El secreto de Severus Snape

Harry, te presento a Draco.

Noche anterior.

Durante la cena.

Aunque es apenas un bebe, Harry era muy posesivo con sus padres.

Por eso, cuando se le fue presentado aquel desconocido de los brazos de su papá, no dudó en estirar su bracito y pellizcar la mejilla contraría provocando que llorara. Entonces su padre retiró su mano y Harry frunció el ceño, pero luego sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a su papá alejarse con el desconocido y un pequeño quejido salió de sus labios, llamando la atención de los adultos.

—Harry— la voz de barítono de su padre lo llamó y Harry giró la cabeza para verlo. Estaba comenzando a reconocer las voces, por eso, cuando escuchaba las voces de sus padres su atención se vertía completamente en ellos.— No debes llorar y tampoco debes tratar así a Draco, aunque sea mayor que tú, es delicado y, por tanto, debes tratarlo con cuidado —Sorvolo tomó el brazo derecho de Harry mientras Severus se acercaba con un Draco más tranquilo, y pasó la mano por la sonrojada mejilla. En cambio, Harry vio con confusión a su padre y después giró la mirada hacia el desconocido, sus suaves cejas se volvieron a fruncir.

—Harry— el bebé elevó la cabeza y sus ojos esmeraldas brillaron al escuchar la suave voz de su papá — Quiero presentarte a Draco, es hijo de un gran amigo y también es mi ahijado. Espero que puedan llevarse bien en el futuro— le dijo y Harry lo escuchó con atención.

Desde que Harry había llegado a ellos, Severus siempre le había hablado como si el infante entendiera cada una de sus palabras y este último lo veía con tanta atención que hacía creer que si entendía lo que se le decía. Por lo cual, cuando Harry escuchó a su papá, soltó su brazo del agarre de su padre y propició la caricia él mismo sobre la mejilla.

—Dah— dijo Harry sin dejar de acariciar.

Los adultos se tensaron al escuchar la palabra del bebé. Sorvolo emitió una carcajada que sacudió su pecho, haciendo que Harry se asustara por el repentino temblor pero después sonrió y comenzó a aplaudir al reconocer la risa de su padre.

—Ay, no— dijo Lucius con pesar mientras elevaba el brazo izquierdo y cubría sus ojos con el pulgar e índice.

— Entonces, Lucius, ¿Como debo tomar esto?— preguntó Sorvolo con picardía.

Lucius lo observó en silencio por breves segundos.

—Mi hijo no será comprometido siendo un bebé, y mucho menos con alguien que tiene alguna relación con él — la última palabra salió con repulsión y Remus hizo una mueca al escucharla.

— Pero... ¿Cómo vas a compensarme que tú hijo haya robado la primera palabra de mi hijo?

—Pues mis consejos a tus inversiones en Francia es retribución suficiente, mis honorarios no son en absoluto insignificantes — respondió con seguridad Lucius a la vez que cruzaba su pierna izquierda por sobre la derecha.

Sorvolo arqueo la ceja.

La primera palabra de Harry, fue el nombre de Draco.

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Presente.

Harry levantó la cabeza y observó a Draco que estaba cómodamente apoyado contra una almohada a unos metros mientras jugaba con el muñeco de un hurón de color blanco. Se apoyó en sus rodillas y manos y comenzó a gatear hacia Draco.

El pequeño rubio giró la cabeza hacia Harry cuando éste entró en su campo de visión, dejó de jugar con su peluche y lo observó con curiosidad.

Los dos bebés se encontraban en la habitación que había sido modificada por Severus para que funcionará como una guardería para Harry. Ahí podía dejar a Harry al cuidado de su elfo personal mientras Sorvolo y Severus atienden asuntos de urgencia. Esta vez, los adultos deben resolver ciertos asuntos, Sorvolo y Lucius debían finiquitar los detalles de las futuras inversiones y Severus debe realizar la planificación para después de las vacaciones de navidad.