Jimmy se encontraba esperando su turno para entrar a la habitación que había rentado para su masaje erótico. Aún podía recordar cómo Gun le había convencido de que el masaje incluyera un final feliz para poder relajarse al máximo y olvidarse de sus problemas.
Sin embargo, la idea de que un alfa desconocido le diera un masaje y después tuvieran sexo lo incomodaba profundamente.
Podía sentir cómo su lado Omega estaba inquieto, una inquietud que sabía se debía a que había aceptado a Neo como su alfa.
Algo que aún no podía aceptar del todo. Neo siempre lo seguía a todas partes, presumiendo que era su Omega y que nadie debía tocarlo. Recordar eso lo hacía sentir aún más nervioso y culpable por estar allí.
Joven Jimmy, su habitación está lista- dijo el beta encargado del lugar, sacando a Jimmy de sus pensamientos-Si gusta seguirme- añadió, viendo al Omega asentir.
Claro -respondió Jimmy mientras se levantaba.
Siguió al beta por un pasillo largo, donde podía ver de reojo a alfas y omegas en diferentes habitaciones, recibiendo masajes. A medida que avanzaba, la atmósfera se volvía más íntima y cargada de una mezcla de aromas que apenas lograba identificar, lo que incrementaba su nerviosismo.
Finalmente, llegaron a la habitación asignada. El beta abrió la puerta y se hizo a un lado para permitirle el paso a Jimmy.
Aquí es, joven. El masajista llegará en unos minutos. Siéntase libre de prepararse y relajarse -dijo el beta con una sonrisa profesional antes de cerrar la puerta suavemente.
Jimmy tomó aire profundamente, tratando de calmar sus nervios. Observó la habitación con detenimiento.
Las luces tenues, la música suave de fondo y el aroma a aceites esenciales contribuían a crear un ambiente relajante.
Se dirigió hacia la camilla de masaje y comenzó a desvestirse lentamente, sus pensamientos todavía divididos entre la expectativa y la inquietud.
No podía evitar pensar en Neo y en cómo siempre estaba a su lado, marcando su territorio, asegurándose de que todos supieran que Jimmy era suyo.
Sabía que era un error tomarlo en serio ya que al final de cuentas era un joven que se la pasaba jugando la mayor parte del día sin tomarse nada en serio como lo era Ohm con Gun.
Pero no podía que esa posesividad que siempre demostraba, hasta agobiarlo, le daba una sensación de seguridad que ahora extrañaba demasiado.
Aun podía recordar como le había gritado que lo dejara en paz, que debía de superar su obsesión con el pero todo había sido en vano cuando el menor lo tomo de la cintura y le dió un beso tan lleno de amor y ternura que lo dejo confundido, cuando se separaron pudo ver un brillo en su mirada antes de que le dijera que haría lo que sea para demostrarle que el era perfecto para hacerlo feliz.
Sacudió su cabeza para alejar sus pensamientos antes de acercarse a la camilla.
Quizás esto me ayude a aclarar mi mente- pensó mientras se acomodaba en la camilla, esperando que el masajista entrara y comenzara la sesión que, de alguna manera, esperaba le proporcionara el alivio que tanto necesitaba.
Mientras navegaba por sus pensamientos, la puerta de la habitación se abrió silenciosamente, revelando a un joven alfa que entraba solo con una toalla enredada en su cintura, dejando ver su pecho tonificado y músculos bien definidos.
Jimmy levantó la cabeza, sorprendido al ver a Neo, de pie en la entrada, lo miró incrédulo, mientras veía como Neo se acercaba a la mesa de aceites, pensaba si era fuera una ilusión.