Tío Sirius//Wolfstar

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-158 Millones- habla por llamada- claro, sí.

Remus acaricia la cabeza de Teddy mientras mira a su esposo hablar por teléfono, a pesar de ser sábado por la mañana, siguen molestándolo.

-Debo cortar, mi esposo se despertó. Lo vemos el lunes.

-Buenos días, no tenías que cortar- menciona Remus mirando a su pequeño hijo- no me molesta.

-Hola amor, me llamaron y aproveché mientras ustedes dormían, pero este es nuestro tiempo. ¿Cómo dormiste, cariño?

-Bien, Teddy no lloró, me desperté a verificarlo.

-No, es tranquilo. Yo también estuve atento.

-Y eso que fue su primera noche con nosotros.

-Estaba destinado a nosotros- explica acariciando la cara de Remus.

Lupin sonrie feliz.

-Nunca creí que esto fuese a pasar. Solo era un sueño...

-Estoy aquí para hacer tus sueños realidad.

Teddy se despierta y los mira.

-Hola bebé- saluda Remus- ¿quién se despertó?- sonrie acariciando la mejilla del niño.

El bebé aplaude y mira a Sirius.

-Buen día- sonrie comenzando a hacerle cosquillas.

El niño ríe feliz, es la atención que necesitaba.

El frío orfanato no se compara con el calor de casa.

El calor de dormir entre sus padres, de que le presten atención 24 horas al día y que le sonrían.

El bebé no llora porque no tiene de qué angustiarse.

El niño está feliz.

[...]

Sirius prepara el desayuno con Teddy entre sus brazos mientras Remus se cambia.

Sirius mira la lista de los alimentos que la doctora permite que Teddy pruebe y prepara un desayuno para el pequeño.

Que ellos coman tostadas con nutella o queso no quiere decir que eso vaya a comer el bebé.

Ambos siguen al pie de la letra todas las indicaciones de la pediatra del bebé.

Teddy toma la calabaza entre sus manos y comienza a comer.

-Ya estoy, ¿todo bien?- pregunta Remus sentándose junto a su niño.

-Sí, me ayudo a tirar la calabaza en el agua.

-¡¿Hirviendo?!

-¡No! ¿estás loco? En el agua fría antes que la ponga en el fuego.

-Oh- suspira calmándose- lo siento, es que... somos nuevos en esto y tengo miedo de todo.

-Tengo sentido común amor- tranquiliza- quédate tranquilo, no lo orillaré a que se lastime.

-Lo sé pero a veces eres algo... distraído- Black asiente untando la tostada- no quise que sonara así, solo tengo miedo. Es una vida humana y debemos cuidarlo bien.

-Lo sé, aprenderemos juntos- promete estirándose para besar su mejilla.

Remus sonrie, su esposo lleno de tatuajes hasta el cuello es demasiado tierno.

-Te amo, Sirius.

-Te amo, Remus.