Capitulo ⚔️78

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se había casado con Nattawin Jillian St. Clair. Mirándolo fijamente, se maravilló ante lo mucho que el le había cambiado la vida. Gavrael tenía ahora un hogar, un clan y un padre, un esposo con el que siempre había soñado, una preciosa criatura en camino y un futuro esplendoroso.
Él, que siempre se había considerado un paria, ahora sabía lo que era el sentido de pertenencia. Y se lo debía todo a su preciado Doncel Nattawin Jillian. Se detuvo a escasos centímetros de el y le dirigió una sonrisa lenta, sensual.

-¿Te gustaría hacer alguna clase de ruido mientras estemos bloqueados por la nieve? No querría defraudar a nuestros anfitriones

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-¿Te gustaría hacer alguna clase de ruido mientras estemos bloqueados por la nieve? No querría defraudar a nuestros anfitriones.

La torpeza de Nattawin Jillian se desvaneció de inmediato. Dejándose de sutilezas, deslizó la
mano por el musculoso muslo y le arrancó el tartán.

Los dedos de Natt se afanaron con los botones de la camisa de Mile Gavrael, y al cabo de unos instantes él estaba de pie delante de Natt, tal como la naturaleza lo había creado

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Los dedos de Natt se afanaron con los botones de la camisa de Mile Gavrael, y al cabo de unos instantes él estaba de pie delante de Natt, tal como la naturaleza lo había creado... un guerrero poderoso de ángulos marcados y planos musculosos.

Nattawin Jillian bajó la mirada y la fijó en lo que seguramente había sido la bendición más generosa de la naturaleza. Se humedeció el labio, un callado gesto de deseo, ajeno al efecto que producía en Mile Gavrael.

Él soltó un gemido y extendió el brazo hacia Nattawin Jillian se deslizó en sus brazos, se recogió en torno al grueso miembro y ronroneó de placer.
Los ojos de él llameaban, y acto seguido se entrecerraron mientras se movía con la elegancia y el poderío de un gato montes, arrastrándolo a la cama. Se le escapó un
suspiro bronco.

-Ah, te he echado de menos, mi bello Doncel. Creía que iba a volverme loco de tanto desearte. ¡Balder ni siquiera permitía que te besara! -Se ocupó rápidamente de los
diminutos botones debunq tunica de novio. Cuando Nattawin Jillian rodeó con los dedos la protuberancia de Mile Gavrael, éste le sujetó las manos con una de las suyas-. Si haces esto no puedo pensar, Nattawin Jillian.

-No te he pedido que pienses, mi fornido y musculoso guerrero -repuso el con tono burlón-. Para ti he pensado en otras cosas.
Un
Él le dirigió una mirada arrogante advirtiéndole claramente quién estaba al mando en ese momento.
Con las enredadoras manos inmovilizadas temporalmente, Mile Gavrael se entretuvo con los botones, besándole cada centímetro de piel que iba quedando al descubierto. Cuando sus labios volvieron a los de natt, lo besó con feroz intensidad.

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