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Nadie sacó el tema.

Habían pasado casi dos semanas desde aquella vez que estuvieron en el bar, digamos que JiSung enfureció y salió de control al ver a su amigo besándose con el guapo pelinegro, por lo que se apresuró en separarlos y tomando a ChangBin y a JeongIn salió del lugar. Nadie volvió a hablar sobre eso, por lo tanto no sabían que JeongIn se comunicaba por mensaje con HyunJin, y así lo prefería el menor.

Al contrario de lo que muchos piensan, el menor no era nada inocente, oh no... Por supuesto que no, el sabía lo que buscaba el mayor y no estaba seguro si él quería lo mismo, el beso fue un pequeño reto que cumplió por estar jugando a la botella con otras personas presentes pero no significaba que no lo disfrutó, debía admitir que el alto besaba muy bien.

- ¿Por qué no ha venido Rhino? - cuestionó ChangBin en el salón de música de la universidad tocando algunos acordes en la guitarra.

- Está con una gripe bastante fuerte, apenas puede mantenerse de pie. - citó JiSung lo que le había dicho el pelimorado por mensaje. - Hoy iré para darle mis apuntes de los últimos tres días... ¿Vienen conmigo?

- Tengo que ayudar a Chan con una pista que le pidieron para el trabajo. - negó el pelinegro sin dejar de tocar el instrumento.

- Yo... Tengo que ayudar a mi mamá con... Algo. - inventó el rubio tecleando en su teléfono.

- Supongo que iré solo.

Han tomó sus pertenencias y se despidió de la mano de sus dos amigos abandonando el lugar, las clases habían terminado hace varios minutos, solo les gustaba estar en aquel lugar porque casi nadie lo usaba y podían disfrutar de la música, la compañía y los diferentes temas que llegaban a salir por sus pláticas.

JeongIn aprovechó el momento y se arreglo rápidamente para ponerse de pie.

- Yo igual me tengo que ir... Nos vemos, hyung. - se despidió rápidamente tomando el mismo camino que el castaño hacia la salida del campus.

Solo que dirigiéndose a una cafetería más cercana.

Miró a su alrededor en busca de alguien conocido, no estaba haciendo nada malo, pero no quería que nadie sepa de su vida privada. Cuándo no identificó ningún rostro familiar entró al lugar dirigiéndose hacia el fondo, como le habían indicado.

- Hola, dulzura. - sonrió HyunJin al tenerlo cerca y se levantó para darle un sonoro beso en la mejilla. - Toma asiento, bienvenido.

- Gracias... - se limitó a decir sentándose frente al azabache.

- Créeme que me sorprendió un poco que aceptes la salida... Pero estoy totalmente complacido por eso. - tomó una de las manos qué reposaba en la mesa.

- Al grano, Hwang...

- Solo quiero disfrutar de tu compañía mientras tomo un café... ¿Es eso algún pecado? Porque si lo es déjame decirte que nací pecador. - intentó aligerar el ambiente, contento de haber logrado una mínima sonrisa en Yang.

- ¿Sin ninguna otra razón?

- Por ahora, no... Pero eso podría cambiar en un futuro - se apresuró en responder HyunJin alejándo el contacto para poder ver el menú.

- ¿Sin presiones?

- Sin presiones...

- Solo... ¿Dejándote llevar?

- Solo dejándome llevar...

El chico con aspecto de zorro lo dudó un momento, el no era de esas personas que experimentaba de esa manera, pero la confianza que le demostraba el más alto era demasiado cautivadora... ¿Y si lo imitaba? ¿Qué de malo podría pasar? Nada... ¿Verdad?

Rhino? No... MinHo [MinSung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora