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Capitulo Ocho.

Capitulo Ocho

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Kim Taehyung 

Estaba terminando de limpiar una de las mesas para cerrar, cuando la campana de la puerta sonó.

—Lo siento, estamos cerrando —dije mientras caminaba al señor.

Era un hombre bastante grande, de cabellos rubios y ojos azules, un príncipe de películas. Me sonrió y asintió y cuando creí que se iba a ir dijo:

—Eres muy bello, Taehyung — mi cara cambio sorprendido, y le agradecí —. ¿No podrías servirme una simple taza de cafe? Es que vengo del trabajo y la máquina de casa no funciona.

—Está bien — accede. Después de todo era el último cliente, y solo tendría que lavar una taza, nada más.

Se sentó en la barra y comencé a prepararlo. cuando lo dejé lo tomó con lentitud mientras me miraba, y me mira el trasero.

Cuando terminó dejo un billete demasiado grande y se fue. Solamente terminé de lavar y cerrar y los muchachos me esperaban en la puerta.

—¿A casa, señorito? — asentí y miré de reojo una sombra salir del callejón —Señorito, el ultimo cliente no le pareció raro.

—Si, Mark. Me miro todo el tiempo el trasero mientras terminaba de lavar. ¡UN ASCO! — dije con una mueca en la cara.

—Algunos hombres son bastante asquerosos —afirmo y le di la razon. No sabía cómo lo sabía, pero me sorprendió su comentario.

Al llegar a la mansión por alguna razón todas las luces estaban apagadas. le pedí a Mark que detuviera el auto un poco antes de la entrada y bajamos juntos.

—Quédese detrás de mí, y si ve algo raro, avíseme— seguimos caminando hasta llegar a la entrada trasera.

Caminamos con sigilo por el jardín y abrimos la puerta corrediza de manera lenta. La sala estaba tan oscura como la entrada. No se veía nada, pero no prendimos las luces.

Caminé junto a Mark por los pasillos hasta llegar a las habitaciones. Todo estaba destrozado, los muebles corridos, colchones dados vueltas y sangre.

Las sábanas estaban empapadas de sangre, esta era la habitación de Jungkook, corrí a la habitación de mi hijo sin pensarlo y esta estaba igual, pero sin sangre.

Mis rodillas no resistieron y caí al piso destrozado, habían matado a Jungkook y se habían llevado a mi pequeño. La mano de Mark me hizo compañía por unos minutos hasta que decidí pararme.

—¿Hubo sobrevivientes? — caminé a mi habitación mientras preguntaba.

—Sí, en los bodegones y lugares fuera del país siguen hombres vivos— levantó su teléfono y buscó algo —Solo aquí atacaron.

El Doncel de Un Mafioso. | 𝐉𝐉𝐊 & 𝐊𝐓𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora