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Diablo y Sanemi estaban recostados en la cama con su hija recién nacida entre ellos, ambos estaban tranquilos y relajados disfrutando la compañía del otro.

-¿Ya pensaste en un nombre?- pregunto mirando como su esposo sonreía y apreciaba a su hija.

Sanemi dejaba que su hija sujetará su dedo mientras estaba medio dormida.

-Aun no... nunca pense en formar una familia- río.

Se quedaron en silencio un buen rato disfrutando de la compañía del otro y tranquilidad que los rodeaba

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Se quedaron en silencio un buen rato disfrutando de la compañía del otro y tranquilidad que los rodeaba.

-Diablo- llamo a su pareja quien al estar tan relajado tenía los ojos cerrados -Quisiera pedirte algo-

-¿Que pasa?- pregunto aun sin abrir sus ojos.

-Quisera... ver a mi familia- hablo algo nervioso y antes de que se pareja preguntara volvió a hablar -Quisiera visitar sus tumbas-

-Tu familia...- por fin abrió los ojos y respondió con voz calmada -No veo ningun problema-

-Gracias- Sanemi sonrió complacido.

Esa misma noche partirian para llegar justo al amanecer, Diablo estaba tranquilo ya que no es como si el sol fuera un problema para el y su esposo sabía muy bien eso.

El no era como los demas.

[...]

La noche llegó y la pareja estaba en una estación, Diablo vestía ropas formales al igual que Sanemi quien tenía una clase de bufanda que cubría su cabello, y claro que su hija también los acompañaba.

-Con cuidado- Diablo dejó que Sanemi fuera el primero en subir al tren.

-¿Ahora para donde?- dudo en donde debían sentarse.

-Recerbe unos asientos a dos vagones de la locomotora- empezó a guiarlo.

Por suerte fueron listos y se subieron a un vagon de distancia de donde debían centarse así que el llegar a sus asientos fue fácil y sencillo, aunque eso no impidió que fueran vistos por varias personas.

Era normal, después de todo las relaciones de dos personas del mismo sexo no eran bien vistas y el que tuvieran un bebé solo empeoraba las miradas, eso hasta que Diablo se las devolvió muy enojado haciendo que todos se asustaran y dejaran de verlos.

-No les hagas caso- abrazo al albino -Sus opiniones no importan- beso su frente haciéndo reír a su pareja.

-Si lo se, gracias- río y su risa se le contagio a su pequeña hija.

Al principio todo iba normal, no pasó nada fuera de lo normal hasta que el hombre que rebisaba los boletos apareció, fue entonces que su pequeña bebé empezó a llorar por alguna razón y al mismo tiempo Diablo noto algo raro a si alrededor, no solo el, Sanemi también lo sintió.

-Boletos por favor...- pidió con una voz cansada y un rostro igual de demacrado.

En menos de un parpadeo Diablo sujeto y levantó al pobre hombre de su cuello impidiendo que tocara el suelo y que el aire le faltara hasta el punto de casi matarlo.

-¡¡Ya basta, sueltalo!!- grito sanemi exaltado mientras trataba de calmar a su hija.

Diablo no le hizo caso, estaba más que furioso, sabía que ese sujeto planeaba hacer algo que de alguna forma lastimaria a su esposo y a su hija, y eso es algo que por nada del mundo iba a perdonar.

-¡¡DIABLO!!- grito y el finalmente reaccionó.

El cuerpo inconsciente de ese tipo callo al suelo sin ningún cuidado.

-Perdona... no quería que me vieras asi- lo abrazo con extremo cuidado.

Sanemi no dijo nada, solo se acurrucó entre los brazos del demonio sintiéndose seguro y protegido.

Ambos examinaron mejor el entorno notando que ellos eran los únicos pasajeros que estaban despiertos.

-Debe tratarse de una luna- Sanemi cerró los ojos unos cuantos segundos recordando quien tenía esa habilidad.

-La primera menguante, Enmu- dijo Diablo ganándole a su pareja -En ese caso no hay nada de que preocuparse, solo tenenos que bajar del tren- camino listo para irse.

-Diablo...- la voz del pilar lo detuvo -Quiero ayudar-

-¿Porqué?- dijo algo serio.

-Es mi trabajó- su respuesta no pareció convencer al oji-azul.

-No tienes una katana- señaló aún algo serio.

-Pero tu puedes ayudar en mi lugar- por fin Diablo sonrió, ya conocía esa sonrisa.

-Hmp... esta bien- se acercó al albino de forma lenta -Todo lo quiera mi hermoso esposo- y antes de dejarlo responder beso a Sanemi de forma un tanto posesiva.

-Diab...- jadeo entre el beso que iba subiendo de nivel -¡¡NO FRENTE A NUESTRA HIJA!!- grito dándole un golpe en la cabeza por aprovechado.

-Auch... bueno esta bien, no te enojes- vio el sonrojo del pilar -De lo contrario... haras que te tome justo aqui- recibio otro golpe.

-¡¡IMBÉCIL!!- grito ya enojado.

Tras un par de risas Diablo abrazo a Sanemi junto a su hija para protegerlos de lo que estaba por hacer.

-No te asustes- le susurró.

Dolor (Male Reader Seme x Sanemi Shinazugawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora