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Otro día da inició, Sanemi caminaba por la finca en la que estaba buscando al demonio, aun le dolía la cadera por lo de la noche anterior pero ya puede soportarlo mejor.

Entro a una oficina en donde vio al demonio haciendo unos experimentos los cuales ya conocía un poco.

-Diablo- lo llamo y el mencionado se dio la vuelta para mirarlo.

-Hola cariño, ¿pasa algo?- sonrió al escuchar al más bajo decir su nombre.

-No es nada, solo quería... salir a entrenar un rato- ya no le gritaba, ya que si lo hacía el contrario es muy capas de tirarlo al piso y hacerlo ahí.

-Claro, pero no vallas muy lejos, recuerda que tenemos que salir esta noche- le dio un beso en los labios antes de que el contrario saliera.

Sin más Sanemi agarro una katana de madera que el demonio le había conseguido por petición suya y fue a entrenar.

Cuando al fin acepto qué no podía desobedecer al demonio obtuvo cierta libertad, podía salir de la finca durante el día y quedarse afuera todo el día si quisiera, y aunque quisiera huir no podría al estar en medio la nada.

Ningún cazador o demonio rondaba por los alrededores, tampoco vio a un cuervo de la organización pasar por ahí, por lo que el ser encontrado por uno de la organización era casi imposible.

Sus únicas posibilidades para escapar eran bastantes escasas a decir verdad, y todas las veces en que salían Diablo nunca lo perdía de vista por lo que en cada salía solo podía esperar encontrarse con uno de sus compañeros, un cazador, aunque sea con un cuervo kasugai.

Aunque no sabía si eso serviría de algo, ya no sabía que tanto era capaz de hacer el demonio.

-Cariño~- ese susurro contra su oído y una lamida traviesa a su oreja lo hizo estremecerse -¿En que tanto piensas?-

-En nada... ¿ya nos vamos?- pregunto ya que ya era de noche.

-Primero debemos bañarnos y cambiarnos, vamos- lo agarro de la mano y lo llevo dentro de la finca.

Ambos fueron al sauna donde el agua que antes era medio transparente ahora era de color rojo como si fuera sangre, pero claramente no lo era, solo obtuvo ese color después de qué Diablo le pusiera un líquido negro que al mezclarse con el agua se torno rojo.

Se deanudaron y entraron, primero Diablo y luego sanemi quien recibió un poco de ayuda para no caerse al bajar.

-Entrenas muy duro, tus manos estan algo ásperas por usar tanto esa katana- de forma gentil sostuvo las manos del pilar entre las luyas.

-Estoy acostumbrado, antes lastimarme era bastante normal para mi- dijo sin más y calmado, no quería hacerlo enojar y que lo hicieran ahí.

En pocas palabras, Diablo era capaz de hacerlo en cual sitio, no importaba si era a escondidas o frente a la mirada de otros, una vez lo hicieron en medio del bosque cuando trato de escapar y otra lo hicieron en un callejón en una de las aldeas que visitaron.

Pero en medio de sus pensamientos, un beso en su cuello lo hizo reaccionar soltando un suspiro y temblando un poco.

-Estas pensando demasiado esta noche- dijo el demonio pasando sus manos por su espalda y sus piernas -¿No vas a decirme en que estas pensando?-

-Y-Ya te dije que~ n-no es na-nada~- se excuso sintiendo ahora varios besos en su cuello -S-Solo estoy cansado~-

-Entiendo... esta bien, pero te dire algo cariño- sonrió y dejo de tocarlo -Esta noche iremos a ver a unos conocidos míos-

-¿Conocidos?- soltó confundido.

-Si, un par de demonios especiales como yo-

Especiales, una vez les hablo de ellos, eran dos demonios que vivían ocultos como el, pero la única diferencia es que ellos solo sobreviven de sangre humanas y el si comía personas, criminales, pero aún así mataba gente, lo cual le molestaba al principio.

Al salir del baño, ambos fueron a cambiarse, grande fue la sorpresa de Sanemi al ver como Diablo le daba unas ropas algo elegantes que segun el eran de color verde.

-¿Que tal?-

-Es... ta bien- no admitiría que le gustó -¿Como conseguiste las medidas?- pregunto extrañado ya que nunca le dijo.

-Ah, sobre eso... fue algo bastante facil- dijo poniendo sus manos algo separadas -Tu pecho- cambio la distancia entre las manos a una más pequeña -Tu cintura, tus caderas...- siguió mostrando que tan bien se sabía las medidas del albino.

-¡¡MALDITO PERVERTIDO!!- grito Sanemi muy sonrojado al ver que incluso sabía cual era la distancia entre sus piernas.

-¡¡MALDITO PERVERTIDO!!- grito Sanemi muy sonrojado al ver que incluso sabía cual era la distancia entre sus piernas

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-Jajajaja, no te enojes- se siguió riendo -Bien, vamos-

Diablo le extendió la mano a Sanemi y algo dudoso la tomó, luego vio como una clase de portal negro apareció frente a ellos, el cual cruzaron y al abrir los ojos estaban medio de un callejón, no sabía dónde.

-Primero daremos una vuelta para que te distraigas un poco- informó y empezo a tomar una forma más humana antes de salier del callejón.

Era la ciudad, Sanemi habia venido un par de veces y por eso pudo orientarse, ambos caminaron con tranquilidad aún tomados de la mano, mirando y paseando por todo el lugar.

Eso hasta que Sanemi vio una tienda de dulces y en la vitrina de muestras estaba su postre favorito, ohagi.

-¿Quieres comprar un poco?- pregunto el demonio disfrazado de humano.

-Si quiero- respondió con ligero brillo en los ojos, hace mucho que no comía ohagi.

-Bien, tenemos tiempo así que puedes comer cuanto quieras- no hizo falta repetirlo para que Sanemi fuera directo a la tienda.

Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora