Porsche se encontraba en la oficina de la mansión menor fumando su segundo cigarro mientras caminaba, desde que había tomado el mando cuando el padre de Vegas había muerto, había comenzado a fumar mas y sobretodo a tener demasiado estrés.
Se detuvo de golpe al ver la fotografía de Vegas y Macao muy sonrientes y felices. Cosa que le parecía demasiado tierno.
Aún podía recordar la forma agresiva en la que se había tomado la noticia, había arrojado, destruido e insultado de mil maneras a Kinn al no elegirlo como el líder. Aún podía recordar la mirada herida que les había dedicado.
Pensó que su alfa reaccionaria de una manera más agresiva, pero fue todo lo contrario había abrazado a Vegas hasta que descargará toda su frustración.
No sé que habían hablado ya que su alfa le había pedido que se saliera y le diera tiempo a solas con Vegas.
Había estado tentado en volver a entrar y querer tranquilizar el Omega. Pero cuando lo iba hacer lo vio salir más tranquilo y su alfa parecía estar orgulloso de ello.
Salio de sus pensamientos cuando Vegas abrió la puerta de la oficina de golpe haciendo que pusiera los ojos en blanco.
Vegas entro de golpe a la oficina sin una pizca de la vacilación o el respeto que sintió cuando el espacio había pertenecido a su padre. Sabía que eso había enojar a Porsche pero no le importaba este era su hogar y el podía hacer lo que quisiera.
Vegas, Hablamos de esto, no puedes simplemente irrumpir aquí de esa manera- dijo Porsche mientras exhalaba el humo de su cigarro mientras veía a Vegas acercándose
Siempre le recordaba a diario que debía tratarlo con el respeto que merecía como cabeza de familia menor. Pero como siempre, terminaba siendo ignorado por el Omega.
Vegas no si quiera se molestó en continuar con sus bromas habituales; en lugar de eso, siguió caminando hacia el con la misma confianza con la que había entrado para afrontarlo y regañarlo.
Se rió divertido ante la cara llena de humo que recibió a su llegada. Podía ver la mirada de enojo que le dedicaba el alfa una que realmente estaba comenzando amar.
Eres un maldito omega mimado- dijo Porsche viendo a Vegas sonreír.
Vegas no se molestó en argumentar o decirle algo contra eso. Ya que al final de cuentas era un Omega mimado, le encantaba serlo y sabía con certeza que Porsche también disfrutaba de lo mimado que podía ser, sin importar con qué frecuencia se quejara.
Extendió su y arrancó el cigarrillo de la boca de Porsche, le dio una calada larga y profunda ante la atentan mirada del mayor; sostuvo el humo en su pecho hasta que sus pulmones comenzaron a arder un poco.
Una vez que estuvo satisfecho de que así era, arrojó la ceniza del extremo sobre la costosa tela del traje Porsche del día. Sin importarle que el alfa lo viera mal.
Porsche resopló, había momentos en los que se preguntaba si Vegas simplemente vivía para enojar a todos los que estaban en una posición de poder sobre él.
Había visto al omega acosar y atormentar a Kinn durante las visitas que daban a la mansión, aparentemente sin otra razón que la de poder hacerlo.
Upss, al parecer manche tu caro pantalón- dijo Vegas mientras se inclinaba mientras veía al alfa
Porsche hizo todo lo posible por ignorar la forma en que Vegas lo observaba a través de sus ojos curioso y hermosas pestañas.
Se puso rígido al ver la forma en que se inclinaba hacia adelante lo suficiente para que le pudiera dar un vistazo a su pezón perforado a través de la profunda V de su camisa desabotonada.