Capítulo 2: Una Alianza Forzada

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El aula de pociones retumbaba con la emoción y la tensión cuando el profesor Snape anunció el siguiente proyecto: una poción tan compleja como la infame multijugos. Los murmullos de los estudiantes llenaron el aire, algunos con anticipación y otros con ansiedad. La tarea no era algo para tomarse a la ligera, y todos lo sabían.

Hayden, sentado en su asiento en la primera fila, sintió cómo la adrenalina comenzaba a bombear por sus venas. No solo se enfrentaría a una de las tareas más difíciles de su vida estudiantil, sino que también se vería obligado a colaborar con alguien que preferiría no tener cerca: Draco Malfoy.

El corazón de Hayden dio un vuelco cuando el nombre de su enemigo jurado fue anunciado como su compañero de proyecto. La antipatía entre ellos era bien conocida en todo el colegio, y trabajar juntos era una perspectiva que ninguno de los dos acogía con agrado. Sin embargo, tenían un objetivo en común: el premio que Snape prometió al mejor dúo.

Draco, con su habitual aire de superioridad, se sentó a su lado con una sonrisa burlona. La tensión entre ellos era palpable, como si estuvieran a punto de desatar una batalla en cualquier momento.

—¿Qué haces aquí, sangre sucia? —espetó Draco, sus ojos grises chispeando con malicia.

—Prefiero no estar aquí contigo, Malfoy —respondió Hayden con firmeza, su mandíbula apretada con frustración.

A pesar de su desagrado mutuo, ambos sabían que tenían que dejar de lado sus diferencias si querían tener alguna posibilidad de éxito en el proyecto. Se dirigieron juntos a la biblioteca, cada uno sumido en sus propios pensamientos.

La biblioteca estaba tranquila cuando llegaron, iluminada por la luz suave de las lámparas de lectura. Se sumergieron en la investigación, buscando información sobre los ingredientes y las técnicas necesarias para la poción. Aunque trabajaban juntos, el silencio entre ellos era incómodo, interrumpido solo por el ocasional susurro de una página que se pasa o el tintineo de un frasco de tinta que cae al suelo.

—¿Qué necesitamos para esta poción, Malfoy? —preguntó Hayden después de un rato, rompiendo el silencio tenso.

Draco levantó la vista de su libro y lo miró con una ceja levantada.

—¿Acaso no puedes leer por ti mismo, sangre sucia? —respondió con su habitual tono condescendiente.

Hayden apretó los dientes, conteniendo su ira. Sabía que tenía que mantener la calma si quería que esta colaboración funcionara. Respiró hondo antes de responder.

—Claro que puedo, pero pensé que tal vez podríamos trabajar juntos en esto, ya sabes, como un equipo.

Draco lo miró por un momento, evaluando sus palabras, antes de asentir lentamente.

—Muy bien, sangre sucia. Pero no esperes que te haga el trabajo fácil.

— Nadie te está diciendo que hagas el trabajo fácil. Lo único que quiero es terminar esto e irme de aquí. No te tolero más tiempo... — Hayden estaba bastante frustrado por lo que estaba sucediendo, se sentía molesto.

— No es mi culpa que el profesor Snape quisiera ponernos juntos, no creas que esto me agrada — respondió Malfoy.

— A ninguno de los dos nos agrada. Lo único que quiero es tener un momento tranquilo y ya... — estaba molesto.

— Vaya, ¿quién diría que el pequeño sangre sucia tiene bastante valor? ¿Siempre eres así de valiente, o debería decir estúpido? — Era evidente que Malfoy intentaba provocarlo, y eso era algo que enojaba aún más al chico.

— ¡Ya deja de llamarme sangre sucia! Tú eres un maldito purista de la sangre. No puedo creer que realmente te toleren en esta escuela. Me das asco y me molestas. — No esperó mucho tiempo para tomar sus cosas e irse de la biblioteca. Prefería acabar ese proyecto solo, pero de cierta forma sabía que eso no le agradaría mucho al profesor Snape, y menos si Malfoy se le ocurría ir de chismoso. Tenía que tolerarlo, pero realmente estaba cansado de intentar tolerar a ese idiota.

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Al llegar a su dormitorio, Hayden simplemente se tiró en su cama y comenzó a envolverse en sus cobijas. Tenía tantas ganas de llorar y de golpear a Malfoy, pero no lo había hecho porque quería contenerse. Además, había pasado desapercibido tanto tiempo que no esperaba que tan repentinamente comenzara a molestarlo. No entendía por qué Malfoy tenía que ser tan desgraciado, un maldito idiota que molestaba a todo el mundo. No lo soportaba. De ser por él, lo hubiera aventado desde la torre de astronomía hace mucho tiempo o incluso lo habría arrojado por las escaleras. Pero tenía que contenerse, y además sabía que no valía la pena enojarse con un tipo como Draco... ¿Draco? ¿Por qué sentía que aquel nombre era tan extraño en sus labios? Simplemente negó con la cabeza y decidió que lo mejor era dormir un poco.

𝑬𝒍 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐×𝑯𝒂𝒚𝒅𝒆𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora