ESTE CAPÍTULO PUEDE QUE NO SEA MUY APEGADO AL EPISODIO DEBIDO A PROBLEMAS CON LA REPRODUCCIÓN DE ESTE MISMO.
La tensión en la sala se intensificó mientras revisábamos los detalles del caso. Había una sensación palpable de urgencia; sabíamos que cualquier error podría resultar en otra muerte.
Hotch tomó la palabra nuevamente. — Bien, tenemos que detenerlos antes de que lleguen a su objetivo final. García, ¿puedes rastrear a Chris y Ollie Stuard?
Penélope asintió, sus dedos ya volaban sobre el teclado. — Estoy en ello, jefe. Dame un minuto.
Mientras esperábamos, todos nos sumimos en un silencio expectante. Finalmente, la voz de García rompió el silencio.
— Los tengo. Están hospedados en un motel a las afueras de DC. Puedo enviar las coordenadas a sus GPS.— Perfecto. — dijo Hotch. — Nos dividimos en dos equipos. Emily, tú y JJ cubrirán la entrada principal. Morgan, tú y Diana se encargarán de la parte trasera. Spencer y yo tomaremos la entrada lateral. Vamos a hacerlo rápido y limpio.
Nos dirigimos hacia nuestros vehículos con una determinación feroz. Sabíamos que esta podría ser nuestra única oportunidad de detener a los Naipes antes de que cobraran otra víctima.Al llegar al motel, nos dispersamos según el plan. Morgan y yo nos movimos sigilosamente hacia la parte trasera del edificio.
Morgan y yo nos posicionamos cerca de la entrada trasera. Con un gesto de la mano, Morgan indicó que estaba listo. Asentí y, con un movimiento rápido, derribamos la puerta y entramos.Dentro, encontramos a Chris Stuard, sorprendido, con una pistola en la mano. Sin dudarlo, Morgan lo desarmó y lo redujo al suelo. Yo cubrí a Ollie, quien intentó huir por la ventana, pero fui más rápida. Con una patada bien colocada, lo derribé y le esposé las manos a la espalda.
— Limpio aquí. — informé por el comunicador.
De repente, una explosión resonó en la distancia. Todos nos quedamos paralizados por un instante.
— ¡El banco! — gritó Hotch por el comunicador. — ¡Los Naipes han detonado una bomba en el banco!
La información cayó como un balde de agua fría. El objetivo final de los Naipes había sido mucho más letal de lo que habíamos anticipado.
...
Nos apresuramos al banco en DC. La escena era caótica: humo saliendo de las ventanas, civiles heridos y asustados por todas partes. Los bomberos y los paramédicos ya estaban en acción, pero aún había gente atrapada adentro.
— Tenemos que entrar. — dijo Hotch, con una determinación inquebrantable. — Hay personas ahí dentro que necesitan nuestra ayuda.
Entramos en el banco con precaución. La escena era desoladora: escombros por todas partes, el sonido de gemidos y gritos pidiendo ayuda. Mientras avanzábamos, encontramos a una pareja de ancianos atrapada bajo un montón de escombros. Estaban gravemente heridos, al borde de la muerte.
— No tenemos tiempo. — susurré para mí misma. Sabía que solo había una forma de salvarlos. — Morgan, sigue adelante, voy a quedarme a ayudarlos. — dije, y él asintió, sabiendo que no había tiempo para discutir.
Esperé a que se alejase y, asegurándome de que nadie más estaba cerca, me acerqué a la pareja.
— Lo siento, pero esta es la única forma de salvarlos. — susurré. Con rapidez, mordí sus cuellos, uno tras otro, transfiriéndoles mi sangre y convirtiéndolos en vampiros. Sus heridas comenzaron a sanar casi de inmediato, y sus ojos se abrieron con una nueva y sorprendente vitalidad.
— ¿Qué nos has hecho? — preguntó el anciano, con una mezcla de miedo y asombro en sus ojos.— Los he salvado. Pero ahora deben escapar y no decirle a nadie lo que ocurrió aquí, pueden ir a Rumanía, pidan una cita con el Conde, él y su esposa los ayudarán, solo digan que van de parte de Diana Mendes. Vayan. — Los ancianos asintieron y se escabulleron fuera del banco.
Avanzamos hacia el interior del banco, donde encontramos a uno de los policías de DC, secuestrado y amordazado. Lo liberamos rápidamente.
— Gracias. — dijo, respirando con dificultad. — Los Naipes... se dirigieron al sótano. Creo que tienen más explosivos ahí.
Nos dirigimos al sótano con cautela. Al llegar, encontramos a la Reina y a sus secuaces preparando más explosivos. Sin dudarlo, irrumpimos en la sala.
— ¡Deténganse! — gritó Hotch. — Esto se acabó.
La Reina sonrió con desdén. — ¿Creen que esto se acabó? Aún no han visto nada.
Antes de que pudiera detonar los explosivos, Morgan la desarmó y la redujo al suelo. Chris y Ollie intentaron resistirse, pero fueron rápidamente sometidos. Con los Naipes finalmente bajo custodia y los explosivos desactivados, salimos del banco. Afuera, la multitud de civiles heridos estaba siendo atendida, y aunque la tragedia no se pudo evitar por completo, habíamos logrado prevenir una catástrofe mayor.
Después de la explosión, el rescate y la captura de los Naipes, regresamos a la oficina con una sensación de alivio, aunque el cansancio se hacía evidente en nuestros rostros. La adrenalina empezaba a desvanecerse, dejando paso a la fatiga acumulada de un día largo y peligroso.
Mientras revisábamos el informe final, Spencer se acercó y se sentó junto a mí. Había una química palpable entre nosotros, algo que ambos habíamos notado desde el primer día, pero que ninguno había tenido el valor de abordar directamente.
— Hiciste un gran trabajo hoy, Diana. — dijo con una sonrisa cálida que me hizo sentir un cosquilleo en el estómago. — Me alegra tenerte en el equipo.
Le devolví la sonrisa. — Gracias, Spencer. No hubiera sido posible sin todos ustedes. Somos un buen equipo.
Él me miró con una intensidad que me hizo sentir una conexión más profunda.
— Sabes, he trabajado con muchas personas en este equipo, pero hay algo especial en cómo trabajamos juntos. Siento que nos entendemos sin necesidad de palabras.
Sentí mis mejillas sonrojarse un poco. — Yo también lo siento, Spencer. Hay algo en ti que me hace sentir más segura, más confiada. No sé cómo explicarlo.
Spencer bajó la mirada por un momento, como si estuviera tomando valor para decir algo más. Luego, volvió a mirarme con una sonrisa tímida.
— Quizás podríamos conocernos mejor fuera del trabajo. ¿Te gustaría salir a cenar algún día de estos? No como compañeros de trabajo, sino como amigos... o algo más.
Mi corazón dio un vuelco, si es que eso era posible. Había esperado este momento, pero no estaba segura de cómo responder.
— Me encantaría, Spencer. Creo que sería genial pasar tiempo juntos fuera del trabajo.
Él sonrió, visiblemente aliviado y feliz por mi respuesta.
— Genial. Entonces, ¿qué te parece este sábado? Conozco un lugar tranquilo donde podemos relajarnos y hablar.
Asentí, sintiéndome emocionada y ansiosa a la vez. — Suena perfecto, Spencer. Estoy deseando que llegue el sábado.
La conexión entre nosotros se sentía más fuerte que nunca, y por un momento, el ajetreo de la oficina desapareció, dejándonos en nuestro pequeño mundo donde solo existíamos nosotros dos.
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Dark Romance - Spencer Reid © ✔
RandomTERMINADA En las sombras de la noche, en un mundo donde la genialidad y el misterio se entrelazan, se teje un romance prohibido entre el brillante Dr. Spencer Reid y una enigmática dama vampira. Él, un prodigio de la mente, cautiva con su astucia y...