𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | Hace cinco años fui a una fiesta, me acosté con un joven muy hermoso y me embaracé de él, no por dinero, ni poder, ni por amor. Fue un error. Tuve un hermoso pequeño.
Pero saben que, no me arrepiento de lo que hice y ahora si debo...
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Jeon Jungkook
Austin y yo nos sentamos en el sillón del despacho para finalizar el plan destinado a detener a quienes intentan robarnos. Él me explicó que han estado tratando durante bastante tiempo, pero hasta ahora no han tenido éxito. Sin embargo, ahora están seguros de que lo lograrán. No permitiré que eso suceda. Llevo años en este mundo y no permitiré que unos novatos crean que pueden superarnos o dañar el negocio de mi vida.
James nos trae café mientras continuamos conversando sobre cómo funcionan las cosas en este lugar y otros detalles.
—¡PAPÁ! —escucho el grito de mi hijo desde abajo. Me levanto, dejando a Austin trabajando, y bajo. Seguramente acaba de regresar de la escuela.
Prefiero que haga una doble jornada, pero sé que a su papi Tae no le gusta que pase tanto tiempo allí. Lo entiendo; el quiere estar más tiempo con él.
Bajo las escaleras, acomodando mi saco, y cuando llego abajo, veo a mi hijo junto a su padre esperándome. El sonríe, y mi pequeño corre hacia mí. Lo recibo en mis brazos y le doy un beso en la mejilla.
—Papi Tae dice que está con el tío Austin —me dice emocionado el pequeño. Asiento—. ¿Puedo subir a saludarlo?
Siempre me pide permiso para hacer varias cosas. Es algo que está aprendiendo, y espero que lo mantenga conmigo durante el resto de su vida. Sé que cuando crezca, hará lo que desee, pero por ahora, soy quien lo está criando, y debe seguir mis órdenes, al igual que Tae. Aunque el ya no lo hace tanto, lo cual me altera de vez en cuando.
—Lo lamento, sé que estaban trabajando —se disculpa mientras se acerca a mí y yo a el.
—Ya casi terminamos, no te preocupes —le digo mientras lo acerco a mí y aparto un mechón de su rostro.
Ambos nos miramos durante unos minutos sin decir nada. El me toca la mejilla, y yo cierro los ojos, disfrutando de sus caricias. Después de los incidentes de este mes, el y yo estamos más unidos de cierta forma. Además, el hecho de convivir conmigo casi el 100% del día hace que nos veamos más.
Después del embarazo, lo dejé vivir por varias razones. Yo era una persona cruel, despiadada e inhumana, pero el me ablandó un poco. Por eso lo quiero a mi lado y al lado de mi hijo. Sé que el podría traernos de vuelta si nos perdemos en la oscuridad. Ya me ha sucedido, y el ha logrado mantenerme aquí, en la luz, su luz.
El amor y la bondad que brinda son únicos. Nadie más podría tenerla ni darla de la forma en que el lo hace.
Siempre tiene una sonrisa en su rostro, incluso cuando todo parece irse al traste. Eso es algo que adoro de el: siempre busca soluciones y no se rinde. No muchos tienen esa cualidad, y espero que el la conserve durante el resto de su vida.
