𝑬𝒍 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒐𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 || 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐×𝑯𝒂𝒚𝒅𝒆𝒏

Capítulo 1: Un Encuentro Inesperado

El aire fresco de septiembre envolvía a los estudiantes mientras se dirigían a sus clases en el castillo de Hogwarts. Los jardines estaban llenos de emoción y conversaciones animadas mientras los alumnos se reunían después de las vacaciones de verano. Sin embargo, para Hayden, la emoción era más moderada. Aunque pertenecía a Hufflepuff, su espíritu valiente y decidido lo hacía destacar entre sus compañeros, una característica más propia de Gryffindor o Slytherin que de su propia casa.

Hayden había aprendido a navegar el mundo mágico con cuidado. Como hijo de muggles, había enfrentado su cuota de prejuicios, pero en lugar de retraerse, había desarrollado una firmeza y una capacidad de respuesta rápida que muchos de sus compañeros envidiaban. Esto le había ganado un respeto silencioso entre los estudiantes de Hufflepuff, aunque él nunca buscó el protagonismo.

En la mesa de Hufflepuff, durante el desayuno, Hayden hojeaba un libro de pociones avanzadas mientras sus compañeros charlaban animadamente. Estaba especialmente concentrado, ya que esa mañana tendrían clase con el profesor Snape, y quería estar preparado para cualquier desafío que se le presentara.

—¿Estás listo para enfrentar al murciélago? —bromeó su amigo Colin, dándole un codazo.

Hayden sonrió, aunque sus ojos no se apartaron del libro. —Lo estaré cuando termine de repasar esto.

Mientras tanto, en la mesa de Slytherin, Draco Malfoy estaba rodeado por sus habituales secuaces, Crabbe y Goyle, además de Pansy Parkinson, quien reía estridentemente a cada comentario suyo. Draco notó a Hayden desde el otro lado del Gran Comedor. No le gustaba cómo ese Hufflepuff se comportaba, como si estuviera por encima de los demás.

La primera clase del día fue Pociones, compartida con los Slytherin. Hayden entró al aula y se dirigió a su habitual asiento en la parte trasera, donde podía concentrarse sin distracciones. Sin embargo, notó la mirada fría de Draco al entrar, una mirada que prometía problemas.

El profesor Snape comenzó a dar instrucciones para una poción de curación avanzada. Hayden se concentró en su caldero, siguiendo cada paso meticulosamente. Sin embargo, no pudo evitar sentir la mirada de Draco sobre él, como un depredador observando a su presa.

Mientras mezclaba los ingredientes, Hayden se dio cuenta de que algo no iba bien. Un ligero zumbido en su poción indicaba que había algo incorrecto. Levantó la vista y vio a Draco sonriendo maliciosamente desde su asiento, con una pizca de polvo de unicornio en sus manos.

Hayden mantuvo la calma, sabiendo que una reacción impulsiva solo empeoraría las cosas. Levantó la mano. —Profesor Snape, creo que alguien ha adulterado mi poción.

Snape se acercó con su característico ceño fruncido, examinando la poción de Hayden antes de girarse hacia Draco. —Malfoy, ¿tienes algo que decir?

Draco levantó las manos en un gesto de inocencia. —Yo no he hecho nada, profesor. Tal vez el Hufflepuff no es tan hábil como cree.

Snape frunció el ceño, pero no dijo nada más, volviendo a su escritorio. Hayden apretó los dientes y volvió a empezar su poción, sintiendo una mezcla de frustración y determinación.

Al final de la clase, Hayden empacó sus cosas rápidamente, deseando salir antes de que Draco tuviera otra oportunidad de provocarlo. Sin embargo, Draco se le acercó mientras salían del aula.

—¿Siempre tan rápido para correr, Hufflepuff? —se burló Draco, su voz goteando sarcasmo.

Hayden se detuvo y se giró lentamente. —No estoy corriendo. Simplemente tengo cosas más importantes que hacer que perder el tiempo contigo.

Draco levantó una ceja, claramente sorprendido por la firmeza en la voz de Hayden. —Veremos cuánto tiempo puedes mantener esa actitud.

Hayden no respondió, continuando su camino hacia la biblioteca. Sabía que Draco no sería fácil de evitar, pero también sabía que no se dejaría intimidar tan fácilmente. Este año, algo le decía que las cosas iban a ser diferentes.

En la tranquilidad de la biblioteca, Hayden finalmente pudo relajarse un poco. Abrió su libro de pociones y se sumergió en el estudio, decidido a no dejar que Draco arruinara su día. Sin embargo, no podía sacudir la sensación de que esto era solo el comienzo de una larga y complicada interacción con el arrogante Slytherin.