II

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Un comienzo y un pasado

LILA

—Estás aquí por el trabajo, ¿cierto?— me pregunta el chico enfrente mío, está hojeando mi curriculum. Arthur Mikko será mi nuevo jefe si es qué consigo este trabajo.

Parece aparentar mi edad, medimos lo mismo, un metro con ochenta y cinco. En su rostro se encuentra una cicatriz, en sus labios para ser más específica, supongo que es gracias a su trabajo. Su piel es pálida y sus ojos miel se ven dorados debido a la iluminación, su cabello blanco grisáceo, le queda un poco largo y va vestido con un traje negro de lo más tipico.

Está sentado en su escritorio de oficina, está iluminada, parece más una pequeña biblioteca.

—Sí señor.— voltea a verme, en su cara muestra fastidio y molestia. Creo que no le gusta que lo llamen de esa manera.

—¿Sabes para qué es este trabajo?— deja el papeleo de lado y se centra en mi.

—Guardaespaldas personal.— dijo segura de mí misma, no dejó que su mirada me intimide. Al parecer empezamos una guerra de miradas.

—¿Estarías dispuesta a morir por este trabajo?— esa pregunta me toma desprevenida. Me quedo pensando unos minutos preguntándome, ¿Si muero tendría algo que perder? no, la respuesta es no.

—Claro, señor Mikko.

—Iniciarás al instante entonces. Sígueme.

Me dirige a un lugar. Este sitio es como un laberinto. Todo el lugar está iluminado con luz natural, colores cálidos y tierra se hacen presentes.

—Morgana— toca la puerta amarilla pastel.

Una chica abre, es idéntica a mi ahora parecer jefe. Solo que ella es más baja, un metro con setenta y ocho a mi parecer. Su vestido negro es pegado, le queda hasta la mitad de la pierna, las mangas son cortas e tiene un cuello de tortuga. Su cabello...

—¡¿Qué te hiciste?!— le gritó.

—Solo lo corte.— bajó la mirada. Atrás de ella se ven unas tijeras de metal en un tocador.

Su cabello le llega apenas a las orejas.

—Morgana pero— volteó a verme—, está bien pero avísame para ayudarte la próxima.— acerca su mano a su barbilla y hace que levante la vista.

Por unos segundos se hablan con la mirada. Solo observo sin entrometerme. Veo que se sonríen de pronto.

—Esta de aquí es la joven Valencia. Tu nueva guardaespaldas.— la chica me ve de arriba a abajo, parece estudiarme. Le sostengo la mirada de mala gana.

—¿Habilidades?

—Capacidades en la batalla cuerpo a cuerpo y dominio de tres idiomas.

—¿Qué idiomas?— me preguntó directamente.

—Inglés, coreano e español, señorita.

—Conque coreano, ¿cómo lo aprendiste?— empiezo a hablar el idioma.

—Por mi padre, señorita Mikko.—contesto de igual manera.

Mi jefe se queda con cara de intriga. Al parecer él no lo habla.

—Pasó la prueba hermano.—volvió a entrar a la habitación.

«Son hermanos».

—Tendrás que seguirla a todas partes que vaya y si ella quiere te pagará una carrera en la misma universidad.

Pequeña Mikko// Gl (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora