el albino iba a soltar debido al gran cambio de las embestidas, ahora eran mucho más fuertes.

Un beso caliente callo los gritos que el albino iba a soltar debido al gran cambio de las embestidas, ahora eran mucho más fuertes

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-Mmm~ mmn~- gemido tras gemido era callado por el fogas beso que ambos compartían hasta que... -¡Mmmmm~!- una última embestida hizo que ambos terminaran.

Sanemi sintió como su propio semen lo manchaba y como su pareja lo llenaba por dentro, se sentía can caliente... tan lleno...

-¡Ahh!- jadeo sorprendido al ser levantado y sentado en las piernas del demonio -¿Q-Que haces?- miro nervioso a su hija asegurándose de que siguiera dormida.

-¿No recuerdas lo que te dije ayer?- susurró en su oído -Te dejare sin caminar cariño- un beso en su cuello lo hizo estremecer.

Estaba muerto.

[...]

-Ya, tranquila, tu mamá esta muy cansado- acurrucó a su hija quien estaba sollozando.

-Ya damela- Sanemi extendio los brazos para recibir a su hija.

Diablo se la entrego y lo ayudo a sentarse correctamente para que pudiera amamantarla, no mentiría, estaba empezando a tener envidia de su propia hija, ¿razón?

Pues anoche fue cuando al fin descubrió que Sanemi podía producir leche materna como una mujer, tal vez por el gran cambio en su cuerpo (el cual él produjo), y su querido esposo se lo mantuvo bien escondido. Y con gran razón ya que anoche no dejo de molestar sus pezones con tal de probar su leche, la cual debía admitir que sabía muy bien.

-¿Te sigue doliendo?- recibió un golpe en la cara como respuesta.

-¡Claro que si, idiota!- grito molesto pero con sus orejas rojas de vergüenza al saber que su pequeño secreto ya fue descubierto.

-Es tu culpa por esconderme algo asi, ¿porque lo hiciste?- no recibió respuesta, así que pellizco con fuerza el pezon de Sanemi.

-¡N-No lo presiones!- grito siendo totalmente ignorado.

-¿Y bien?- volvió a preguntar ahora manoseando los muslos llenos de marcas de su pareja.

-E-Es que... y-yo... ¡Me asuste!- soltó de repente haciendo llorar a Hitomi.

Los pequeños llantos de su hija hizo que Diablo dejara de molestarlo y que el se pusiera a arullarla

-No llores, perdon por gritar, es culpa de tu padre- escucho un jadeo de sorpresa.

-Que cruel- fingió ofenderse por un rato.

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⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

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Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora