El secreto de Severus Snape

Para toda la vida

Desde que Sorvolo se fue, Harry no había dejado de llorar. Solo lograba apaciguar su llanto cuando le daba de comer o le servía biberones de agua pero inmediatamente después, que la tetina era soltaba por sus labios, un estridente grito salía de su boca.

Este comportamiento se había repetido por dos días.

Severus llamó al Medimago Rajhan para que viniese a la Mansión a revisar a Harry. Al llegar, el especialista hizo un movimiento de su varita haciendo un análisis rápido al bebé y concluyó que Harry se encontraba sano, no había alguna patología que pudiese provocar tal irritación.

—¿Entonces qué está ocurriendo? ¿Por qué no deja de llorar?—preguntó Severus caminando en círculos en la sala de estar de la Mansión. Tenía varios minutos paseando a Harry para poder hacer que dejara de llorar, pero no lo estaba logrando.

—¿Dónde está el señor Gaunt?— preguntó de manera repentina el Medimago al no ver al segundo hombre por los alrededores. Era bastante común que cuando iban a San Mungo a cumplir con las citas médicas a Harry, los dos magos siempre estaban juntos y parecía extraño que no estuviese en este momento cuando Harry se sentía así.

Severus detuvo sus pasos y observó al Medimago con curiosidad.

—Es una sospecha que tengo— se apresuró a aclarar Rajhan.

Severus asintió con la cabeza.

—Tuvo que salir de emergencia por asuntos de trabajo.

El Medimago asintió con la cabeza y se quedó en silencio por un rato. El pocionista no le preguntó qué tenía que ver eso con el estado actual de Harry, se limitó a esperar a que hablara.

—Es posible que la partida del Señor Riddle en este momento, con el vínculo tan inestable, haya resonado en la magia de Harry como abandono — exteriorizó sus pensamientos Rajhan.

Se sentía desconcertado, no recordaba haber leído en el libro del Medimago Scruls alguna situación parecida. Por tanto, se hallaba ante una situación nueva que debía ser tratada con cuidado.

Severus bajó la mirada y observó al pequeño bebé que tenía los ojos fuertemente cerrados, las manos apretadas en puños y su cara se teñía de un profundo color rojo por el llanto.

¿Así reacciona una bebé ante el miedo?

—Entonces... ¿Debo solicitar a Sorvolo que regrese?

—Así es— Afirmó — Como el vínculo fue establecido con los dos; es probable que al faltar uno de ustedes, la magia de Harry lo intérprete como que se ha ido y eso, provocará que toda la magia se redireccione hacia a ti, llegando a ser peligroso. Sobrecargar tu núcleo mágico puede costarte la vida, Severus.

—Pero, Lily...

—Lily era su madre biológica, Severus — interrumpido el Medimago — ¿Cómo le haces entender a un bebé que desconfíe de las personas que le dieron la vida? — Severus observó a Rajhan en silencio— Además, en comparación al vínculo de Lily con Harry, el tuyo es un mero hilo.

Severus apretó los labios y regresó la mirada a Harry, sus pequeños labios se habían fruncido, nuestras inequívoca de que vendría un fuerte llanto.

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Severus y Harry se encontraban solos en la habitación principal. Estaban vestidos con pijamas de algodón, y sus cabellos se hallaban alborotados después de un caliente baño.

Severus caminaba con Harry sostenido en sus brazos, a su alrededor bailaban los animales que tanto le gustaban al infante y de su boca una suave canción de cuna. El bebé había tomado su biberón y el pocionista trataba de hacer que eructe.