ⅩⅤⅠ

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Capitulo dieciséis.

Capitulo dieciséis

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Kim Taehyung

Estábamos desayunando en el jardín; habían traído las muchachas un poco de todo. En la mañana me había levantado y tenía a Jungkook a mi lado; sus manos apartaron mi cabello de mi frente y me había asustado, pues muy pocas veces me dejaba quedarme a su lado. Esta fue la excepción y me encantó.

—¡Papi! ¡Mira quién está aquí! —Mi pequeño saltamontes venía corriendo desde la otra punta del jardín mientras un niño muy familiar caminaba lento y despacio.

Podía distinguirlo desde aquí; su forma de ver el mundo y cómo se movía, sus movimientos e intenciones habían sido totalmente corrompidos por su padre, lo sabía. Pero no podía opinar, no tenía el derecho; yo no era su madre, pero me aseguraría de que él supiera que yo siempre estaría ahí para él.

—Oh —En mi cara se formó una pequeña sonrisa al ver al "pequeño" SooBin. Ya no parece un niño, aunque lo sea.

—Señorito Taehyung, es un gusto verlo —Su formalidad y expresividad al besar mi mano fue fantástico.

Tenía dos espías en la casa de Vincenzo: una era su nana y la segunda una muchacha de la limpieza que se la pasaba limpiando el cuarto donde Vincenzo torturaba gente, un lugar adonde había llevado a su hijo con solo cuatro años.

Soo tiene a su madre, pero no como debería. Ella es una drogadicta que se embarazó de Vin por dinero y luego se fue. No sé muy bien si luego Vin hizo algo, pero es preferible no saber. Pero si la viera, no tiene idea de cuánto sufriría.

—El placer es todo mío, cariño —Por unos segundos vi un destello de alegría en los ojos del pequeño. Lo trataban como un adulto y creían que actuaría como tal, sobre todo su padre. Pero él no era un adulto; era un niño y merecía su infancia.

—¡Papi! —Mi hijo se abalanzó sobre mí y me susurró pequeñas palabras al oído—. ¿Puede quedarse a jugar, a dormir y a comer y...?

—Claro que sí, mi príncipe —Le di un besito y lo bajé de mi regazo—. ¡Kai! —Llamé a uno de los muchachos y el vino corriendo— No corras, no quiero que te caigas.

—Lo siento, señor.

—Acompaña a los niños por favor a la habitación de juegos de Yeon Jun —El asintió obediente. Sabía que Jungkook reñía a sus empleados por creer que podían hablarle de la misma forma que a un amigo, pero a mí en particular no me molestaba— Y no me llames señor, me haces sentir un poco más viejo.

Él se río en voz baja igual que yo, pero Jungkook dio una mirada rápida y el dejó de hacerlo y rápidamente salió para acompañar a los niños.

—Si intimidas a tu personal, comenzarás a quedarte sin ellos —Le reproché mientras lo miraba.

El Doncel de Un Mafioso. | 𝐉𝐉𝐊 & 𝐊𝐓𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora