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- ¡JiSung! ¡Se hace tarde!

El grito de su amigo, JeongIn, hizo que moviera sus pies con la mayor rapidez y agilidad que podía, pues tampoco quería caerse y retrasarse más de lo que ya estaba. Ignoró las personas que iban caminando en la misma dirección que él y las empujó sin mayor fuerza para poder abrirse paso en el camino.

Han JiSung era un estudiante de cuarto semestre de música, desde pequeño había descubierto que la música era mucho más que letras y ritmos, en su adolescencia se dedicó a escribir y componer varias canciones, sus padres en un principio no estaban de acuerdo de que su hijo no sea tan aplicado en el colegio y prefiera el arte a otras materias, pero con el tiempo aprendieron a apoyarlo y a motivarlo en lo que le gustaba.

Cuando se graduó del colegio, no pudo estar más feliz, pues era hora de dedicarse a algo que amaba, así que se postuló en todas las universidades posibles con la carrera que buscaba, y para su suerte, en más de una fue aceptada... Así que fue él quien decidió a donde ir y decidió una universidad pública y cerca de su casa.

La carrera era muy divertida y entretenida, pero lo que más apreciaba era las amistades que había logrado hacer durante esos dos años de estudio. Su primer amigo fue Bang Chan... El estaba unos semestres más adelantado pero siempre lo encontraba en la sala de música y por gustos similares lograron encajar muy bien y unirse en poco tiempo. Tiempo después conoció a JeongIn, en una presentación de canto, Han quedó muy fascinado con la voz angélica de Yang, así que se atrevió a acercarse y hablarle, el menor iba un año más atrasado que él, luego conoció a ChangBin, fue presentado por el primero que conoció... Debía admitir que verlo al principio lo hacía sentir un poco intimidado, pero descubrió que era una gran persona.

Ellos eran realmente cercanos, pero nadie destacaba como lo hacía Lee Rhino, lo conoció el primer día de clases cuando por accidente un balón de volley era estampado contra su brazo izquierdo causandole un leve dolor en la zona. Cuando se dispuso a tomar el objeto con el que había sido agredido unas manos en la zona afectada lo detuvieron, y ahí lo vió, un chico con ojos gatunos y el cabello morado peinado para abajo, un poco más alto que él, delgado pero de buena talla... Si, era hermoso.

- Perdóname... No me di cuenta de que alguien estaba por aquí.

Su voz era suave pero masculina, bonita, el castaño le restó importancia a lo sucedido y pudo presenciar como el chico volvía a correr para regresar con el grupo de personas que estaban jugando con él... Y en ese momento, JiSung no lo sabía... Pero ese pelimorado iba a ser muy cercano a él.

Aunque en su primera y segunda clase no lo volvió a ver, en la tercera mientras JiSung estaba sentado esperando a que la clase comience y mientras esperaba se dedicó a tomar un cubo de azúcar (qué siempre llevaba con él) para poder mezclarlo con su café... Y fue cuando alguien se sentó a su lado y por amabilidad volteó para poder saludar, ahí lo encontró.

- Nos volvemos a ver... No sabía que te gustaba la música.

- Más de lo que crees.

- Lee Rhino, un gusto - el pelimorado extendió su mano derecha qué segundos después fue estrechada por el castaño.

- Han JiSung... Igual.

Y así comenzó una amistad muy profunda entre ellos, aunque no estaban en todas las materias juntos, siempre que podían hacían todos los trabajos grupales y se ayudaban mutuamente en varias confusiones, Rhino no era alguien que era fan de la formalidad, así que cuando descubrió que era mayor que JiSung, le pidió que no le diga hyung ni lo trate con mucho respeto, pues él pensaba que eso era un pequeño muro entre ellos y el mayor no quería ninguna barrera entre ellos.

Para Han una amistad sincera y honesta.

Para Lee una amistad tortuosa y limitada.

Rhino no podía negar que había caído enamorado al verlo, era un chico precioso, sus mejillas abultadas, su labio inferior más grueso qué el superior, ese café tan oscuro de sus ojos, y también debía admitir que cuando su mejor amigo usaba algún top o ropa ajustada, su cintura se veía tan pequeña que le daba ganas de abrazarla y apretarla a su gusto. Rhino también se llevaba con los amigos de JiSung, pero a nadie le había confesado los sentimientos que trataba de reprimir con dificultad... Solo a una persona...

A su gemelo.

Lee MinHo estaba cansado de escuchar a su hermano por las noches sobre aquel chico, más conocido como terrón de azúcar pues era el apodo que había conseguido mediante Rhino por tomar bastante café y siempre ponerle un cubo de azúcar. Siempre escuchaba los suspiros de se hermano por aquel chico, no lo malentiendan, MinHo no es homofóbico o algo así, para nada... Él estaba totalmente de acuerdo en que las personas tienen derecho amarse sin importar lo que son, pero era agotador escuchar lo mismo y lo mismo sobre alguien que no tenía ni puta idea de quién era. Además sentía que su hermano estaba exagerando, pues él no recuerda haber actuado así cuando conoció a su actual novia, conocida como Lía; sospechaba que su hermano tenía una pequeña -muy- grande obsesión.

- El señor Shin es demasiado grosero, no entiendo porque nos da clases si nos odia... No quiero más problemas con él. - habló JeongIn mientras caminaban por los pasillos de la universidad a su primera clase del día.

- Tenemos 7 minutos para llegar, no creo que nos haga un problema... - quiso razonar el mayor entrando al salón.

Para su suerte, el licenciado no había llegado al lugar, así que pudieron acomodarse tranquilos en sus asientos, y fue el primer encuentro de Rhino y JiSung del día.

- ¡Terroncito! Has llegado - exclamó un emocionado pelimorado abrazando a su mejor amigo por los hombros.- Por poco y llegas tarde

- Digamos que JeongIn no entiende cuando le dices "A las 6:30 salimos" - se defendió el menor mirando mal al chico de rubio oscuro.

- Fue tu idea mirar 4 episodios más y tenía que recuperar mis horas de sueño. - se excusó Yang cruzando sus brazos.

- Tampoco es que me interese mucho esta materia, menos aguantar el hecho de que nuestro maestro no reciba sexo por parte de su esposa y sea un amargado... Así que por mi hubiéramos faltado - argumentó nuevamente JiSung dejándose caer en su mesa.

- ¿Y me ibas a abandonar a mi? - preguntó ofendido el mayor de los tres acariciando la espalda baja de su amigo.

- Te hubiera mandando un mensaje de que nos veamos en el patio.

Rhino iba a agradecer el hecho de que su mejor amigo lo consideraba para no abandonarlo pero fue interrumpido por el maestro que llegó unos minutos antes saludando y dando inicio para la clase que les correspondía.

JiSung se encargaba de escribir letras para una nueva canción que estaba creando ignorando el tema de la clase, realmente sentía que esa materia era una pérdida de tiempo, así que decidía hacer algo más interesante a su parecer, mientras el pelimorado se encargaba de dejar suaves caricias en el muslo del menor escribiendo con su mano izquierda lo que consideraba importante de lo que era explicado, pues él era quien se encargaría de explicarle la clase a Han más tarde.

Aunque al principio no era muy notorio, Lee Rhino era alguien amante del contacto físico y lo demostraba con todos sus amigos, pero obviamente con su mejor amigo (del cual estaba perdidamente enamorado) recibía toda la atención que podía, así que no era extraño ver eso para ninguno, ni siquiera para los demás compañeros, siempre que estaban juntos el mayor se encargaba de mimar a JiSung; obvio que esto trae muchas confusiones pues para el mundo ellos eran novios...

Tal y como lo deseaba Lee.

















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Pequeña introducción de nuestro primer protagonista.

Les aviso de una vez que esta historia será desarrollada de forma lenta.

Sin más, disfruten.

Gracias por el apoyo ✨

Rhino? No... MinHo [MinSung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora