𝑿𝑿𝑿𝑰𝑰𝑰. 𝑵𝒆𝒘 𝒄𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆

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Regresaron al departamento y comenzaron a acomodar las compras, mientras el pequeño Cristian jugaba en la sala.

- ¿Comías fuera seguido?.

- No - respondió confundido - ¿por qué la pregunta?.

- No veo nada en tu alacena mas que platos y sartenes, tu refrigerador está igual.

- No como mucho en general, además he estado fuera está semana, por eso no he comprado nada.

- ¿Sigues tirándole tu comida a los perros de tus vecinos?.

- Ey, acordamos nunca hablar ello.

- Apuesto a que sí.

- Ya no tengo necesidad, ya no me preparan comida.

- ¿Cómo vas con eso?.

- Creo que...un poco mejor.

- Te ves muy definido, ¿has estado ejercitandote?.

- Sí, mucho, solo...estás semanas ha sido complicado.

- Cuando veníamos para acá ví una revista contigo en la portada, cuando le dije a Cris que eras su tío, me tildó de loca, hasta que te vió en el hotel. Casi se desmaya - río.

- Es adorable y sin duda es educado, has hecho un gran trabajo - mencionó volteando su mirada hacia el.

- Es muy considerado y gentil, por eso me preocupa que esté cerca de su padre.

- A mi también, prefiero que vivan aquí a que ese asqueroso les vuelva a poner una mano encima.

- Encerio lo odias - dijo sorprendida.

- Lo siento, solo...no soporto pensar que dañe a alguno.

- Está bien, agradezco tu preocupación.

- Debo irme - le entrego sus llaves - son las mías, mi novio tiene una copia así que no te preocupes por mí, volveré mañana en la tarde, por favor cualquier emergencia - tomó con rapidez una hoja y papel y anotó algo - llama a este número.

- ¿No te quedarás?.

- Tengo cosas que hacer temprano, lo siento. No debes preocuparte, el edificio es muy seguro y el número para llamar a seguridad está pegado en el refrigerador.

- Está bien, ve con cuidado.

Cris camino apurado hacia ellos - ¿te irás, tío?.

- Así es, volveré mañana, pórtate bien y obedece a tu mamá.

𝑆 𝐼 𝑍 𝐸 // 𝒉𝒐𝒏𝒈𝒉𝒘𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora