Vagabundos por necesidad eran los estudiantes y los eruditos porque los grados universitarios se conseguían por partes tras haber residido en distintas universidades. Había un plan de estudios idóneo para cada individuo, que se basaba en los libros de los grandes maestros y en la enseñanza oral acerca de ellos. Pero este plan no se podía seguir si te trasladabas de un aula a otra, sino de un país a otro.
El estudio del latín, del griego y del hebreo había producido un tipo de sabiduría nuevo y revolucionario —secular al mismo tiempo que cristiano— y para participar de él los estudiantes debían ir de una fuente a otra.
Motivo de viaje lo constituía también la necesidad de entrevistarse con los colegas, de sacar partido de un editor entusiasta o de establecerse durante un tiempo bajo el ala de algún protector magnánimo.
Decía Thomas More respecto al incansable errar de su amigo Erasmo de Róterdam:
«Erasmo desafía los mares tormentosos, los cielos enfurecidos y la mortificación de los viajes por tierra, y atraviesa cansado por los viajes las densas selvas y los bosques salvajes, cumbres escarpadas y pasos montañosos, caminos acosados por los bandidos (...) azotados por los vientos y ensuciados por el lodo».
Pasaba por estas penalidades con la finalidad de aprender y de enseñar porque «al igual que el sol esparce sus rayos, del mismo modo, donde quiera que está, Erasmo esparce sus maravillosos dones».
Retrato de Erasmo de Róterdam (1523) por Hans Holbein el Joven.
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LA ESPÍA DEL REY. Amor y traición.
Historical Fiction🧙Lady Sophie y su prima Jane pertenecen al clan de brujos Grey, que cuenta con poderosas influencias en la corte. Juntas, recorren media Inglaterra para participar en el aquelarre que se celebra en el embrujado castillo de Chillingham. Se trata de...