Capitulo ⚔️36

18 5 2
                                    

Tras buscar durante más de una hora Natt St Clair lo localizó en la armería, junto a una mesa baja de madera, examinando varias hojas de espada. Por la forma de ponerse tenso, estuvo seguro de que él había notado su presencia.

-A los diecisiete años estuve cerca de Edimburgo -informó el a la rígida espalda-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-A los diecisiete años estuve cerca de Edimburgo -informó el a la rígida espalda-. Mientras estaba visitando a los Hammond me pareció verte.

-Sí -dijo él, examinando un escudo forjado a martillo.

-¡Eras tú! ¡Lo sabía! -exclamó Natt St Clair-. Estabas de pie junto a la verja. Me mirabas, y parecías... triste.
-Sí -admitió entre dientes.

Natt St Clair contempló un instante su ancha espalda, dudando de cómo expresar sus sentimientos. Podría haberle servido de gran ayuda saber qué quería decirle, pero no era así. De todos modos, no habría importado demasiado, pues krimm se volvió y pasó rozándolo con una expresión fría que la desafiaba a humillarse y seguirle, Pero no lo hizo.

Lo encontró más tarde en la cocina, metiéndose un puñado de azúcar en el bolsillo.

-Es para Occam -explicó él.

-La noche que fui al baile de Glannises, cerca de Edimburgo -retomó la conversación interrumpida poco antes-, estabas medio oculto en las sombras, ¿verdad?
El otoño que cumplí dieciocho años.
Krimm resopló. El lo había vuelto a descubrir. Al parecer poseía una habilidad especial para saber dónde se encontraba él, en qué momento, y si estaba solo. Lo miró
con aire resignado.

-Sí -respondió. «El otoño que te hiciste Un chico Doncel, natt St Clair. Lucías un vestimenta de terciopelo color rubí. Y el pelo estirado te caía sobre tus ojos. Tus hermanos estaban muy orgullosos de ti. Yo no salía de
mi asombro.»

-Cuando el granuja de Alastair (¿sabes?, luego me enteré de que estaba casado) me llevó fuera y me besó, oí un barullo tremendo en los arbustos. Él dijo que sería un
animal salvaje.

-Y luego te dijo lo afortunado que eras por tenerle a él para protegerte, ¿no? - soltó lrimm con tono burlón. «Casi mato a aquel canalla por haberte tocado.»

-No me hace ninguna gracia. Tuve miedo de veras.

-¿En serio? -krimm le dirigió una mirada penetrante-. ¿Miedo de qué? ¿Del hombre que te abrazaba o de la bestia oculta entre los arbustos? Natt St Clair le aguantó la mirada y se humedeció los labios, que de pronto se habían secado.

-De la bestia no. Alastair era un crápula, y si él no se hubiera alarmado por el ruido, a saber qué habría podido hacerme. Yo era joven y, Dios mío, ¡tan inocente!

-Ya.

-Hoy Quinn me ha pedido que me case con él -anunció de repente.

Grimm guardó silencio.

-Aún no lo he besado, así que no sé si besa mejor o peor. ¿Cómo crees que es? Quiero decir, ¿mejor o peor que tú?
Él no contestó.

-krimm, ¿besará mejor o peor que tú?

Seduciendo A Un Highlander Donde viven las historias. Descúbrelo ahora