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Una fea incomodidad en su cuello, fue la fría temperatura y grosor del grillete alrededor de su cuello lo desperto, con un leve cansancio se sentó en el futon en el que estaba, su uniforme fui cambiado por una yukata blanca limpia y muy cómoda.

Eso lo desconcertó solo unos segundos hasta que finalmente reacciono y se levantó de forma brusca, fue en ese momento que noto el grueso grillete que tenia en su cuello con una larga cadena sujetada a una pared, como si fuera el collar de algún perro.

-¿Que demonios?- soltó molesto y jalo con todas sus fuerzas la cadena como si eso fuera a liberarlo.

-Si sigues asi haras que me enoje- esa voz... cuanto la odiaba... solo la escucho un par de veces pero fue lo suficiente como para saber de quien era.

-¡Maldito! ¡¿Que es lo que quieres de mi?!- grito dándose la vuelta muy enojado rechinando con rabia y las manos tan apretadas que sus uñas se estaban clavando en su propia piel.

-Ya te lo dije... necesito tu sangre- respondió con una sonrisa algo burlona pero esa misma se agrandó cuando se vio obligado a detener un golpe que iba directo a su cara, claro que no fue muy difícil detenerlo -Valla~ el señor pilar no puede aguantar una pequeña bromita?- río.

-¡Callate!- grito tratando de darle otro golpe con su mano libre, pero por desgracia fue detenido antes de hacerlo.

El demonio rápidamente lo empujó contra el fútbol de una forma nada delicada sujetando ambas muñecas del pilar contra el acolchado impidiéndole moverse.

-¡¿Que crees que haces maldito?!- grito con fuerza el albino.

-Oh~ nada importante, solo quiero probar algo contigo- respondió el demonio con una sonrisa algo perversa.

De repente la yukata que el pilar usaba fue bruscamente abierta dejando su cuerpo desnudo a la luz, eso lo sorprendió pero a la vez alerto, por otro lado el demonio miraba de forma detenida el cuerpo del pilar tratando de memorizar cada pequeño detalle.

A sus ojos el pilar era muy hermoso, trnia cicatrices por casi todas partes, su pecho, sus brazos, sis piernas y sus lindos muslos tambien eran adornado por varias cicatrices solo lo hacían ver más atractivo a su parecer.

-¡Maldito pervertido!- el pilar como pudo se safo del agarre del demonio para darle una patada, sin embargo el demonio solo tuvo que estirar de la cadena para mantenerlo quieto -¡Dejame!-

-Mmm, que raro, ya tendria que haber hecho efecto- dijo confundiendo al cazador.

-¡¿A que te_?!- un inmenso mareo no lo dejo terminar, de repente sintió como su cuerpo se calentaba y como sus energías se iban, su vista se estaba empezando a nublar y el solo rose de la tela de la yukata contra su piel lo hacia temblar, sin embargó su conciencia aun seguia casi intacta -¿Q-Que... me h-hiciste...?- apenas podía hablar.

-Solo te di un poco de afrodisíaco- respondió de forma pervertida.

El demonio sin perder tiempo termino destrozando por completo la yukata dejando al pilar completamente desnudo debajo de el, veía como esos hermosos ojos lilas con una fina capa de lagrimas lo miraban con tanto odio mientras que el cuerpo ajeno temblaba ligeramente como una presa aterrorizada.

Apreso las manos del pilar sobre su cabeza atandolas con el cinturón de la yukata que había destrozado, ese cazador... ese pilar... era tan hermoso... y se estaba muriendo por saborearlo todo, de forma lenta abrió las piernas del pilar dejándolo expuesto por completó.

-N-No te atrevas...- tan desafiante, incluso en esta situación donde apenas podía mover su cuerpo.

-Tranquilo... lo vas a disfrutar- de forma lenta se acomodo entre las piernas del pilar para levantar una de ella y lamer una de las tantas cicatrices que portaba haciendo estremecer al albino.

El demonio sonrió y está vez empezó a besar el muslo del pilar mientras apretaba el otro con su mano, pronto ambas piernas del pilar tenían marcas de besos y mordidas al igual que rastros de saliva.

Luego el demonio dirigió su boca a esos hermosos botones rosados para empezar a morderlos y chupar con gran fuerza haciendo que el pilar encorvara la espalda y soltara varios gemidos, uno de sus pezones era mordido con dureza mientras que el otro era pellizcado de la misma forma.

Los gemidos que soltaba el pilar debido a lo sensible que estaba su cuerpo volvían loco al demonio quien bajo su mano libre hasta la entrada del pilar y poder meter uno de sus gruesos dedos.

-Y-Ya ba-asta n-no to-ques a-hi~- trato de hablar pero simplemente no se le entendía con tantos balbuceos.

El demonio al como la entrada del albino se acostumbro a su dedo no dudo en meter otro más para empezar a simular movimientos de tijeras que salían y entraban una y otra vez en el agujero del pilar.

Sanemi estaba perdiendo su enfoque y su cordura, por culpa del afrodisíaco todo su cuerpo estaba reaccionando a las acciones del demonio haciéndolo gemir cada vez más fuerte, no importa cuanto tratará de callarse le era imposible en esas circunstancias.

Y todo empezó a ir de mal a peor al sentir como el demonio metia otro dedo en el y como empezaba a embestirlo con fuerza, sus pezones dolían y su entrada estaba siendo brutalmente estimulada por esos gruesos dedos, sus piernas empezaron a temblar y contraerse.

Diablo, como se llamaba el demonio, busco algo en el interior del pilar y cuando finalmente lo encontró lo precioso con tanta fuerza que hizo gritar al pilar.

-¡¡Ahhh!!- grito Sanemi encorvando la espalda con fuerza y tirando su cabeza hacia atrás.

-Ya lo encontré- por fin el demonio dejó sus pezones en paz para incorporarse y esta vez empezar a marturbar el duro miembro del pilar mientras apretaba ese lugar sensible una y otra vez -¿Te gusta este lugar?- pregunto volviendo a presionarlo.

-¡N-No no to-ques, a-ahi no!- gemia Sanemi como loco negando con la cabeza y estirando sus piernas hasta más no poder.

Diablo se deleitaba con cada pequeño gesto, ruido o movimiento que hacia el pilar, solo tuvo que presionar una vez más ese lugar para que el albino terminará sobre su propio abdomen.

Ahora si podía pasar a lo bueno.

Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora