Adios

90 7 2
                                    

Me levante mas tarde que de costumbre a las 9:30 estaba destrozada, desanimada y sin ganas de ir a los trabajos, o mejor dicho al restaurante, me levante con pereza y tome mi toalla y me dirigí al baño. Una vez bañada y cambiada, me dispuse a ir al restaurante quedaba a unas 10 calles por lo que supuse que llegaría tarde pero total eso no importaba iba a entregar mi carta de renuncia, así que tomé una gua-gua que me  dejaba directamente frente al restaurante de los polancos.

Cuando llegue respire hondo y entre.

—Celeste, celi mi amor por Dios creí que la tierra te había tragado—Diana decía con los lagrimones y fue corriendo a abrazarme. Diana era rubia con los ojos ámbar y era de mi estatura, no era gorda ni flaca tenia buen cuerpo igual que yo, el pelo corto por la nuca, muy buena amiga demasiado para exagerar.

—Diana solo falte un día ¿No crees que exageras?— Force una sonrisa, pero Diana tenia algo, era difícil de engañar y mas  cuando me conocía a la perfección.

—Nada de eso, sabes todo lo que tuve que mentir, trate de localizarte pero mi hermanito rompió mi móvil, el muy malvado, y cuando termino mi turno pienso irte a ver, para saber que te ha pasado y empezó a llover y a tronar y sabes el pánico que le tengo a los truenos—Diana hablaba pero paro en seco  cuando vio mi expresión—¿Que te pasa?

—Diana.........ammmm ..........no pasa nada—Diana me miraba con cara de ni tu misma te lo crees  enarco una ceja y se cruzo de brazos y me miro seria, no tuve otra opción que decirle—zafiro murió ayer—dije como pude las lagrimas empezaron a salirme de nuevo, de Diana no se hizo esperar empezó a llorar como una magdalena y nos abrazamos.

—Lo siento, perdón, soy tan mala amiga, debí de estar contigo ahi, como tu siempre lo has hecho—dijo llorando, llorabamos al son de una cancion. No queria hacer sentir a Diana culpable, era lo que menos queria.

—No es tu culpa, y no eres mala amiga, deja de culparte tu no lo sabias, ok—Dije tratando de calmarme pero me salio mas bien un sollozo.

Una vez que nos habiamos calmado ya, nos sonreímos  y nos pusimos a hacer nuestro deberes.

Aunque no queria admitirlo el trabajo  me hacia olvidar un poco la pena. Ya culminando fui al despacho del jefe.
Media hora despues sali con un sobre en mis manos, carlos mi jefe me hizo pensarlo mucho mi decision, me queria muchisimo y yo a el, fue como un padre para mi y me ayudo mucho,  pero ya estaba decidida, me iria, pero el problema era como decirle a Diana.

Me la encontre terminando de doblar unas toallas. Me acerqué  a ella y empece a ayudarla.

—¿Que sucede?

—Me voy—Dije asi a la ligera, al no notar ninguna reaccion, solte un suspiro—Para siempre—Esta vez si me miro incredula, yo termine de doblar la toalla que Diana tenia en la mano y que la soltó cuando dije eso.

—¿Es un chiste?— Me miro a los ojos buscando alguna expresion diciendo que era una broma, pero estaba tan seria y a la vez decidida, sus ojos se estaban aguando cuando vio el sobre que traia—¿por que?

—Diana es que creo que es hora de que siga mi vida—Le dije bajando la cabeza, odiaba verla así, Diana y yo eramos muy unida, nos distanciamos un poquito cuando conseguí el empleo en la escuela pero ella de vez en cuando me ayudaba con esos niños. Nos conocimos en primaria cuando la defendí de esas niñas que las estaban molestando, era tímida pero después nos hicimos inseparables.

—¿Seguir tu vida? ¿Que tontería es esa? Puedes continuar con tu vida ¿Quien te lo impide?—Me dijo con lagrimas cayendo de sus ojos—¿Es por que no fui al entierro de zafiro? eh

—No es por eso, ya te dije que no es tu culpa... Es solo que no puedo seguir aquí, quiero superar esto y para eso necesito irme y....

—No tienes que irte celeste puedes superarlo aquí ¿A donde iras?¿Como vivirás? Haz pensado en eso y ¿Que sera de nosotros? Tu barrio donde te criaste y mas de mi, celeste por favor piénsalo.

—Ya lo pensé, y estoy decidida, ademas conseguí un empleo en una empresa—Dije ella me miro, se seco las lagrimas y me abrazo.

—Celeste, sabes que te quiero como una hermana y que te apoyo, y por lo que veo sera difícil hacer que cambies de opinión—Diana sabia que cuando me ofrecían una buena oportunidad no la desaprovechaba—¿Sabes algo? Me dijo mas calmada —Te voy a extrañar mucho—Nos abrazamos—Por fin seras la secretaria que siempre quisiste ser—Me dijo con una sonrisa. Si ella supiera que no era precisamente como secretaria sino una conserje me reprocharía. así que solo asentí.  ¿Cuando te iras?—Me dijo deshaciendo el abrazo.

—Hoy—Dije sin preámbulos, ella abrió los ojos, extremadamente sorprendida

—No puede ser celi, no habrá tiempo para la despedida, sabes haría lo que fuera por irme contigo a vivir la vida al máximo, con tipos buenos tu sabes como en los viejos tiempos pero yo tengo una familia que depende de mi, como ya sabes, pero escúchame atentamente en cuanto me compre un cell nuevo te llamare ok. Y por cierto ¿A donde es que iras?

—A punta cana—Ella abrió los ojos y se echo a reír.

—Huy eso debe doler—Dice sin parar de reír.

—¿Por que lo dices?

—Por tu trasero, te doy un consejo lleva un cojín créeme te llevara como 4 o 5 horas mas o menos, llegaras allá con el trasero seco sentada en esa gua-gua.

—Pensándolo bien tienes razón y si quiero llegar por lo menos a las 7:00 pm mas o menos sera mejor que me valla.

—¿SABES QUE?—Dijo llena de entusiasmo—Ya que termino nuestro turno te acompañare a la parada claro si gustas.
—Como es eso de que si gusta obvio que si, ¿a que esperamos?—Dije encaminándome a la puerta de salida.

Nos pasamos la tarde recogiendo algunos harapos míos, haciendo llamadas, despidiéndome de los vecinos que aun no creían que me iba, cuando se enteraron de lo zafiro, el barrio entero hicieron una eucaristía y me ofrecieron disculpas, muchos gritos de tristeza y consuelo, cuando al fin me encontraba en la parada esperando el bus que me llevaría a mi destino.

—Llámame en cuanto llegues ok.

—Diana, ¿No te has dado cuenta? No tienes  cell aún.

—Si ya lo se, pero en menos de lo que canta un gallo ya veras, y otra cosa en cuanto llegues a la ultima parada te estará esperando mi primo frank quien te llevara a tu casa mientras estés en ese lugar.

—¿Acaso tienes primo?—Dije enarcando una ceja.

—Si y ademas te tengo una sorpresa—Dice entregándome un cuaderno pequeño.

—No puede ser

—Si lo es

—¿Es lo que creo que es?

—Si así es, están todas las recetas, completas—Sin mas nos abrazamos justo cuando llego el bus —Te voy a extrañar sabes

—Yo también y por favor desde que tengas tu cel, llámame si, tienes mi numero ok.—Digo subiendo al bus

—Si como digas y no olvides venir a visitarnos—Dijo levantando la mano agitadamente.
Saco la cabeza por la ventana y grito con todas mis fuerzas: NO LO HARE, esperaba que lo haya escuchado ya la gua-gua iba un poco lejos de donde estaba ella. Me senté en un sillón del bus y me dispuse a ver el camino que me llevaría a mi nueva vida.

En busca de un nuevo caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora