L'Historie d'une Vie |Percabeth|

|CAPÍTULO 16|

Había pasado poco más de una semana desde la incómoda cena en nuestra casa, sin embargo, agradecía que todos actuaremos como adultos pues a pesar de los descubrimientos recientes, todos hemos optado por ignorar el hecho de que Luke parecía seriamente enamorado de mi esposa en el pasado y confiamos que cualquier sentimiento que tuviera él hacia ella estuviera completamente superado. De igual forma creía que a lo mejor en este momento para calmar las aguas y tranquilizar mentes era que mi esposa y mi hermano se mantuvieran lo más alejado posible, no es que tuviera alguna duda sobre ellos, es solo el hecho de que me incomoda saber qué pudo haber existido mucho entre ellos.

Desde aquella noche un pensamiento recurrente se ha instalado en mi mente, y es que ahora ya no sería tan dichoso si por alguna razón del destino Annabeth hubiera aceptado la propuesta de mi hermano, seguramente en ese caso estaría trabajando en la empresa de mi padre y vería a mi esposa como mi cuñada. Ese solo pensamiento hace que se me pongan los pelos de punta, aunque me parece que una conversación directa con mi hermano sería lo más pertinente en este caso, no quiero que empiece a albergar algún sentimiento de enojo o rencor hacia mí por haber desposado a Annabeth.

Durante este tiempo parece que mi esposa ha hecho una nueva amiga,  pues, creo que ha salido durante las tardes con Lady Grace, incluso las he visto juntas en la hora del té riendo de cualquier tema cotidiano que discutan, lo que me place pues me ha dado tiempo de terminar de preparar la sorpresa que tenía para ella. Luego de conocer su amor por las flores y un gran jardín he decidido mandar a construirle uno, creo que la parte más difícil de todo esto ha sido mantenerlo oculto, pero como dije Lady Thalia indirectamente ha sido de gran ayuda para ello.

— Señor Jackson,— me llama el contratista que contraté para la realización del jardín de mi esposa— esta es la factura del último pago, actualmente mis hombres están recogiendo todos sus implementos pero le informo que la señora Jackson nos ha visto y si no fuera por su ama de llaves creo que nos hubiera descubierto, si me permite una sugerencia creo que lo mejor será que fuera su casa de inmediato, me parece que su esposa no se encontraba muy bien de salud.

Aquel comentario no me extrañó en realidad, pero sí elevó la preocupación que tenía desde hace unos días, pues mi esposa se veía últimamente un poco pálida y no soportaba ciertos olores, parecido cualquier cosa le provocó náuseas y vómitos, yo había insistido mucho en que fuéramos a ver un doctor pero ella se negaba cada vez y decía que seguramente había comido algo mal ese día y que al día siguiente sería mejor pero no sucedía. Esta vez estaba decidido a tomarme en serio lo que estaba sucediendo, pues sí unos trabajadores que nunca la habían visto notaban algo mal en ella debía hacerla revisar por un doctor de inmediato.

—Gracias por el trabajo realizado y por la información brindada, le aseguro que tomaré cartas en el asunto de inmediato— sigue recibiendo la factura y guardándola en mi escritorio, tomé mi saco y rápidamente me dirige hacia mi hogar.

Al llegar no fui recibido por nadie, por lo que sin demora me dirige a nuestra habitación, ahí se encontraban mi esposa y Magda, el ama de llaves; la expresión que tenía en su rostro demostraba preocupación. Annabeth se encontraba arrodillada vomitando todo aquello que había comido durante el día, se veía mucho más pálida de lo normal, y unas ojeras se empezaban a formar debajo de sus ojos.

Me agaché junto a ellas y pasé mi mano por su espalda para tratar de consolarlo porque honestamente no tenía idea de que más podía hacer, era claro que estaba enferma, había cogido un virus de algún lado, y ahora va a visitar un médico, es mi deber como su esposo velar por su salud y ya no podía esperar más tiempo a que ella decidiera.

— Mañana en la mañana vendrá un médico a revisarte, no voy a esperar más a que lo que sea que tengas se te pase solo, así que mañana serás muy cooperativa con el doctor porque te juro Annabeth que no estoy dispuesto a seguir viéndote empeorar cada día más— dije suavemente, pero no daba cabida a vacilación— Magda, avisa a Lady Chase de que mi esposa se encuentra un poco enferma y que mañana en la mañana vendrá un médico a revisarla, estoy seguro de que ella quería estar presente.