|CAPÍTULO 15|

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Las lágrimas salían de mi rostro, me costaba un montón controlar mi respiración, estaba teniendo un ataque de pánico mientras tenía invitados en mi hogar, sentía que los segundos se transformaban en hora y yo simplemente que quedaba atrapada en estas cuatro paredes, no podía creerlo, él estaba aquí.

Me encontraba en una esquina de mi habitación tratando de calmarme desesperadamente, no podía ponerme en evidencia pero no podía evitar sentirme como me sentía en este momento, Luke, ahora podía ponerle nombre al rostro que tanto daño me había hecho, aquel que se metió en mi habitación con la única intención de provocarme un daño tan inimaginable que no se lo hubiera deseado ni a mi peor enemigo. Percy, me había casado con el hermano menor de mi violador.

Las lágrimas corrían libremente por mi rostro borrando todo el rastro de el poco maquillaje que llevaba, me reprochaba a mí misma el no haberlo tomado en serio aquel día que se apareció en la puerta de mi casa y sugirió que me escapara con él, debí seguir mi instinto pues su mirada lunática me decía que no era una persona equilibrada y que debía tener por mi seguridad, pero mi orgullo y mi arrogancia ganaron a hacerme confiar que nadie podría dañarme de alguna forma.

Aún no recordaba cómo había regresado a mi habitación después de haberlo visto, era como si estuviera en una nube que me llevara a un lugar seguro.

— Parece ser que nuestros invitados han llegado— dijo mi esposo con una linda sonrisa, realmente se veía emocionado por la cena de esta noche, en especial porque hoy sería el día en que conocería a su hermano mayor, por la forma en que hablaba de él parecía un gran sujeto y honestamente estaba un poco ansiosa por conocerlo a él— mejor voy a bajar a recibirlos tú puedes terminar de prepararte.

— Bien, de igual forma no creo tardar demasiado así que entretenlos por mí— respondí con una sonrisa Pues a pesar de todo si me encontraba bastante emocionada por esta escena.

Mi querido esposo se despidió de mí con un dulce beso en la mejilla y salió de la habitación, escuchaba sus pasos alejándose cada vez más, tarde no menos de 5 minutos en terminar de prepararme por lo que salí de la habitación y me dirigí a las escaleras. Sin embargo mi cuerpo se paralizó al momento de escuchar aquella voz, él saludaba amablemente a mi esposo pero aún así hubiera podido reconocer su voz hasta en el mismísimo infierno.

— Conten tu respiración— fue lo que me susurró el intruso al momento de colarse en mi habitación, aquellas palabras se habían grabado en mi mente para que pudiera escucharlo una y otra vez en mi mente por lo que aquella voz su tono y esa forma de hablar me reconocía perfectamente.

No recuerdo lo que sucedió pues mi cuerpo actúa de manera automática y me llevó a salvo, a mi habitación, me encontraba ahí acurrucada llorando incansablemente, no podía creer que aquel hombre fuera del hermano mayor de mi esposo, ¿Cómo podría decirle a él que su hermano me había dañado de una forma tan terrible?, inclusive estaba casi segura de que no me creería, ¿Cómo podría hacerlo? a él lo conocía de toda una vida y a mí solo de algunos meses.

— Señora Annabeth sus invitados…¡ por Dios!  ¿Se encuentra usted bien?— preguntó ella en el momento en que entró en la habitación me vio en posición fetal bañada en lágrimas, mi mente se había desconectado en ese momento, inclusive había olvidado cómo respirar pues tenía un fuerte dolor en el pecho que no me dejaba hacerlo.

— Yo no sé qué hacer en este momento así que cálmese, su madre ya ha llegado así que iré por ella— dijo saliendo rápidamente.

Había escuchado atentamente cada una de sus palabras pero aún así no lograba entender lo que ella quería decir, solo sabía que me había dejado sola con mi sufrimiento, volví a estar sola como aquella noche, tenía todo la intención de arrojarme por la ventana para no tener que volver a ver a ese hombre y sacarme de esta horrible situación en la que estaba viviendo.

L'Historie d'une Vie |Percabeth|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora