5- Tortura eléctrica

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Los hombres de uniforme regresaron por ella. Sintió un escalofrío al verlos. Estaba sometida a su voluntad. Seguía atada. Tal vez ellos podrían soltarle información.

Mientras la llevaban por el largo corredor preguntó espontáneamente:

-Eh disculpen, ¿podrían decirme dónde estoy?

Los hombres la miraron de reojo, sólo se limitaron a negar con la cabeza. Parecía que uno de ellos iba a decir algo pues abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ahí. El otro guardia lo miró fijamente como diciéndole que no debía hablar con ella. Argh, al parecer no iban a revelar datos tan fácilmente.

Llegaron a una sala llena de médicos, ¿cirujanos? más hombres de blanco. Había una camilla. La condujeron hasta allí. Le quitaron la camisa de fuerza pero la ataron a la cama. Otra vez cautiva. Los médicos la miraban expectantes.

-¿Qué, qué es este lugar? ¿Dónde estoy? ¿Qué van a hacerme?

Uno de los hombres encendió una grabadora.

“Hoy 23 de septiembre de 1973, nos encontramos realizando una sesión de rutina, parte de el experimento MK ULTRA fase uno, sujeto de prueba 430613”

-¡¿Experimento?! ¿De qué están hablando? ¡Déjenme salir!-forcejeó con las correas.

-Parece que la cámara blanca ha surtido efecto.

-Sí, esta mujer presenta agitación y pérdida de memoria, tal como lo previsto.

-Muy bien, pues, prosigamos con la operación.

-¡Déjenme ir!

-Tranquila preciosa, cálmate, todo está bien. Así está la cosa. Coopera con nosotros y haremos que el proceso sea lo más indoloro posible. ¿Va?

Al ver la negativa de la mujer, el hombre sonrió con suficiencia, y dio la orden de proseguir. Acto seguido uno tomó su mandíbula y la abrió hasta dejar entrar una pastilla.

Le produjo asco. Estaba ácida. Pero no como el limón, sino un sabor artificial.

-¡Qué asco! ¿Qué me dieron?

El tipo ni se inmutó, y siguió diciendo:

-Estén preparados para lo que sigue, hagan sus anotaciones, es fundamental para nuestra investigación.

Se empezó a marear. Todo le daba vueltas. Náuseas. Tenía la boca seca. No, no se sentía bien. La sala quirúrgica empezó a llenarse de colores y más colores.

Las voces de los científicos empezaron a sonar más distorsionadas.

-Se… necesita… experimental… electroshocks… mental…

Súbitamente rompiendo la pared, entró, un alebrije alado, con cuerno de unicornio, alas de dragón y cuerpo de león. Este derribó a los hombres y los quemó con su aliento llameante.

-¡Hola amiguita! ¡Soy Twinkle! Vengo a sacarte de aquí.

-¡Sí! ¡Justo lo que necesitaba!-Se liberó de las correas y subió al animal-¡Hasta nunca idiotas! Hoy ¡seré libre!

Volaron hacia al infinito y más allá.

Bajaron por un arcoíris. Saltando entre nube y nube, la mujer era feliz. Era la primera vez que se sentía así de animada.

Los médicos hacían sus anotaciones. La mujer deliraba y reía frenéticamente.

-Muy bien, parece que esta versión optimizada de LSD actúa más rápido en el organismo de lo que pensábamos.

Uno de ellos intentó hacerla volver en sí. La mujer tenía las pupilas dilatadas. No prestaba atención.

-¿Qué? Sí ¡Por supuesto que quiero pastel de zarzamoras princesa espumosa!

La desgracia de los ojos verdes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora