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Últimamente las noches estaban siendo más frías de lo normal, muchas personas se quejaban debido a eso e incluso algunos llegaban a enfermarse, excepto Sanemi quien era cuidado cada segundo de cada día sin falta.

Igual que ahora, casi no podía caminar por estar haciéndolo toda la tarde hasta el anochecer, así que Diablo se encargo de bañarlo, cambiarlo y cargarlo todo el camino hasta su destino.

Aunque eso lo hace desde ya hace mucho.

-¿Es aquí?- miro la finca que tenían frente a ellos, era igual o más de grande que en la qué vivían.

-Asi es- dicho eso entro a la finca sin bajar a Sanemi de sus brazos.

A diferencia de su finca que era alumbrada por varias velas está estaba completamente a oscuras, era tan oscuro que ninguno podía verse a la cara, Diablo siguió caminando por el pasillo hasta que una tenue luz se hizo presente.

Era una luz que apenas se veía por una puerta que estaba levemente abierta, al estarse acercando Sanemi pudo escuchar un par de voces y al estar frente a la puerta está fue abierta mágicamente sola.

Un calida brisa los recibió antes de que la puerta se cerrará detrás de ellos, y ahí los vio, dos humanos, o eso parecían, una mujer de cabello y ojos tan oscuros que parecía que fácilmente podría perderse en ellos, luego había un hombre, casi tan alto como Diablo, pero el tenía cabello castaño y ojos marrones, bastante guapo a decir verdad.

-Al fin llegas, pense que no vendrías por estar con el- hablo la mujer sacándolo de sus pensamientos.

-Por poco y no vengo- Diablo le respondió poniendo una sonrisa traviesa -¿Porqué crees que lo traigo en brazos?- un golpe lo callo.

-¡¡Callate!!- grito Sanemi avergonzado y haciendo reír a los amigos de su pareja y futuro esposo.

-Pff jajaja... valla, no mentiste cuando dijiste que era alguien muy difícil- hablo el castaño quien estaba centado en un sillón.

-Bueno, pónganse comodos- dijo la mujer y sentandose en otro sillon y señaló el sofá largo frente a ellos.

-Gracias por su atención- primero sento a Sanemi para taparlo con una manta que había traído por el frío y luego se sento a su lado.

-Bueno, deja que me presente, mucho gusto me llamo Lucifer, pero puedes llamarme Lucy- se presento la mujer, dando una sonrisa amable y cariñosa hacia el pilar.

-Yo soy Stolas, mucho gusto- ahora se presento el castaño con una expresión algo aburrida pero a la vez curiosa.

-Sh-Shinazugawa Sanemi- se le trabo la lengua por los nervios, algo en el le decía que eran peligrosos.

-Si lo sabemos, despues de todo Diablo mo deja de presumir sobre ti- lucy miro al mencionado viendo lo feliz que estaba.

-Tambien nos presume las caras que haces cuand_- le taparon la boca antes de que terminará.

-Jajaja, ignorali Nemi-Chan- río lucy nerviosa por hacer enojar al humano.

Pero sus esfuerzos fueron en vano.

-¡¿QUE LES PRESUMES QUÉ?!- grito Sanemi sumamente furioso.

-¿Que? Solo queria que supieran la suerte que tengo- actuó como si no hubiese hecho nada malo.

-¡¿Pero porque tienes que decir eso?!- le dio otro golpe en la cabeza.

-Bueno, bueno, dejando eso de lado, ¿no creen que es la hora de empezar?- señaló lucy con una sonrisa que se le contagio a sus amigos.

-¿Eh?-

-Es verdad, ya todo esta listo- agrego Stolas.

-¿Que esta listo?- pregunto.

-¿Pues que más? Su boda-

-¡¿QUÉ?!-

[...]

En efecto, todo estaba más que listo, Lucifer... perdón, Lucy se llevó a Sanemi a otra habitación para poder cambiarlo y ponerle un traje de novia tradicional, mientras que Diablo fue a otra para cambiarse y ponerse el traje de novio.

Y mientras ellos estaban haciendo eso, Stolas se encargo de iluminar el enorme y hermoso altar que había afuera de la finca, justo del lado contrario por donde habían llegado Diablo y Sanemi, por eso ninguno lo vio.

-¡Kyaaa, que hermoso te ves Nemi-Chan!- medio grito Lucy muy emocionada.

-Gracias...- se miro bien -¿Como consiguieron mis medidas?-

-Diablo nos las dio- recordó como su amigo le dio las medidas con aproximaciones.

-Entiendo...-

-¿Pasa algo?-

-No, es solo que... estoy nervioso...-

-Awww, pues es normal, debes amarlo mucho ¿verdad?-

¿Amarlo? ¿El lo amaba? Era evidente que Diablo sí lo amaba y se lo demostraba a cada rato, pero el...

-S-Si...- susurro, pero fue escuchado.

-Bien, vamos- abrió la puerta de la habitación.

Lucy abrió la puerta que daba directamente al exterior, donde se pudo ver el altar, todo el lugar a pesar del mal clima era iluminado por varias velas las cuales estaban dentro de lo que parecían ser burbujas que flotaban al rededor manteniendo cálido todo el lugar.

En cuanto toco el suelo vio como había una camino de pétalos blancos que se dirigían desde el hasta el altar el cual tenía cuatro pilares de piedra con diseño griego adornados con listones blancos y varias flores del mismo tono, y claro que el novio no podía faltar.

Diablo estaba parado en el altar esperando a la novia.

Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora