Algo más que una amistad | Sonamy (T1 y T2)

T2 Cap VII: La pesadilla hecha realidad

Y así el Team Sonic se lanzó al ataque contra los badniks de Eggman.

Mientras Sonic, Amy, Knuckles, Shadow, Rouge, y Blaze se encargaban de los moto bugs, Silver, María, Sally, Tangle, y Whisper se hacían cargo de los crab meats.

Pero de algo que se habían percatado tanto Sonic como Amy fue que a medida que les lanzaban un golpe a los robots, ya sea un Spin Dash o un Piko, los badniks se demoraban en destruirse. A los demás también les iba un poco difícil.

–¿Es idea mía o los badniks son un poco más indestructibles? – Preguntó el albino usando su telequinesis.

Eggman se ríe. –Oh, me alegra que hayan notado las mejoras que les hice. Quise hacer que los badniks duraran un poco más para que así no me aburra fácilmente.–

Después de que le lanzará un último Homing Attack a un abeja robot (no sé como se llama perdón), Sonic se dio cuenta de una cosa que tal vez podría funcionar.

–¡Chicos, tengo una idea!–

–¡Más te vale que sea buena, faker!– Dijo terminando de destruir un moto bug usando sus Airshoes. –Esto se está tardando mucho.–

–¡Ya lo verás Shadow! ¡Tangle! – La nombrada volteó a verlo.–¡Necesito que me impulses!–

La oji violeta hizo una pose militar y corrió hacia dos postes de luz para pasar su larga cola, así formando una especie de resortera. Sonic se lanzó hacia la cola tomando el empuje suficiente, para poder salir disparado y lanzar un Spin Dash a unos cuantos badniks, ahora sí, destruyéndolos de una.

Todos los presentes miraron asombrados al erizo azul, al igual que el bigotón que ya empezó a gruñir de la rabia.

Sonrió determinado. –Haremos ataques combinados.–

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Mientras tanto, Tails y Cream buscaban desde los cielos la siguiente Esmeralda Chaos.

–Mantén los ojos abiertos Cream. Esa Esmeralda puede estar en cualquier parte de esta ciudad.– Escuchan un zumbido.

Voltean la mirada hacia atrás y se encuentran con una bandada de badniks voladores. Lo cual hizo que en ambos jóvenes hubiera sobresalto, y se apresuraran de volar más rápido.

–¡Tenemos que perderlos!– Exclamó la oji castaña.

–Déjame pensar...– Entonces vio una granja cercana. –¡Por allá!–

Entonces el zorrito y la conejita se escondieron en un pajar hasta que los badniks pasarán volando. Después de verificar que se fueron, asomaron la cabeza.

–Parece que estamos bien.–

Cuando ellos se levantan para marcharse, el de orbes celestes ve un brillo entre el pajar en el que aterrizaron por lo que le avisó a Cream antes de marcharse. Entonces entre los dos, buscaron entre el montón de paja que había ahí, hasta consiguieron algo que no esperaban encontrar ahí: Una Esmeralda del Chaos roja.

–Cream, mira.– Agarró la esmeralda entre sus manos.

–¡Lo conseguimos!– Lo abrazó sin dudar. Hasta que...

–¡Chao cha!–

Ambos abrieron los ojos con sorpresa así que voltearon a ver el origen de aquella voz para verificar que no estaban delirando, y vieron a Cheese volando rápidamente hacia ellos.

–¿¡Cheese!?– El pequeño Chao abrazó a la conejita muy feliz. –¡Creí haberte dicho que te quedaras con mamá!–

En eso, Cheese la soltó mientras la coneja lo tomaba entre sus brazos.