★Capituló Veinte: "Los años pasan"★

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>>7 años después<<

Estaba nervioso, jugaba con los papeles en sus manos; después de años esa mujer le volvió a hablar ¿porque? Solo sabia que la secretaría de esa mujer lo habia llamado ofreciéndole un puesto en la empresa de Hinata; si bien la Hyūga se caso sin sentimientos ese matrimonio le abrió puertas bastantes grandes, por ahi el Omega se enteró que ya tenia una hija.

Una Beta se acerco a él y le dijo que la señora Hyūga ya estaba lista para recibirlo, la empresa de modas era muy bonita y moderna; tenia el nombre de Hinata en todas partes y fotos de ella. La Beta toco la puerta de la oficina principal, después de un "adelanté" Sasuke entro. Y ahi estaba la que un dia era su rival, Hinata apesar de ya ser más grande se miraba increíble; su pelo estaba igual de largo y hermoso, la unica diferencia es que sus caderas se hincharon un poco eso por dar a luz como él. La mayor lo vio de arriba hacia abajo sin expresión alguna, con la mano le indico que se sentara; y él con cuidado se sento.

―Cuanto tiempo ¿no, Sasuke? ―dijo la ojiperla. Estaba seguro que todo esto era una broma de mal gusto ya que ¿quién contraria a un simple Omega? ―Te cite, porque hace unos dias fui a un hotel; y te vi ahi ―Sasuke abrió los ojos sorprendido ya que no recordaba ver a Hinata en el hotel donde actualmente trabaja ―Le pedi a tu jefe que me diera tus datos ―menciono sacando una carpeta de un cajón ―Sasuke Uchiha, Omega de 25 años...―empezo a leer los datos del azabache ―No terminaste la universidad, te fuiste de la casa de tus padres, desde los 18 has trabajado, tienes...¡¿tienes una hija?! ―pregunto soprendida la ojiperla. Sasuke solo asintió con la cabeza y saco su celular del bolsillo dejandole ver el fondo de pantalla que tenia ―...¿Ella es tu hija? ―pregunto al ver la foto ―...Es igualita a...―cayo derepente.

―No lo digas ―dijo el Uchiha con seriedad ―¿Porque me llamaste? ―desvio el tema para que la ojiperla no siguiera preguntando sobre su hija.

―La verdad, cuando te vi me hizo recordar lo que te hice en el pasado asi que para recompensartelo; te quiero contratar como mi asistente ―expreso con una pequeña sonrisa ―Trabajarias de lunes a viernes, y cuando tenga algún evento los fines de semana; tu salario seria de...―escribio en un papel la cantidad, cuando Sasuke lo vio se quedo sorprendido; era demasiado ―Y claro tendras vacaciones y todo eso, ¿aceptas? ―ella sabia que el Uchiha no podia rechazar ese puesto, era bastente bueno y podria sacar a adelanté a su hija.

Sasuke se quedo pensando un rato, era una oportunidad bastante buena no podia negarlo; podria darle una mejor vida a su bebé. Esta era la oportunidad para demostrarle a Naruto que pudo solo y que no necesito de él ni de su dinero.

―Esta bien, acepto ―menciono decidido. Hinata emocionada saco el contrato para que Sasuke lo leyera, el menor lo leyo y firmo con decisión; ambos se pararon y se dieron la mano ―¿Cuando empiezo? ―pregunto el Omega.

―Mañana mismo si puedes, dile a la secretaría que te de el uniforme y mañana mismo te vere aqui ―indico feliz, esta vez no le haria nada malo al Omega, esta vez lo ayudaría.

Sasuke después de una despedida salio de la oficina de la ojiperla, la secretaría le dio el uniforme que era un pantalón de campana y una blusa blanca demasiada pegada. Salio de la empresa en dirección a su casa, solo queria llegar y abrazar a su niña después de un dia bastante agetriado. Desde que se entero que estaba embarazado decidió irse de la casa de sus padres para no meterles más gastos, aunque estos le pidieron que se quedase. Shisui dio a luz a una bella niña igual que él, Sakura y Kakashi fueron los unicos que tuvieron varones; Tenten es enfermera de uno de los hospitales más reconocido en Tokyo, y claro sigue de novia de Temari.

Su hogar esta ubicado en uno de los barrios más pobres de Japón, en un departamento de apenas tres cuartos pero eso no le importa ya que lo unico que le interesa es estar al lado de su hija. Abrió la puerta y lo primero que vio fue al conejo que su hija tanto le insistió en tener, la pequeña bola blanca siempre lo recibia queriendo carisias de su parte; se escucho como los pasos de su hija se acercaban cada vez más hasta que vio la melena rubia de su pequeña. Una niña rubia de ojos azules y tres marcas en las mejillas con su tez acanelada, corrió hasta los brazos de su madre.

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