El sol brillaba intensamente sobre el campo de fútbol, y el ambiente estaba cargado de emoción y expectativa. Ohm se encontraba en el centro del campo, rodeado por su equipo.
Jeff, Barcode, Joong, Pavel, Long, Boss, Heng y Billy. Todos vestían sus uniformes con orgullo, listos para demostrar su talento y dedicación.
Desde las gradas, se escuchaban las energéticas porras de Gun, Smart, Ta, Fort, Babe y Nut.
Gun destacaba en el centro del grupo, luciendo un hermoso traje de porrista, su entusiasmo contagiaba a todos. Con pompones en mano, animaban a sus amigos con gritos y coreografías sincronizadas.
Muy bien chicos, vamos a demostrar quiénes son los mejores -dijo Ohm, mirando a su equipo con determinación.
¡amos a hacerlos mierda! -gritó Jeff, rebosante de emoción.
¡Muy bien! ¡Adelante equipo! ¡Ganemos este partido! -vociferó Ohm con fuerza, infundiendo ánimos a sus compañeros.
El árbitro pitó el inicio del partido y el balón comenzó a rodar.
Ohm se movía con agilidad, guiando a su equipo con precisión. Pronto, encontró una oportunidad.
Recibió un pase perfecto de Joong y, con una elegante maniobra, esquivó a dos defensas antes de disparar hacia la portería.
El balón voló con velocidad y precisión, incrustándose en la red. ¡Primer gol!
Ohm se giró hacia las gradas, buscando a Gun. Al encontrar su mirada, le lanzó un beso.
Gun respondió con un salto de alegría, agitando los pompones con entusiasmo. Cosa que le hizo sonreír aún más.
El partido continuó con intensidad. Los contrarios no se lo ponían fácil, pero el equipo de Ohm se mantenía firme.
Jeff y Barcode colaboraban en defensa, mientras que Pavel y Long dominaban el medio campo, proporcionando pases estratégicos.
En una rápida jugada, Long envió un pase largo a Ohm, quien controló el balón con maestría y, con un potente disparo, anotó el segundo gol.
Ohm volvió a girarse hacia las gradas y, una vez más, lanzó un beso a Gun, quien gritó de emoción, acompañado por el vibrante apoyo de Smart, Ta, Fort, Babe y Nut.
Las gradas eran un mar de energía positiva y entusiasmo una completa locura.
El tiempo corría y el marcador seguía a favor del equipo de Ohm. En los minutos finales del partido, Heng y Billy trabajaron juntos para armar una jugada desde la defensa.
Heng envió un pase preciso a Boss, quien corrió por la banda derecha antes de centrar el balón.
Ohm estaba en el lugar perfecto, y con un certero remate de cabeza, envió el balón al fondo de la red. ¡Tercer gol!
La multitud estalló en vítores. Ohm, exultante, miró nuevamente hacia Gun y le envió un tercer beso, sintiendo la conexión y el apoyo incondicional de su Omega.
Gun, radiante de alegría, lideró una última porra, levantando los ánimos de todos los presentes.
El pitido final marcó la victoria del equipo de Ohm. Se abrazaron y celebraron juntos, agradeciendo el esfuerzo y la dedicación de cada uno. Desde las gradas, Gun, Smart, Ta, Fort, Babe y Nut continuaban animando, felices por el triunfo de sus alfas.
El equipo había demostrado su valía y, juntos, habían creado un momento inolvidable, lleno de compañerismo y alegría.
El pitido final resonó por el campo, confirmando la victoria del equipo de Ohm. La alegría y la emoción eran palpables en el aire mientras los chicos se acercaban a las gradas, donde sus chicos los esperaban con ansias.