|14| Capítulo

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Penélope García, la especialista en tecnología del BAU, era mi única esperanza para desaparecer y encontrar a Aaliyah. Sin perder tiempo, me dirigí a su oficina en el edificio del FBI.

Cuando llegué, el lugar estaba tranquilo. Subí al piso donde se encontraba Penélope y, al entrar en su oficina, la encontré tecleando rápidamente, rodeada de múltiples pantallas que parpadeaban con información.

— Penélope, necesito tu ayuda. — dije, entrando rápidamente. — Es urgente.

Penélope levantó la vista, sus ojos brillando con sorpresa al verme.

— Diana, ¿qué está pasando? — preguntó, quitándose sus coloridos auriculares.
— Mi hermana, Aaliyah, está en peligro. Mis padres planean castigarla encerrandola. Necesito desaparecer y encontrarla antes de que sea demasiado tarde. — expliqué rápidamente, esperando que comprendiera la gravedad de la situación.

Penélope frunció el ceño, pero no hizo más preguntas. Simplemente se puso a trabajar, sus dedos volando sobre el teclado.

— De acuerdo, puedo borrar tus huellas digitales y crear una nueva identidad, pero necesitaré tiempo. — dijo mientras escribía. — Esto no será fácil, considerando los recursos y conexiones de tus padres.

— Sé que no será fácil. — respondí, mi voz firme. — Pero no tengo otra opción.

Penélope asintió, concentrada en su trabajo. Las pantallas a su alrededor mostraban líneas de código, bases de datos y mapas digitales mientras ella trabajaba para cubrir mis rastros. Cada minuto que pasaba aumentaba mi ansiedad, pero confiaba en sus habilidades.Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Penélope se volvió hacia mí.

— Listo. — dijo, entregándome un sobre. — Aquí tienes documentos nuevos, tarjetas de crédito y una ruta segura para salir de la ciudad sin ser detectada. Esto solo te dará tiempo, no podrás esconderte para siempre.
— Gracias, Penélope. — dije sinceramente, tomando el sobre. — Sabía que podía contar contigo.

Penélope me miró con seriedad.


— Cuídate, Diana. Hablaremos cuando vueltas y espero que  encuentres a tu hermana. — dijo, su tono lleno de preocupación y determinación.

Salí de la oficina de Penélope y me dirigí al estacionamiento. Subí al coche, sintiendo una mezcla de alivio y urgencia. Abrí el sobre y revisé los documentos nuevos. Todo estaba en orden.

Me dirigí a la ubicación que había acordado con Rebbeca. Ella ya estaba esperando, nerviosa pero lista para actuar. Le entregué uno de los sobres.

— Tenemos que movernos rápido. Penélope nos dio una ruta segura. — le dije mientras subíamos al coche.
— ¿Cuál es el plan? — preguntó Rebbeca, lista para seguirme.
— Primero, asegurémonos de que no puedan rastrearnos. — respondí, mi mente trabajando rápidamente. — Luego, vamos por Aaliyah.

— Diana, ¿planeas que vayamos en avión? — Me pregunta.
— No, se enterarían cuando lleguemos al aeropuerto. — Le digo. — Dejando el vuelo como única opción. 

— Pero... Tu no tomas grandes cantidades de sangre. — Me dice y sabía lo que necesitaba. 

A orille el auto y me hice una damisela en apuros. Dos hombres en un auto se orillaron para ayudarnos.

— ¿Necesitan ayuda señoritas? — Pregunta el sujeto, Becky y yo sonreímos.
— Sí, necesitamos su ayuda. — Le contesto y ambos sujetos se acercan.

Cuando estaban lo suficientemente cerca, les clavamos los colmillo. Drenándolos por completo.

Volamos durante horas, siguiendo la ruta que Penélope había diseñado para nosotros. Nos llevó por caminos secundarios y carreteras poco transitadas, evitando cualquier posible punto de control o vigilancia.

Finalmente, llegamos a una pequeña ciudad en las afueras del estado, donde sabíamos que nuestros padres tendrían menos influencia. Nos registramos en un motel discreto y comenzamos a planear el siguiente paso.

— Necesitamos información sobre dónde están reteniendo a Aaliyah. — dije, extendiendo un mapa sobre la cama. 

— Conozco a alguien aquí que podría ayudarnos. Es un antiguo contacto de mis días en el reino.

Rebbeca asintió, su mirada reflejando mi determinación.

— Vamos a encontrarla, Diana. — dijo, su voz llena de resolución.— No permitiremos que esto termine así. — respondí con firmeza. — Por Aaliyah.

La noche estaba lejos de terminar, pero con Rebbeca a mi lado y la ayuda de Penélope, sabía que estábamos un paso más cerca de salvar a mi hermana.

Dark Romance - Spencer Reid © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora