XXIV

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Nochebuena (parte 2)

LILA

—Fernán, ¿dónde están Morgana y Diane?— susurre a su lado.

—Cocina.— susurró.

Nos apresuramos a la cocina sin que los adultos se dieran cuenta.

—Oye, ¿estás bien?— escuche la voz de Morgana.

—Solo es que, mi madre es una mierda— detuve a Fernán antes de ingresar—. Me mandó a Inglaterra para deshacerme de mí, lo sé. Pero tenía la pequeña esperanza de que me extrañará aunque sea un poco.— esa voz era la de Diane.

Conecte mi mirada con la de él. Su cara mostraba tristeza casi tanto como la mía.

—¿Quieres salir de aquí?

—Me encantaría.

Después de eso escuchamos como la puerta trasera era abierta con nada de delicadeza.

—Se a donde puede que se dirigen— leía un mensaje en su celular—, las gemelas harán una fiesta— conectamos miradas de nuevo. Nuestras cabezas hicieron clip al instante—. Hay que convencerlas.

—Va a ser todo un lío.— me agarre el puente de la nariz.

—Lo sé, pero si no lo hacemos Diane las pagará luego, sola.

—Ok, vamos.

Fuimos a la sala seguros de nuestro intento apresurado de un plan.

«Si así se le puede llamar».

Cuando llegamos enfrente mis padres y la tía Julieta hablaban amenamente.

—Papá— susurré a su lado en coreano—, ¿podrías ayudarnos?— me miró con curiosidad—, por favor.— juntamos las manos Fernán y yo en modo de súplica.

—¿Qué sucede?— acarició nuestras cabeza con cariño.

—¿Podrías convencerlas de dejarnos ir a la fiesta que hicieron las gemelas?— dijo Fernán en tono de súplica.

—Pequeño saltamontes sabes que convencer a tu madre es algo difícil.

—Lavamos tu motocicleta, te ayudaremos en los repartos y en atender en la florería por una semana. Por favor papá.

—¡Me convenciste mi florecita de astilbe!— dijo alegremente—, ¡tenemos un trato!— mire a mi socio victoriosa—. Váyanse antes de que cambie de opinión. Los quiero temprano a primera hora, ¿entendido?

—¡Gracias!— dijimos al unísono.

(•••)

Cuando llegamos ya eran las diez de la noche. La música podía escucharse desde afuera. Nos adentramos a la casa decididos. Anastasia fue la primera en encontrarnos.

—Pensé que no vendrían.— hablo con alegría.

—Hola corazón— la abrazó íntimamente y le dio un beso rápido—, ¿Diane y Morgana ya llegaron?

—También llegó él hermano de Morgana junto a ellas. Creo que se llamaba Arturo o algo por el estilo.

—Arthur— dije.

—Sí, así.

—Voy a buscar a Morgana— les avise para alejarme de ellos. Empecé a buscarla con la mirada, la encontré en las escaleras tomando algo—. Hola pequeña— dije sentándome a su lado. Noté sorpresa en su rostro.

—Hola— bajó la mirada—, perdón por irme sin decirte nada. Se supone que cenaríamos con tu tía.

Acaricie su mejilla. No logré notar su sonrojo por las luces de colores pero si sentía lo caliente de su rostro.

Pequeña Mikko// Gl (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora