𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | Hace cinco años fui a una fiesta, me acosté con un joven muy hermoso y me embaracé de él, no por dinero, ni poder, ni por amor. Fue un error. Tuve un hermoso pequeño.
Pero saben que, no me arrepiento de lo que hice y ahora si debo...
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Kim Taehyung.
No puedo sopórtalo más. Quiero que me deje en paz, no para de llamar y molestarme. Aunque le haya dicho mil veces que deje de venir.
Si mi bebe lo llega a ver seguro le dirá a su padre, y no quiero que Jungkook se meta en esto, siempre termina matando a alguien.
Estoy terminando de secar los platos que queda sobre la mesada para poder irme. Hoy trabaje doble turno en el bar, por lo que ya puedo irme del bar.
Trabajo en un bar a la tarde, pero hoy como no está mi niño, trabajé doble turno y cerré el local a las 11 de la noche.
Termino de cerrar el local y comienzo a caminar de regreso a casa, suelen buscarme o llevarme los muchachos de Jeon, pero me gusta caminar así que hoy los mandé temprano a casa. Me habían acompañado toda la semana a casa, tienen que tener un descanso.
En la entrada puedo percibir una sombra a un lado de la calle.
Comenzó a abrir la puerta del apartamento y cuando voy a cerrar, alguien pone su pie y hace fuerza para abrirla.
—Tenemos que hablar. — su voz suena ruda y gruesa, el olor a alcohol lo huelo a la distancia.
—Déjame en paz, no tengo tiempo para esto. Estoy cansado, vete. — digo mientras trato de cerrar con más fuerza la puerta. Pero él es más fuerte y patea la puerta haciéndome caer al suelo.
Las bolsas de alimentos que traía se me caen al suelo y dispersan por todo el suelo de la sala. Él entra y cierra la puerta de un golpe. Me levanta con una sola mano y tira al sofá de la sala.
—No puedes escapar de mí, no puedes elegir a ese maldito bastardo antes que a mí. — me agarra la cara y me la aprieta, se acerca a mí, así que le escupo en la cara.
Nadie le llama bastardo a mi hijo. Trató de sacármelo de su agarré y golpearlo. Entierro una de mis piernas con las suyas y lo tiro al suelo. Corro a la habitación en busca del arma que tengo en la mesa de luz, pero él es más rápido y me agarra del talón.
—No vas a escapar esta vez, precioso. — me agarra ambos brazos con una de sus manos y con la otra comienza a bajar su pantalón.
—No, no, no. Déjame, déjame, por favor. — suplicaba mientras me revolvía en el piso de la sala. Me abofeteo y puso su mano en mi boca.
—Shh shh shh, no. No hagas ningún ruidito porque voy a volver y no solo voy a disfrutar de tu cuerpo. Vas a ver tu pequeño bastardo sufrir contigo. — me calle en ese momento. No dejaría que le hiciera nada a YeonJun.
